Columna | P U L S O   P O L I T I C O

           La propuesta hecha por organizaciones no gubernamentales e intelectuales de México y Puebla, para resolver el asunto de la elección de gobernador, ha recibido elogios y aceptación de muchos poblanos interrogados al respecto.

          El rector de la Universidad Iberocamericana de Puebla, Fernando Fernández Font, afirma que la elección de gobernador en el estado de Puebla, constituye una mancha negra en el proceso electoral nacional. Fernández Font, es uno de los firmantes del desplegado que se publicó el martes pasado en un diario de la capital del país.

           Fernández Font, fue entrevistado por Carmen Aristegui en su programa de televisión y le preguntó sobre el desplegado en el cual firmó. “No podemos decir que hay una mancha negra en todo el proceso electoral y no podemos tolerar que sea en Puebla, que pase como si nada, como si nos dieran un premio de consolación. No estamos abogando por una o por otra persona, sino por el respeto a las instituciones, por la democracia. Parece que finalmente el pueblo se expresó”.

             El hecho que de 2064 denuncias por irregularidades en el país, señaló, 143 hayan sido de Puebla para la elección de gobernador, significa que hay algo muy irregular.

              Señaló que quienes signaron el desplegado publicado el martes, no tienen que investigar, que para eso hay autoridades especializadas  y autorizadas por llevar a cabo ese trabajo, pero como ciudadanos, sí nos toca, dijo denunciar y exigimos que nos den con claridad lo que ha sido el resultado de verdad y si no hay elementos para sostener la elección, pues que se invalide.

              Los firmantes del documento y numerosos ciudadanos entrevistados en mesas de café y en corrillos políticos, señalaron que la forma más justa de resolver este problema, sería realizar una elección solo de gobernador, sin que en ella participaran ni la candidata de la alianza PAN, PRD, MC., Martha Erika Alonso, ni el que fue candidato de Morena, Luis Miguel Barbosa Huerta.

               Eso sería lo correcto y se evitarían sospechas o suspicacias de la ciudadanía.

                Los días previos a la elección, el día de la elección y al día siguiente de la elección, se registraron numerosos actos que demuestran que no hubo limpieza en el proceso de elección de gobernador en Puebla.

                Por otra parte, se dice que los diputados federales electos y la mayoría de los diputados locales electos, no reconocen el triunfo de Marta Erika Alonso. Y a estos, seguramente se adherirán la mayor parte de los ayuntamientos electos.

              Es cosa de que se estudie la propuesta que las organizaciones no gubernamentales, los intelectuales y ciudadanos relevantes en la sociedad poblana hacen en el desplegado de que hablamos y las autoridades electorales federales decidan, pues hay sospechosismo contra altos funcionarios del Instituto Estatal Electoral, atraer el caso. Eso daría paz y tranquilidad a Puebla y se evitarían muchos problemas.

              Estas elecciones han sido traumáticas para mucha gente. Los políticos priístas, con muchos años de militancia en el partido tricolor, de repente han visto truncadas de un tajo sus carreras. Si quieren continuar en la política, tendrán que empezar de cero.

               Los jóvenes priístas, no tendrán futuro inmediato en el Partido Revolucionario Institucional, sino hasta dentro de una década o tal vez más tiempo y eso si participan activamente en la reconstrucción o refundación de su partido.

                Pero la gente tuvo comportamientos inesperados e inusuales en las elecciones del primero de julio: en la ciudad de Chilpancingo, capital del estado de Guerrero, donde incluso cuando el PRD controlaba totalmente a la entidad suriana, desde el gobernador, el congreso local y los principales ayuntamientos de ese estado, eran perredistas, Chilpancingo mantenía un ayuntamiento priísta y los dos diputados de los distritos con cabecera en esa ciudad, también pertenecían al partido tricolor.

             En esta elección, ganó la alianza PRD, PAN, MC., tanto el ayuntamiento como las dos diputaciones.

             Y todavía hay más: la candidata a senadora de Morena, la comandanta de la policía comunitaria Nestora Salgado, que fue acusada de secuestradora por el candidato del PRI, José Antonio Meade,  durante uno de los debates de los candidatos presidenciales, ganó la elección para la senaduría en Guerrero, pero la perdió en su pueblo natal, Olinalá, donde el triunfo fue del candidato priísta.

            En Olinalá nació uno de los candidatos presidenciales más populares de la época post-revolucionaria el general Juan Andreu Almazán y un hermano de él, Leonides, que junto con su hermano estudió en Puebla la carrera de médico, fue gobernador de este estado en los años veinte.

            Otro olinalteco famoso, relacionado con Puebla, fue el primer arzobispo poblano, Ramón Ibarra y González.

             En ese entonces, Olinalá solo tenía salida por carretera de terracería hacia esta capital. Esa población está ubicada a 30 kilómetros del territorio poblano.

              Las elecciones del primero de julio pasado, provocaron una hecatombe en los partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional y de la Revolución Democrática y a otros como Nueva Alianza y Encuentro Social, los desapareció, aunque se resisten a morir y andan luchando para volver a respirar.

             Los problemas internos del PAN, están más intensos que nunca. La división es provocada ahora por la dirigencia nacional de ese partido. No quieren que siga su ex candidato presidencial Ricardo Anaya, al frente del partido que fundó Gómez Morín, pero tampoco aceptan que continúe el dirigente actual Damián Zepeda, a quien señalan como gente suya. Quieren una nueva elección de dirigencia nacional y reformas en sus estatutos, para impedir que los dirigentes partidistas, se agandallen las candidaturas de puestos de elección popular.

             Los del PRD están agarrados de la greña por su estrepitoso fracaso electoral. Están tan desesperados, que ya dijeron que serán “oposición responsable”. Y es que el perredismo se pasó, casi en masa, a Morena, partido fundado por quien fue dos veces candidato a la Presidencia de la República por ese partido.

             El PRI ya nomás habla de la necesidad de unificarse todos para sacar adelante al partido. Parecen no haberse dado cuenta de que requerirán tiempo, unidad, trabajo y dinero, para refundar al PRI, porque con una reconstrucción, no queda...

Publicado en COLUMNAS

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