Miércoles, 04 Marzo 2020 21:24

Miguel Ángel Martínez Escobar. Su lucha.

Columna | Desde las Galias.

                        1.- El cambio de voz:  Fiscalía, antes Procuraduría, no es suficiente para transformar lo corrupto en honesto;   lo ineficaz en eficaz; lo ineficiente en eficiente;  el atraso técnico en avance tecnológico;  la mentalidad aldeana en pensamientos urbanos;  pero si los diputados consideran que esto  redúcese a darle cargo con rango por siete años, a varona o varón que pueda limpiar como new Hércules:   “Los Establos de Hugías”,  que es la procuraduría estatal y  ha sido durante décadas:   veamos lo que venga.

                        2.- A este honroso encargo aspiraba el archi conocido:   “cuñado”,  Miguel Ángel Martínez  Escobar.  Se atuvo como otros a una convocatoria, entregó papeles solicitados.   Esperó ser atendido y fue olvidado como varios,  pues a fin de cuentas solo un triunvirato  figuró para elegir al Fiscal General poblano.

                        2.1.- El citado ha buscado el amparo justiciero para destruir el suceso nominativo.

                        2.2.- Como abogado aldeano, lamento que la Insolidaridad prive en el gremio litegantil, ayuno de colegiaciones, asociaciones, fraternidades, que les alivie o apoye en sus días de pasos lentos con charlas de enfermedades, pero más lamentable que los ejércitos de abogados formándose en las 400 universidades -o más, poblanas, sean profesionistas alejados de las decisiones administrativas toda vez que afectos no son ni a la política partidaria, mucho menos a la política social, y por ello cualquier gobernador con una cámara diputadil a modo, hará lo que sus pensadores le sugieran  sobre cualquier institución local.

                        3.- El fracaso, -salvo amparo-, de Miguel Ángel Martínez Escobar, o de otros (con experiencias profesionales parecidas) es debido:

                        a).- No hay colegios de abogados con presencia social.

                        b).- Carecen de estructura difusora.

                        c).- Están  desvinculadas de los problemas sociales.

                        d).- Adolecen de centros culturales afines o vinculados a sus carreras.

                        e).- Son desafectos a discutir entre ellos, los problemas jurídicos nacidos del poder judicial, de la Fiscalía General, de las facultades de leyes, de los tratados internacionales o los  generados por mala administración.

                        NUESTRA CASA.- ¿Qué tanta dosis de verdad aguanta un hombre?.
 
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