Columna | P U L S O    P O L I T I C O
            
            En el Museo de Arte Virreinal fuimos testigos de un acto político, presidido por el gobernador Luis Miguel Barbosa, que nos recordó a los eventos políticos de antes, con mucho movimiento, con mucha alegría, con los saludos y abrazos de esa clase de políticos que ya creíamos extinguida.

           El presidente del Senado de la República, el morenista, Ricardo Monreal Avila, presentó un libro de su autoría, Péndulo Político, que fue vendido como “pan caliente”, entre los cientos de asistentes (muchas caras nuevas) que concurrieron al acto.

           Además del gobernador, acompañaron al senador Monreal, el también senador por Puebla, Alejandro Armenta y el presidente del Congreso local, Gabriel Biestro Medinilla, de Morena.

           Terminada la ceremonia donde se hizo la presentación, el gobernador se retiró para continuar con sus actividades de gobierno y el senador Monreal permaneció dos horas más firmando ejemplares adquiridos por sus muchos simpatizantes, dialogando con muchos de ellos y tomándose fotos.

           Dicen que con esta presentación de su libro, Monreal inicia su pre campaña rumbo a la Presidencia de la República (las elecciones serán en 2024) Puede ser. Y si lo es, podríamos afirmar que inició con el pie derecho, pues el entusiasmo entre las numerosas personas que asistieron, fue realmente interesante. Por la tarde hizo otra presentación ante grupos empresariales.

            El pasado martes, falleció en la ciudad de Chilpancingo, capital del estado de Guerrero, el doctor Pablo Sandoval Cruz a los 101 años de edad. Este columnista era niño y ya don Pablo, era reconocido como un gran luchador social de izquierda. Siempre fue miembro del Partido Comunista Mexicano y fundador en Guerrero de los partidos de izquierda: Socialista Unificado de México, Socialista de México, de la Revolución Democrática y de Morena.

            Nunca claudicó. Fue aliado de Genaro Vázquez y Lucio Cabañas, cuando estos recurrieron a la lucha armada para defender los derechos de los campesinos guerrerenses; participó en 1959, en Cuba, al triunfo de la Revolución de Fidel Castro y fue uno de los activistas más reconocidos, en la lucha por la autonomía de la Universidad de Guerrero, que se logró después de varios meses a costa de 19 muertos y la caída del gobierno que encabezaba Raúl Caballero Aburto. Esto en 1960.

             Nació en el pueblo de Acatempan, municipio de Teloloapan, donde don Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide se dieron el célebre abrazo que dio origen a la Independencia nacional y estudió la carrera de médico, en la Escuela de Medicina del Instituto Politécnico Nacional. Fue candidato por la izquierda, a la gubernatura guerrerense. Un hombre congruente, respetable y respetado allá en su estado, que también es mío.

           Varios comentaristas de medios de difusión de la ciudad de México, dan por hecho que Yeidckol Polevnsky, dejará la presidencia de Morena y que a partir de la próxima semana la dirigente nacional del partido en el poder, será Berta Lujan.

            Todo es posible en la paz.

             Lo que sí es cierto, es que si Morena no cambia, a Morena lo cambian.

             El partido en el poder casi total en México, no puede seguir como está: sin línea ideológica común, sin estructura, sin organización, sin disciplina interna. Una cosa es el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y otra, el partido que lo llevó al poder. Hasta ahora, ese partido no ha dado muestras de fortaleza para respaldar al Presidente, por el contrario, se exhibe como un partido con serias deficiencias que lo convierten en un partido débil, dependiendo solo, de la figura presidencial.

             Don Marko Cortés, el dirigente nacional del PAN, anuncia que vendrá a Puebla, para tranquilizar a las mujeres panistas que se le han rebelado a doña Genoveva Huerta Villegas, a quien quieren sacar de la presidencia estatal.

            Pero don Marko, no tiene, en eso están de acuerdo todos, capacidad de liderazgo. Acción Nacional es un partido muy debilitado y esa  debilidad la refleja desde su dirigencia.

           Las huestes panistas, antes tan respetuositas de los dirigentes de su partido, como buenos cristianos, ahora se rebelan por cualquier cosa y este espíritu de rebelión ha llegado hasta a las liberadas mujeres panistas, que ya se asumen como políticas y no como miembros de una agrupación religiosa, como era antes. Carecen de lo básico, que es la unidad y creen que tienen todo para ganar las elecciones del año próximo, por lo menos en la capital poblana. Ya veremos.

Publicado en COLUMNAS

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