Reflexión Poética | Compartiendo Diálogos Conmigo Mismo

(Nada de lo que es, volverá a ser; quedarán los rastros del camino y los rostros de los caminantes, viviendo de los aires sembrados y de los recuerdos callados)

I.- LA DESPENSA DE LA VERDAD

Me gusta esa fuerza interior que nos da vida,
que viene al encuentro del ser cada mañana,
que se deja ver en el marchar y en el hallarse,
en el volverse pulso para despertar el deseo,
y en el revolverse hacia sí para esperanzarse.

Somos mortales en movimiento permanente,  
con la aspiración de acoger y de recogerse,
con la apetencia del encuentro reencontrado,
con la sed del que aspira a sentirse manantial,
pues el manjar de lo auténtico nos pone alas.

Dejémonos volar y vaciémonos en la verdad,
tomemos de la verdad el verbo en la persona,  
obremos con el corazón como alma del verso,
y hagamos a tiempo y a destiempo el afecto,
libre de imposiciones y generoso de alegrías.

II.- LOS VÍVERES DEL AMOR

El amor no quiere ser poseído, sino donado,
no se antoja ser desentonado, sino entonado,
no pretende ser martirizado, sino deleitado,
no anhela ser reprendido, sino desprendido,
porque a los víveres del querer le basta amar.
 
Hagamos acopio de la pasión sin más demora,
no retrasemos la conjugación para mañana,
si te amas, enmiéndate con amor y quiérete,
absolverás con la ternura para enternecerte,
pues la mejor prueba de perdón es la piedad.

El amor que florece, penetra y compenetra,
complementa y alienta y alimenta sin cesar,
está eternamente en disposición de ofrecerse,
de modo que ninguno es para sí, sin el otro,
de manera que todo se concibe en comunión.

III.- LA ALACENA DE LA LIBERTAD

No hay que tener miedo a bucear por la tierra,
a través de un soplo fresco repleto de sueños,
sabiendo que uno ha de ser poseedor de sí,
para estar y crecer en armonía consigo mismo,
como expresión de bien pensar y mejor hacer.

Cualquier vida ha de ser lo que ella quiera ser,
la voz del pensamiento caritativo, la elección
de la palabra que opte por disponer y sembrar;
o la alternativa a ese poder que enjaula mentes,
impidiendo respirar, reprimiendo el andar libre.

Frente a un mundo golpeado por la opresión,
hacen falta vientos que nos rompan ataduras,
corrientes de lucidez  que nos pongan remos,
para salir de este curso de maldita dominación,
y poder entrar en ese reino de loada autonomía.

Víctor CORCOBA HERRERO
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Publicado en COLUMNAS

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