Domingo, 17 Mayo 2020 20:29

Balcanización

Columna | Desde el portal

 Entre otras consecuencias que ha traído la pandemia es la probable balcanización o mexicanización del país al dejar que alcaldes y gobernadores tomen decisiones de acuerdo a las circunstancias especiales que enfrente cada región, derivada de la diversidad cultural y condiciones geográficas propias de acuerdo a sus usos y costumbres.

 Ya algunos gobernadores del norte del país y de la zona centro se reúnen por su cuenta y toman decisiones al margen de los dictados del Gobierno Federal, lo que constituye un paso importante en cuanto a la descentralización de funciones y según sus necesidades, no siempre iguales a las que prevalecen en el centro y sur del país.

 Esto es importante, no sólo porque el presidente López Obrador dijo que “no nos vamos a pelar” si alguna autoridad estatal o municipal desacata las instrucciones de reapertura de actividades esenciales este lunes 18, sino porque deja atrás el centralismo y las decisiones tomadas desde la comodidad de Los Pinos (antes) o del Palacio Nacional, muy diferente a lo que ocurre en  Mexicali o en Ciudad Obregón.

 La Nueva Normalidad no es sólo en la conducta y a hábitos de higiene, a los cambios en la economía y en el comercio, la industria y los servicios, sino en la nueva realidad política del país: una mexicanización que no necesariamente será una balcanización, pero sí considera la diversidad cultural, geográfica y condiciones propias de cada región, que deberá guiarse por sus usos y costumbres.

TURBULENCIAS

Respeto a decisiones de los pueblos: Murat

 De 269 “Municipios de La Esperanza” declarados libres de covid-19, 203 pertenecen a las ocho regiones de Oaxaca, “donde se respetará las decisiones de los pueblos de acuerdo a sus usos y costumbres”, señaló el gobernador Alejandro Murat ante la decisión de varios alcaldes, entre ellos Oswaldo García Jarquín (Morena) de la capital del estado, de la Unión Liberal de Ayuntamientos de Ixtlán, del Sector Villa Alta, entre otros, que incluso han cerrado accesos a la libre entrada y salida de sus comunidades para protegerse a la pandemia y que han advertido que no reanudarán sus actividades hasta en tanto no haya seguridad para la salud de sus coterráneos…El director general del IMSS, Zoé Robledo informó que del 24 de abril al 15 de mayo a las 12 de la noche, se aprobaron 191 mil 981 solicitudes para empresarios solidarios que durante el primer trimestre del año no redujeron su nómina laboral y destacó la importancia de concluir bien esta etapa para abrir otras opciones de apoyo a  trabajadores, que en este momento necesitan un alivio económico y que deben de saber que cuentan con su gobierno para poderlo solucionar.Hasta el 15 de mayo se logró el nivel más alto de registro con 34 mil 702, para llegar a 191 mil 981 solicitudes, a 22 días que estuvo abierta la plataforma para registrarse, se llegó a esa cifra que representa el 31 por ciento de los 645 mil 102 empresarios, que en su mayoría tienen de uno a 10 trabajadores. Y el Director General del Instituto, Luis Antonio Ramírez Pineda informó que interviene diariamente con diferentes instancias para abastecer las 112 unidades médicas de insumos y equipos para atender a pacientes con COVID-19, y agradeció a la Fundación BBVA y Laboratorios Pisa por la donación de insumos contra covid al CMN “20 de Noviembre” y los hospitales 10 de Octubre” y “Gral. Ignacio Zaragoza”…

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Publicado en COLUMNAS
Domingo, 23 Febrero 2020 21:02

Revolución Mental

En 1978, China se hundía en la miseria. 80% de la población vivía en la pobreza. El ingreso per cápita era de menos de 300 dólares anuales.

Un poco antes, a finales de 1976, había muerto Mao Tse Tung. Mao era buen revolucionario pero pésimo gobernante. De ahí el desastre.

Ese año, en 1978, el nuevo dirigente Deng Xiaoping, lanzó 4 modernizaciones simultáneas de China. El objetivo era salir de la pobreza y lanzarse a la conquista de la prosperidad. Resumió su visión con una metáfora:

-No importa el color del gato. Importa que cace ratones.

Implicaba dejar atrás el que era acaso el mayor lastre del país: la ideología. Si se tenían que tomar medidas capitalistas para beneficiar a la gente, así sería.

La mayoría de los países que han tenido sacudidas importantes han tenido que abrazar el pragmatismo. Lo hizo Roosevelt en Estados Unidos y el rey Juan Carlos en España.

La peor atadura es siempre la mental. Gobernar con un recetario inamovible conduce siempre a un destino cierto: el fracaso.

Quizá por eso alguna vez Winston Churchill respondió a una diputada que lo acusaba de incongruente: con el paso del tiempo, si las circunstancias cambian, yo cambio. ¿Usted qué hace, señora? 

Al país le urge una revolución, no social, no económica: mental.

Instalarnos en el debate neoliberales contra progresistas huele a naftalina y peor: resulta inútil. Divide. Consume: tiempo y energía.

Son tantos y tan complejos los retos del país, tan graves sus desafíos, que elegir una ruta única, rígida e inamovible, resulta inútil y hasta ingenuo.

El país vive en círculos desde el fin del desarrollo estabilizador. Esa ruta, mexicanización del modelo de sustitución de importaciones, se montó sobre una serie de políticas aparentemente contradictorias. Poco tenían que ver las reparticiones agrarias, el sindicalismo y la expropiación petrolera de Cárdenas con el desarrollo industrial y las políticas pro empresariales de Alemán. Sobre ellas se montó un modelo que exprimió lo mejor del país.

A partir de ahí, vino una ola de populismo nacional revolucionario, un impasse tras la quiebra y luego un periodo neoliberal que trajo lo que René Villarreal ha denominado, con gran lucidez, estancamiento estabilizador.

Ahora volvemos a los 70.

Pero ni el mundo ni México es el mismo.

Debemos liberar una de las herramientas más poderosas del talento mexicano: la creatividad.

Los mexicanos han dado muestras de su capacidad de trabajo, empuje y compromiso: basta que crucen la frontera norte para producir. Y producir en serio.

La aplicación de políticas aparentemente contradictorias no solo es admisible en una compleja realidad como la que padecemos: resulta hasta necesario.

Los falsos dilemas nos consumen: el crimen no se combate con desarrollo social o con ley y orden, sino con ambas. La política social no es transferencias o redistribución, es ambas. El país no crece con mercado o con estado: se requiere el concurso de los dos.

Es la combinación de elementos lo que resulta exitoso. Un ejemplo: las bases de la economía digital no hubieran sido posibles sin el financiamiento del estado norteamericano vía el cluster militar. Ahí surgió el embrión del Internet, el GPS, la robótica, el láser entre otras. Luego una generación privada de innovadores lo exponenció e inundó al mundo.

La Unión Europea genera importantes políticas de competencia al mismo tiempo que subsidia actividades. El campo recibe 360 mil millones de Euros.

Talleyrand, una de las figuras más escurridizas de la historia, proclive al cambio de bando sin pudor, reconocía su destino como ser un servidor del estado francés, no de los partidos.

Necesitamos una generación sin ataduras a dogmas ni a ideologías, libre de prejuicios y hasta de partidos, que se enfoque en la resolución de problemas con soluciones creativas.

Hay que pensar fuera de la caja. Innovar. Atreverse.


Twitter | @fvazquezrig

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