Columna | P U L S O    P O L I T I C O

          El IFE, autorizó que el presupuesto para las prerrogativas o subsidios a los partidos políticos, sea en total de más 6 mil millones de pesos para el 2023.

          Sin duda que es una cantidad respetable para las organizaciones partidistas que hasta ahora, que se sepa, no han sabido administrar adecuadamente.

         No hay trabajo de esas organizaciones para fortalecerlas en su estructura, su organización, para incrementar su militancia y educar políticamente a sus miembros para tener cuadros adecuados para ser candidatos a los puestos de elección popular.

        Los partidos pequeños, que son casi todos, se concretan a esperar los tiempos electorales para ver con cual les conviene hacer una alianza y alcanzar el tres por ciento de la votación que se les exige para poder mantener su registro y lógicamente su participación o subsidio de ese presupuesto.

         Ninguno tiene un órgano impreso para divulgar entre los ciudadanos, sobre todo entre sus militantes, sus principios y objetivos como partidos políticos. Ninguna de las agrupaciones partidistas de nuestro país se  preocupa por incrementar su militancia y capacitarla para el trabajo político y administrativo.

          En los años cuarenta y cincuenta, los tres principales partidos de entonces: PRI, PAN y PPS, tenían publicaciones impresas con calidad en su contenido, que contribuían a educar políticamente a su gente; el PRI publicaba una revista muy bien presentada que se llamaba La República, de la que en un tiempo fue director el licenciado Guillermo Pacheco Pulido, cuando ocupaba una diputación federal; el PAN editaba otra magnífica revista de oposición, con críticas de altura para sus adversarios priistas y los gobiernos de entonces, todos del PRI y el PPS, dirigido por Vicente Lombardo Toledano, editaba un diario que se distribuía gratuitamente en la ciudad de México y cuyo nombre era El Socialista.

          TODO ESO PASO A LA HISTORIA: AHORA NO SE tiene conocimiento de la inversión del dinero que reciben como subsidio, mismos que en los tiempos de que hablamos, no recibían los partidos.

          Los rumores de militantes y personas ajenas a cualquier partido o agrupación política, opinan que ese dinero se les queda a los dirigentes nacionales y estatales que se lo reparten como salarios.

         Son poquitos los que tienen oficinas en las capitales de los estados o en las cabeceras de distritos o municipios. En Puebla los partidos PRI, PAN, PRD, tienen casa propia en la capital, misma de la que les dotó el ex gobernador Mariano Piña Olaya. El partido Morena, tiene casa que se compró con recursos que ese partido obtuvo de las participaciones que obtuvo por la muy elevada votación que obtuvo en el 2018, Todos los demás, rentan o tienen oficinas en casas de sus dirigentes.

           Numerosos ciudadanos opinan que las autoridades exijan un informe claro y preciso de la forma en que esos recursos que se les entregan a los partidos, son utilizado. Ese dinero es público o sea pertenece al pueblo de México y por lo tanto tiene derecho a saber si el empleo es el adecuado o hay irregularidades y si se descubre esto último, la autoridad tiene la obligación de proceder conforme a la ley.

          Las universidades reciben subsidios elevados para su mantenimiento. La autonomía de que gozan, está relacionada con la libertad de cátedra, es decir, la autoridad federal o estatal que las subsidia, no tiene derecho a imponer criterios académicos de ningún tipo, pero sí puede exigir cuentas claras del uso que se le da al dinero que reciben de las autoridades.

          En el caso de los partidos, las autoridades no tienen por qué meterse en sus asuntos internos, pero sí en lo que respecta a la forma de utilizar los recursos que provienen del Estado, Debe haber una reglamentación clara y precisa al respecto.

          LOS VOCEADORES DE PUEBLA, YA ESTAN DIALOGANDO con las autoridades municipales de esta capital, sobre el cierre de los puestos de periódicos y revistas de la zona histórica.

         Los voceadores trabajan en puestos callejeros que les fueron concesionados desde hace medio siglo y si ahora han ampliado sus ofertas, vendiendo chucherías, dulces, cigarros, cubre bocas, es para compensar en alguna forma, la caída en la venta de periódicos y revistas, sobre todo durante los dos años y meses de la pandemia de cobit: los periódicos y revistas han subido de precio y consecuentemente las ventas han bajado. La autoridad municipal, aunque sea del PAN, está obligada a entender la situación de sus gobernados.

           LAS CRITICAS QUE HIZO EL PANISTA RAFAEL Micalco a su partido por la alianza con el PRD, que dice, no significa ningún apoyo para Acción Nacional, pues en Puebla apenas significa esa alianza, la aportación del 2.3 por ciento de la votación, ha provocado una airada respuesta del dirigente perredista de Puebla, don Carlos Martínez Amador, que no fue al fondo del problema.

             El PRD fue un partido fuerte hace unos años, pero es un partido de izquierda y los panistas han sido enemigos acérrimos de la izquierda por razón natural, ese partido, PAN, es de derecha.

          Esa alianza ha provocado el derrumbe del Partido de la Revolución Democrática, que cuando se formó Morena, el partido de López Obrador, que fue dirigente nacional del PRD, prácticamente se vació, pues en masa se trasladaron los perredistas al Movimiento de Reconstrucción Nacional.

         Esa alianza también a propiciado el debilitamiento de Acción Nacional en Puebla. Ganó el ayuntamiento de la capital del estado, pero fue porque el ayuntamiento morenista que presidió doña Claudia Rivera, fue un total fracaso político y administrativo.

          Muchos de los panistas tradicionales que se enorgullecen de ser derechistas, dejaron de votar por el PAN y este partido perdió ayuntamientos como los de Teziutlán, Tehuacán, Texmelucan, Atlixco, Tepeaca y otros más, considerados ya como enclaves panistas en la entidad.

           LOS TIEMPOS QUE ESTAMOS VIVIENDO EN MÉXICO, América Latina y en el mundo, son inéditos y de cambios en todo, hasta en el clíma. Tenemos que irnos adaptando en la mejor forma posible.