Jueves, 14 Febrero 2019 20:18

La magia de los Glockner

Columna | Desde las Galias

            1.- Julio Glockner Lozada, el masón de rango nacional, cuando trabajaba en su taller, dicen los testimonios orales, creaba magia con sus discursos (discurrire-pensare).
            1.1.- En idéntica forma, lo hacía en actitudes insurreccionales cuando existieron los conflictos universitarios del siglo pasado en la entonces UAP.
            1.2.- Sus diagnósticos acertados como médico tenían impreso el mismo sello taumatúrgico, al igual que sus palabras encantadoras de serpientes.
            2.- Otro Glockner: Fritz, embruja con una novela corta o un cuento largo a los lectores de “Veinte de Cobre”, “Memoria de la clandestinidad”, editada por Joaquín Mortiz en 1996 con 2 mil ejemplares.
            2.1.- Algún amigo-hermano, normalista chilangón, me contó de ella haciéndome notar la capacidad de síntesis del autor.
            2.2.- Otro de la UNAM, lloró aunque a su edad no lo hizo en mi hombro y menos en “Sanborn´s  de  los  Azulejos”, al evocar algunos elementos que ahora narrables serían cuentos de viejos o anécdotas inventadas.
            2.3.- “Mercurio”,  así llamado, no es nombre de pila-, metas ingeniero metal mecánico, académico jubilado, autor de textos en sus carreras, libros de a huevo: “o te repruebo cabrón”; vivió como adolescente parte del cuento largo o novela breve del nieto Glockner.
            3.- Merced a mi consistencia, resistencia y persistencia, obtuve en ese 2018 ya aniquilado el documento y lo he leído.
            4.- Con solo una mención de Jenaro Vázquez Rojas, ha bastado para notar la evolución natural, nada revolucionaria, nada fenomenal, simplemente procesal de la mexicana sociedad; sus avances institucionales, retrocesos, estancamientos, involuciones.
            4.1.- Bajo el mismo influjo de la memoria refrescada, te encuentras con el joven chaparro de cabeza de maceta, tórax de luchador romano, patizambo, pelo ligeramente crespo bruñido de carbón, de mirada amable, con lengua enérgica pero amigable, conduciendo a la chiquillada de 16, 17 años (cuando mucho) a los cabronazos luchando por el control del comité del internado o del comedor en la Escuela Nacional de Maestros, siendo su condición de simple alumno externo en el turno nocturno, al lado de juchitecas hermosísimas, sinaloenses juncales, sonorenses opulentas corpóreamente, chilangas de los pueblos originarios de Mixquic, San Gregorio, Xochimilco.
            5.- Después llegó todo: la militancia en la C.C.I. con oficinas al lado del frontón México, junto a la afianzadora Cossio.  Más después la UNAM, bebiéndonos las lecturas del ¿Qué hacer? En una Patria de 32 matrias que caminaban ¿caminaban? Sin sentido hacia un destino ambigüo con óbices de instituciones públicas donde la simple manifestación de las ideas, la desobediencia, el no aceptar rutas impuestas por cualquier presidente descerebrado, eran castigadas con actos represivos con toletes, macanas, palos, prisiones, o la muerte de los lideres con todo y familia, perpetrada por el ejército, o algún cuerpo policiaco especial.
            6.- Fritz Glockner en “20 de Cobre” “Memoria de la Clandestinidad”, nos lleva de la mano a veces entristecidos, otros llorosos, ausentes de figuras dominantes y protectoras a recorrer un poco de “La Guerra de Galio”, algo de “El Proceso”, dos, quizás 3 líneas de “El Móndrigo”, y mucho, pero mucho de un simple catálogo de hechos agobiantes para una familia víctima de la adversidad ostentada en pésimas acciones administrativas, atinadamente calificadas como improductivas:  ni eficaces, ni eficientes.
            7.- Fritz Glockner ejemplifica, seguramente en lo auto biográfico de “20 de Cobre”, lo dicho por el “Che Guevara”, dicho por cientos de héroes hispanoamericanos en todas las guerras intestinas: “para ser héroe en primer lugar no se debe tener familia”.
            8.- Notable es, que lo narrado fue manejado en lo escrito, en “forma muy decente” para atinar a borrar el lenguaje espeluznante generado a la vez por la realidad.  Bién,  el autor no necesita  tales herramientas verbales diseñadas, muy de uso en estos documentos de experiencias infernales, bien no era necesario describir lo leído, sabido,  oído, visto o sufrido:  muertes infamantes indignas de seres supuestamente racionales; violaciones tumultuarias vs.  varonas o varones; golpeos sádicos ejecutados bajo desquiciamientos mentales por bestias mamíferas, bípedas; agresiones contra las familias de los enemigos de la democracia, de sus gobiernos y de la pax de la República, encaminada hacia sus gobiernos emanados de la voluntad y popular.  Ja, ja, ja, ja.
            9.- Estando hace poco en El Salvador, pagando en dólares un tamal de 40 gramos con cinco de crema, 5 de frijoles, me pregunté:  ¿Fué sano hacer una guerra entre hermanos?  que arrojó cien mil muertos, con una guerrilla que tuvo bajo su imperio al 68% de su población con su geografía, para venir a manejar como moneda nacional una amparada bajo el “God we Trust”: de uso para los habitantes del Imperio.
            “Las cosas son como son.  No como deben Ser”.  Máxima actual de la escuela jurídica germana.
            NUESTRA CASA.- Nuevo orden cultural:  exposiciones de nuestras grandezas.   Convocatorias libres -no dirigidas-, para todas las creaciones.  Expresiones populares de rango.

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