Martes, 17 Septiembre 2019 18:20

Lo que quedó claro después del 15 y el 16

Columna | P U L S O    P O L I T I C O

             Después de los festejos patrios del 15 y 16 de este mes, es que el país y el estado de Puebla, tienen gobiernos fuertes, con un gran apoyo popular y una raquítica oposición representada por algunos grupos de la sociedad civil, instigados y manejados por  lidercillos de algunos de los partidos políticos existentes. Nada serio.

             Decimos que los gobiernos de México y de Puebla, son gobiernos fuertes, pero no lo es el partido Morena, de donde surgieron.

             El partido Movimiento de Reconstrucción Nacional, sigue siendo un “movimiento”, sin estructura, sin organización, sin una línea ideológica común. Confronta fuertes divisiones internas, por su misma integración: personas salidas del PRD, del PRI y del PAN básicamente y su falta de trabajo para crear la necesaria estructura para tener una buena organización.

              Muchos “morenistas” esperan que el cambio de dirigencia nacional dé rumbo al partido en el poder y se constituya en un verdadero, en un auténtico partido. Si no lo hace, corre el peligro de perder muchos escaños en los congresos federal y locales, así como numerosos ayuntamientos.

              Son muchos los simpatizantes de Morena,  que parecen estar más preocupados por esto, que los militantes de ese partido.

               Siempre será preferible que los gobiernos fuertes de la república y del estado, cuenten con el respaldo de un partido fuerte y bien organizado, a depender solo de la fuerza y carisma de los gobernantes en turno.

               El licenciado Miguel Angel Sosa, fue dirigente de los campesinos cañeros de Atencingo, el ingenio azucarero poblano, que ocupa el segundo lugar nacional en productividad.

               Platicamos con él hace unos días sobre la política implementada para el campo por el actual gobierno federal y nos decía no estar de acuerdo con la entrega personal de recursos de apoyo a los campesinos, porque esa es una política paternalista que puede dar lugar al mal empleo de esos recursos y no precisamente para impulsar la producción agropecuaria.

               El campo requiere de inversión del gobierno federal para ser más productivo, pero en forma directa, construyendo las obras que se necesitan para riego, para semilla mejoradas, para fertilizantes, para recubrimiento de los canales de riego, para caminos rurales, etc.

                En la región cañera de Puebla, se desperdicia el 40 por ciento del agua, porque no cuenta con canales recubiertos, sino de tierra, que propician la filtración del líquido que llega muy mermado a las zonas de cultivo.

                Muchos campesinos emplean mal los recursos que se les entregan sin un proyecto, sin un plan de gastos para mejorar sus cultivos o sus explotaciones ganaderas o avícolas. Los campesinos los emplean para otras cosas, incluso para alguna fiestecita o cosa por el estilo, pero no para invertir para mejorar su trabajo y elevar su productividad.

                 Los campesinos siempre han sido priístas, le dijimos, pero el actual gobierno ya no lo es y el PRI está pasando por su peor época. El sector campesino priísta que siempre le ha sido fiel al tricolor, ¿lo seguirá siendo?

                   “Mire, yo en lo personal sigo siendo priísta, pero la gente se canso de ser fiel al partido a cambio de nada. Desde que hubo cambios dentro del mismo PRI y consecuentemente en sus gobiernos, la situación del campo ha ido de mal a peor y no se diga con los gobiernos panistas tanto los federales como el que tuvimos aquí.

                     “Considero que el PRI ha perdido fuerza, precisamente por la desatención que como partido y como gobierno, tuvieron para los campesinos”

                    “Yo estaría dispuesto a colaborar para revivir al PRI, para reorganizarlo, para fortalecerlo, pero siempre y cuando haya un proyecto serio para hacerlo. Hasta ahorita, no he visto nada.

                    “Ha habido algunas declaraciones que no se ven reflejadas en la realidad o que están fuera de la realidad. Recomponer las cosas dentro del partido, está muy difícil. Hay desánimo, pesimismo, falta de interés y eso viene de arriba-abajo. Ya se cuenta con una nueva dirigencia nacional, pero las cosas no se mueven. Habemos priístas dispuestos a colaborar pero no sabemos ni a quien dirigirnos, quienes, de la cúpula, están realmente interesados en sacar al partido del marasmo y ponerlo nuevamente en circulación”.

Publicado en COLUMNAS

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