Columna | P U L S O    P O L I T I C O

          El Partido Movimiento de Renovación Nacional, presentará en el plazo de 72 horas que establece la ley, las impugnaciones a los resultados que se dieron en la elección de gobernador del estado y de presidentes de algunos municipios. El candidato declarado perdedor de la contienda para la gubernatura, Luis Miguel Barbosa Huerta, la dirigente nacional de Morena y el candidato a la presidencia municipal de Tecamachalco, Ignacio Mier Bañuelos, informaron lo anterior. Dijeron que lucharán hasta lo último, de acuerdo con la ley, sin recurrir a manifestaciones o hechos de violencia.

           Mientras tanto, la señora Martha Erika Alonso, declarada triunfadora en la contienda para la gubernatura, se prepara para iniciar la organización de su gobierno.

             No será fácil para ella ejercer el mando en una entidad en la que tendrá minoría en el congreso local, solo un diputado federal, ningún senador y la mayor parte de los ayuntamientos en manos de partidos o alianzas de partidos opositores a la que ella encabezó.

           Debe evitar cometer errores graves, que ya en el pasado demostraron que provocan enojo entre la población: traer gente de fuera, totalmente ajena a Puebla,  para ocupar los puestos más importantes del gobierno local. Eso se hizo cuando llegó al poder estatal el general Antonio Nava Castillo, y al año y medio de haber iniciado su mandato, un movimiento popular lo puso fuera del gobierno; lo hizo el ex gobernador Rafael Moreno Valle Rosas y por eso numerosos sectores de la población, se han opuesto al arribo de doña Martha Erika al poder estatal, pues piensan que hará lo mismo.

            Ha ofrecido el diálogo incluso con sus oponentes y es lo mejor que podría hacer. La falta de diálogo, la prepotencia, la soberbia que a veces se apodera de políticos en el poder, constituyen la mejor fórmula para lograr el alejamiento y el rechazo de la gente.

             Una política de acercamiento con todos los sectores de la población, de trato amable y cordial con los comunicadores y dar atención inmediata a los problemas que se exponen en las diferentes instancias de gobierno, constituyen la mejor receta para hacer un buen gobierno.

             Durante su campaña política, la señora Alonso Hidalgo, hizo ofrecimientos que fueron muy bien recibidos por la población: apoyo al campo mediante la entrega de semillas mejoradas, fertilizante y maquinaria agrícola, gratis, es algo que tiene que hacerse ya. Es la mejor forma de aminorar la pobreza de la gente del campo, que al no encontrar apoyo suficiente para sus actividades, se ve obligada a emigrar hacia los Estados Unidos, donde encuentra ahora, un gobierno cerrado y con mentalidad racista y prejuiciada contra los emigrantes mexicanos y latinoamericanos en general a los que tacha de criminales, de gente mala.

            También manifestó su incomodidad, por la falta de acción eficiente de la Fiscalía del Estado, lo que ha hecho crecer la criminalidad y la inseguridad en la entidad poblana.

             El sistema de justicia de Puebla, requiere una revisión y análisis a fondo, pues mientras no se vea eficiencia en la acción de los cuerpos de seguridad, seguirá habiendo desconfianza de los ciudadanos hacia las autoridades encargadas de atender este importante problema.

             Debe haber equidad en el gasto público. Los pueblos y ciudades de provincia, reclaman igualdad de trato en la capital del estado y en el resto de la entidad. Ya mejoraron las cosas durante el gobierno de Antonio Gali, pero todavía falta mucho por hacer.

             Fuera de los hechos violentos de esta capital ocurridos la semana pasada, el estado de Puebla está en calma, como el resto del país. La gente se siente satisfecha en general, por los resultados, salvo algunas excepciones.

              Todos los ciudadanos concuerdan en la necesidad de que los partidos políticos que tengan que desaparecer, por no alcanzar el 3 por ciento de la población, desaparezcan y los que queden, que se reestructuren, se reorganicen y se pongan a trabajar en lo que deben trabajar.

              Algo es un hecho contundente: este país fue uno antes de las elecciones y será otro, después de ellas. Se cambiará, ya fue anunciado, el sistema económico neoliberal, por otro que responda a la realidad nuestra. No podemos seguir creyendo que formamos parte del primer mundo o soñando con ser potencia. Somos un país desigual, que debe buscar aminorar esas desigualdades que crean una minoría inmensamente rica y millones de pobres y miserables.

              Llamó mucho la atención de políticos y aficionados a la política, la designación de un joven ex dirigente nacional del PAN, de apellido Martínez, como director nacional del IMSS.

              Como dirigente de su entonces partido, fue impuesto por el presidente Felipe Calderón al más puro estilo priísta y ya en el cargo, no pudo resolver el problema de la división interna que empezó a agravarse en el partido de la derecha y acabó entregando malas cuentas a los militantes. 

Publicado en COLUMNAS

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