Columna | P U L S O    P O L I T I C O

         Ayer tomó posesión como presidente de Colombia, Gustavo Petro, en medio de una gran algarabía popular. Es el primer gobierno de izquierda que tiene ese país latinoamericano, que se une al triunfo de esa corriente en Chile, Argentina, Bolivia, Venezuela, Cuba, Nicaragua y desde luego México.

         Académicos de la UNAM y de la UDLA-Puebla, expresaron en entrevistas por televisión, que los problemas de Colombia son muy semejantes a los de México: gran desigualdad social, gobiernos corruptos y helitistas, intenso gtráfico de drogas, crecimiento de la violencia y la inseguridad y abandono de las crecientes clases populares que requieren de educación de calidad, servicios médicos suficientes y eficientes y un gran apoyo a la agricultura para garantizar la alimentación del pueblo.

       Son problemas que en mayor o menor grado se padecen en todos los países latinoamericanos, que durante 300 años estuvieron dominados por España y que no han podido superar por la renuencia de las clases dominantes a implementar una política social que atienda los graves problemas de pobreza y desigualdad dejados por los conquistadores. Las burguesías de Latinoamérica, se siguen considerando europeas y no americanas.

         El triunfo de las corrientes progresistas en nuestros países, demuestra el hartazgo de los pueblos a seguir sometidos a gobiernos insensibles, conformados por políticos que se creen propietarios y no servidores de nuestras naciones.

         Poco antes de la Independencia de México, el sabio alemán, barón de Humboldt, dijo al finalizar su viaje por las colonias españolas de América, que ninguna nación por él recorridas, era tan desigual social y económicamente como México, que entonces se llamaba Nueva España. Ya se imaginará usted como estaban nuestros antepasados.

          NO HAY PREMIO NOBEL PARA EL OPTIMISMO. Si lo hubiera, lo pediríamos para el dirigente del Partido de la Revolución Democrática, PRD, en Puebla, que en una visita que hizo a dos remotos pueblos de la sierra norte de la entidad, ya topando con los límites de Veracruz; Francisco Z. Mena y Venustiano Carranza, dijo que el PRD se fortalece.

          Los políticos en general, pero los del PRD en particular, han perdido la noción de la realidad.

          No se han dado cuenta o no quieren darse cuenta, de que su partido está al borde del colapso total. Ha perdido el registro en 22 estados de la república, por no haber alcanzado el 3 por ciento de las votaciones en elecciones locales de esos estados.

          Su presencia en la alianza Vamos por México, que conforman el PRI, el PAN y el PRD, es casi nula, tanto, que un diputado panista pidió a la dirigencia nacional de su partido, que mejor buscara una alianza del PAN con el partido Movimiento Ciudadano, porque con el PRD, no reporta ningún beneficio.

           Pero el optimismo de los dirigentes perredistas, incluido don Arturo Noyola González, que estuvo en esas visitas, merece un premio.

           COMENTARISTAS POLÍTICOS DE LA CIUDAD DE México, afirman que el hecho de que el dirigente de ese partido a nivel nacional, Marko Cortés, haya destapado como candidato a la gubernatura del Estado de México al coordinador de la bancada panista en el congreso local, quiere decir que pretende someter al PRI de Alito a los designios de Acción Nacional.

           Afirmar que el PAN tiene mayor presencia que el PRI en esa entidad, es absurdo. El PRI ha sido el partido dominante durante toda la época de los gobiernos revolucionarios, hasta la fecha.

          El Estado de México ha tenido un grupo priista muy poderoso, al grado de haber impuesto candidatos a la presidencia de la República y a todos los candidatos priistas a la gubernatura de ese estado. De dónde saca don Marko Cortés que el PAN es ahí el partido fuerte.

           Lo que puede originar con esas actitudes, es que Alito pierda la presidencia nacional del partido o que se rompa la alianza “Vamos por México”, que sería lo mejor, porque esa alianza tiene descontentos a miles de priistas y a miles de panistas, por considerarla totalmente incongruente.