Viernes, 08 Septiembre 2017 04:51

“¿Conformismo social = impunidad política?”

Hace casi tres décadas el maestro Werner Goldschmidt publicaba el artículo denominado “La sociedad contemporánea: su no conformismo y su relación con la justicia”, en la Revista Jurídica de la provincia de Buenos Aires, donde analizaba profundamente la actitud de conformismo que asumen las sociedades en su complejo devenir histórico.

En dicho estudio, el referido autor, alude al quebrantamiento de la felicidad en la vida social producido por lo que él llamaba las verdaderas calamidades y las conductas calamitosas; y decía que las primeras son las producidas por causas naturales (terremotos, epidemias, sequías, incendios, etc) y las culturales que pueden ser de raíz económica, social y política (hambre, desempleo, inflación, esclavitud, discriminación, etc.).

Las conductas calamitosas, decía, son las que realiza o deja de realizar un individuo contra otros o respecto del gobierno provocando un perjuicio injusto. En estas ubicaba a las que comete el gobierno frente a sus gobernados.

Frente a estas, las reacciones de la sociedad han ido variando, durante muchos años el conformismo se encontraba presente y fundamentado en la insuficiente información para hacer un análisis de la realidad social, soportando agravios y ultrajes, a pesar de las esporádicas reacciones.

Sin embargo, las sociedades han cambiado y evolucionado, gracias a la apertura y acceso a la información que antes era muy sencillo ocultar, por lo que crear una realidad alternativa ya no es opción para un gobernante deshonesto e ineficiente, hoy, resulta casi imposible, no darse cuenta de las consecuencias negativas de sus acciones y decisiones, o de la recurrencia de sus errores y actos ilícitos.

Lamentablemente para la sociedad mexicana, las calamidades de nuestros políticos siguen una constante en crecimiento, sin importarles el costo humano y económico que provocan con su ineficiente administración, la última expresión de una mala decisión política sexenal, la escenifico el Secretario de Comunicaciones y transportes, Gerardo Ruíz Esparza; en el caso del socavón en el Paso Exprés de la carretera México Acapulco, donde además de evidenciar las responsabilidades directas e indirectas en las decisiones y acciones de la dependencia a su cargo, cobró la vida de dos personas.

Lo anterior en razón, de que el secretario fue quien directamente designó a los funcionarios que propusieron, diseñaron y ejecutaron la obra; es decir, a los directamente responsables de la obra no contara con un sistema de drenaje apropiado para las agua negras, de que las tuberías de descarga lo hicieran directamente al rio, aspectos que una adecuada planeación de la obra hubiese podido prevenir.

Asimismo, la falla de estabilidad del talud ocurrido en octubre de 2016, que pudo ser la causa de la dislocación de la tubería, según el dictamen técnico dado a conocer el nueve de agosto del presente año, son aspectos que directamente tuvo que haber supervisado la Secretaria de Comunicaciones y Transportes.

Ante este cumulo de atrocidades administrativas y actos ilícitos, la ausencia de justicia por parte de nuestra autoridades también va en crecimiento, no hay nadie que ponga un alto a este tipo de impunidad de la clase política, a pesar de las evidencias, permitiendo que funcionarios ineficientes y deshonestos se burlen de la ley, como si la sociedad no estuviera cansada de tanta incertidumbre, malas noticias y pésimas administraciones públicas, el hartazgo social ante la corrupción y mal manejo de los recursos públicos cada vez es más evidente no sólo bajo el actual gobierno sino desde antes; de manera acumulativa, y en todos los ámbitos.

Lo más triste de la situación, es que como ha ocurrido en muchos casos, no sólo en el ámbito federal, sino en los Estados del país, ante las desgracias y errores de los funcionarios, que no sólo cuestan a los ciudadanos cientos o miles de millones de pesos, éstos le apuestan al olvido ciudadano y las víctimas directamente afectadas, ven poco a poco, como se olvidan de ellos y la sociedad pasa a otros asuntos, sin que se les haga justicia y repare el daño.

Por lo anterior, no es de extrañarse que funcionarios como Ruiz Esparza titular de la SCT en poco tiempo sigan escalando puestos y posiciones en el gobierno, como premio a su ineficiencia y deshonestidad, a pesar de todos los socavones que surjan en los próximos días, entre los responsables, su nombre no será incluido.

Publicado en COLUMNAS

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