Columna | P U L S O    P O L I T I C O
 
                 EL PARTIDO “MORENA”, QUE LLEVÓ CON MÁS DE 30 millones de votos al poder al licenciado Andrés Manuel López Obrador, parece haberse deslindado de él y con su pasividad, derivada de su falta de unidad, de su desorganización, de su carencia de estructura y de su carencia de líderazgos, dejar que los opositores a la Cuarta Transformación golpeen al Presidente cuantas veces se les da la gana, sin recibir una respuesta lógica, contundente y entendible para todos de parte de su partido.

                 Los opositores no dejan pasar absolutamente nada que puedan aprovechar para golpear y desprestigiar al mandatario nacional y los militantes de su partido no son capaces de aprovechar las noticias internacionales que ponen de manifiesto la enorme diferencia entre lo que aquí se hace para desmantelar al sistema neoliberal, que fue impuesto a toda Latinoamérica y cuyos países modelo eran México y Chile.

                 En nuestro país se logró echar del poder a los gobernantes neoliberales en forma democrática, con una votación nunca antes alcanzada por ningún mandatario nacional y en Chile, ha seguido vigente el neoliberalismo, con un gobierno de derecha, que en octubre tuvo una rebelión cívica en todo el país, por el intento del gobierno de elevar el precio del “metro” de Santiago, su capital, que solo afectaba a esa ciudad y no a las provincias. Pero fue la oportunidad de millones de chilenos para salir a las calles de sus ciudades y pueblos, descontentos por la pobreza y la pobreza extrema, la enorme desigualdad pues, existente, a protestar por la política económica de su gobierno y de gobiernos anteriores, responsables de esa situación.

                 Las medidas represivas del que fuera el partido más democrático de América Latina, hasta la llegada de Augusto Pinochet, que instituyó el neoliberalismo y que utilizó la represión más cruel contra sus opositores, parecieron terminar con la rebelión, pero ahora la crisis desatada por el corona virus 19, ha hecho renacer esa rebelión en los municipios más marginados de Santiago, Valparaíso y otros grandes ciudades chilenas.

                Un ciudadano pobre, entrevistado por la televisión chilena dijo algo para  que los “morenistas” reflexionen y para que también lo hagan los miembros de las clases medias y pobres de México, que a veces parecen estar convencidas de lo que les dicen, a través de mensajes mañosamente manipulados políticamente por algunos grupos empresariales y partidos políticos de derecha, como el PAN.

                El entrevistado dijo: “El Estado solo está ayudando a los empresarios y a los bancos, pero aquí es la población que sufre hambre”. Otro entrevistado señaló: “Están cobrando la luz, el agua, hay que comprar el gas, mucha gente paga renta y ¿con qué? Si nadie puede trabajar. El problema no es la cuarentena, es la carencia de un Estado que se preocupe por su pueblo”.

                 Los habitantes pobres de los barrios marginados de las grandes ciudades de Chile, lo que están pidiendo al gobierno es apoyo para tener alimentos básicos en sus casas y el gobierno les responde con cañones de agua y gases lacrimógenos utilizados por la policía política mejor capacitada para labores de represión de América Latina, “Los Carabineros”.

                 Estos relatos de la prensa internacional, ¿no pueden ser aprovechados por las dirigencias nacional y estatales de “Morena” para defender al Presidente y desenmascarar a los opositores del gobierno federal? Podrían hacerlo si ya se hubieran decidido a ser un auténtico partido político y no un partido del montón, como lo son todos los que conforman la partidocracia nacional.              

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