Columna | P U L S O   P O L I T I C O

          Acusada de corrupción, encarcelada varios años, enferma, estando en prisión muere una de sus hijas, ella es enviada a un hospital donde pasa un buen tiempo como enferma prisionera y por fin, es liberada por falta de pruebas al final del sexenio de Peña Nieto.

            Unos meses después, está de pié para luchar por la dirigencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, del que era presidenta vitalicia cuando fue destronada.

             Ahora, desde Cholula, Puebla, en una reunión convocada por la organización de jóvenes mentores denominada Maestros por México, (MxM) se lanza a la reconquista de lo que fue suyo, porque en realidad lo fue, pues en el sindicato hacía lo que se le venía en gana y nadie se oponía a sus designios.

             En la forma teatral que acostumbra pronunciar sus a veces largos discursos, Elba Esther Gordillo, tuvo el domingo frases demoledoras para los maestros de su sindicato: “Vemos un magisterio apabullado, agachado, secuestrado y encarcelado en si mismo y en lo colectivo.

            “Los líderes actuales, no sirven para nada, ni siquiera son buenos para ellos, mediocres, pequeños, ignorantes”.

              Se asume como la única líder capaz de cambiar las cosas. No solo se destapa como aspirante a recobrar la presidencia vitalicia del sindicato magisterial, sino a conformar un nuevo partido (el PANAL, perdió su registro en las pasadas elecciones) para emprender una lucha política por el poder en el país.

               Todo lo anterior dicho en forma clara, contundente, apantallante. Y los maestros se olvidan de que su dirigente, antes de ingresar a prisión y después también, fue acusada de corrupción. Era millonaria, todavía lo es, con casa en San Diego, California, con embarcadero; un departamento en París y casa en una de las colonias más distinguidas de la ciudad de México.

                 Se olvida, que una vez que algún reportero hizo la cuenta de lo que llevaba puesto: vestido, reloj, bolsa de mano, joyas, etc., resultó ser la maestra de escuela más elegante del mundo, con un valor, de lo que en ese momento llevaba encima, de un cuarto de millón de pesos.

                  Tal vez por estar concientes de que como miembros del gremio magisterial eran utilizados para beneficio de “la maestra” y su círculo de seguidores, cuando fue encarcelada nadie hizo nada. El sindicato se quedó quieto y no se escucharon voces en su defensa, sino por el contrario, arreciaron los ataques. Pero también pudo ser, porque ya desde entonces el magisterio nacional estaba, como lo ha estado siempre, apabullado, secuestrado, encarcelado en sí mismo y en lo colectivo y ya tenía y sigue teniendo líderes que no sirven para nada, mediocres, pequeños e ignorantes.

                  El magisterio mexicano siempre ha sido tratado por autoridades y dirigentes sindicales, como menores de edad, como alumnos de primaria, a los que se les imponen modelos de conducta y se les castiga con el mismo rigor que a los alumnos de primaria, cuando se atreven a realizar una muestra de rebeldía.

                  Siempre está la amenaza de cambio de adscripción, de causar baja, de hostigamiento en el trabajo, en fin....

                   Y cuando se les quiere reivindicar, como en el caso de Oaxaca hizo el ex gobernador priísta Eladio Ramírez López, quien entregó el manejo de la educación en su estado, a la Sección 22 de la CNTE, los dirigentes abusaron de tal forma, que ahora constituyen un problema grave para el país, pues pretenden que en la llamada “reforma educativa”, que en Cholula “la maestra” llamó “reformita”, reconozca su derecho a manejar las plazas del magisterio a su antojo, lo mismo que el presupuesto.

                  Oaxaca es un claro ejemplo de cómo no debe manejarse la educación en el país. En ese renglón, el educativo, el estado suriano ocupa uno de los últimos lugares en el país; es el que ha tenido a lo largo de los años, el mayor número de paros de actividades; de marchas de protesta por pagos millonarios que dicen que se les adeudan, de plantones y toma de instalaciones oficiales.

                 Las actitudes asumidas por el magisterio afiliado a la CNTE, en Oaxaca, Chiapas, Michoacán y en menor escala en Guerrero, son intransigentes. No hay posibilidad de llegar a arreglos, a acuerdo con ellos. O se les concede lo que exigen o seguirán siendo un problema.

                   Las posibilidades de que Elba Esther Gordillo recobre la presidencia vitalicia del SNTE, son serias. Como ella lo dijo, no hay líderes, entre los miles de maestros del país, que hayan demostrado capacidad para estar al frente del magisterio nacional y proceder con la cordura con la que deben conducirse los maestros para ser ejemplo en una sociedad agobiada por tantos problemas, económicos, políticos y sociales.

                    Parece mentira, pero ella, la dirigente vitalicia, es la que al parecer tiene las agallas y el conocimiento necesarios para poder sacar al buey de la barranca. Además, con ella es posible llegar a acuerdos y arreglos, que ya se cuidará de que sean correctos, pues lo que le ha pasado debió ser una lección para no incurrir en las mismas prácticas que llevó a cabo durante su primera presidencia vitalicia.

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