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             En un comunicado de prensa emitido por el Partido Acción Nacional de Puebla, ayer, se afirma que la dirigencia de ese partido, ante el incremento de asesinatos dolosos en la entidad, exige a las autoridades estatales y municipales, frenen la inseguridad y la violencia de inmediato.

             Esa “exigencia” pinta de cuerpo entero a los panistas de cúpula en Puebla: están totalmente fuera de la realidad.

             Por si no lo saben los señores de la dirigencia del partido de la derecha, el asunto de los asesinatos, los secuestros y las extorsiones, se iniciaron en el gobierno panista de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, cuando para combatir al narcotráfico declaró la “guerra” a los delincuentes dedicados al comercio de estupefacientes, y lo hizo, sin ningún plan, sin ninguna estrategia, sacando al Ejército y a la Marina a las calles, instituciones que él debía saber, que no tienen preparación policíaca sino militar, efectivamente para “hacer la guerra” o defender al país de una invasión extranjera.

             Los resultados fueron nefastos. Fue como dar un golpe a un panal de abejas para castigarlas porque hubieran picado a un niño. Alborotó la gallera y desde entonces no ha parado la inseguridad y el crimen, que se desataron en todo el país como una plaga.

             El gobierno panista de Felipe Calderón, dejó al país, al final de su gobierno, con el saldo doloroso de más de cien mil muertos y más de 20 mil desaparecidos, en su gran mayoría jóvenes.

             El priísta Enrique Peña Nieto, que lo sucedió en el mando, no habló después de recibir el poder, con la claridad y contundencia con la que ha hablado López Obrador ahora.

             Pero es un hecho que recibió, como dijo el presidente el domingo en Veracruz, “un cochinero”, una situación sumamente difícil, en lo económico, en lo político y en lo social. Y enfrentó con el mismo sistema a la delincuencia desatada, con los mismos resultados de su antecesor. Vicente Fox, el antecesor, también panista, de Calderón, dejó el poder con mayor desempleo, más pobreza. Su gobierno que al inicio tenía más del 70 por ciento de aprobación, en el tercer año, en las elecciones intermedias para elegir a los nuevos diputados federales, su votación tuvo una baja tan sensible, que perdió 50 escaños en la Cámara de Diputados, pues los electores se percataron que el poder en realidad los ejercían doña Matha Sahagún y su aliada la maestra Elba Esther Gordillo, algo que nunca antes había ocurrido en el país.

            Aquí en Puebla, después del gobierno panista del fallecido Rafael Moreno Valle Rosas, el fiscal general del Estado, dijo que recibió una Fiscalía en ruinas y también estaba en ruinas el Poder Judicial del Estado.

            De casi setecientas agencias del Ministerio Público, entre distritales y subalternas que había, se redujeron a setenta y el personal de los juzgados civiles y penales, se redujo al mínimo, para “bajar el gasto corriente”.

             Un renglón tan importante, como lo es la procuración y la impartición de justicia, estaba en ruinas. Si algunos delincuentes eran detenidos, lograban con facilitad su libertad, pues se integraban mal sus expedientes, no se hacían las investigaciones adecuadas, en fin, no había forma de lograr el castigo de los culpables.

              Pero había algo más grave: la mayor parte de los delitos no se denunciaban, porque al suprimir cientos de agencias subalternas del MP, se cancelaba la posibilidad de que las gentes de los pueblos presentaran una denuncia, pues para hacerlo tenían que trasladarse a la cabecera distrital, haciendo gastos que no podían hacer por falta de recursos y en donde no eran atendidos adecuadamente por falta de personal.

              En los juzgados, en donde se carecía de todo, hasta de papelería para tomar declaraciones, los asuntos no avanzaban, porque no había el personal suficiente para ello. La carga de trabajo para el personal que quedó, creció en demasía provocando retrasos en los asuntos que se trataban y estrés entre los empleados.

              Más del noventa por ciento de los delitos no se denuncian, por todos estos problemas y la delincuencia aumenta como es natural.

              Exigir a las autoridades estatales y municipales parar de inmediato la inseguridad y la violencia, por parte de la dirigencia panista de Puebla, solo demuestra el olvido de su propia historia, a nivel nacional y a nivel local y no saber, por ignorancia o mala fe, que problemas como éstos, no tienen solución por decreto, ni por milagro.

             Se requiere de un proceso, que por fortuna ya está en marcha, que debe ser implementado por el gobierno federal, con la coordinación de autoridades estatales y municipales y que además debe comprender, la atención a los problemas sociales de pobreza y falta de educación, combate al desempleo, atención al campo, que por lo que respecta a Puebla, recibió en el sexenio panista del señor Moreno Valle, el menor presupuesto de su historia, en fin, el desarrollo de una política social de beneficio efectivo para los que menos tienen y la creación de un cuerpo de seguridad (Guardia Nacional) con características especiales para brindar una real seguridad a la población del país.

              Al finalizar el gobierno interino del licenciado Guillermo Pacheco Pulido, ya estará en marcha la rehabilitación de la Fiscalía y del Tribunal Superior de Justicia en el Estado, sumamente importante para evitar la impunidad, causa del incremento de la inseguridad y de la violencia.

             Sería bueno que los dirigentes del PAN poblanos, echaran una miradita a lo que ocurre en los estados de Guanajuato, Baja California y Chihuahua, entidades ubicadas en el primero, cuarto y quinto lugar, entre las diez con mayor número de muertes violentas.

              Guanajuato y Baja California, tienen varios sexenios de estar gobernadas por el PAN y Chihuahua, tiene un gobernador panista, que como ellos, los dirigentes del PAN en Puebla, hacía críticas carentes de lógica a los gobiernos priístas y ya como gobernador, ha sido uno de los más críticos con el gobierno actual.

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Domingo, 02 Septiembre 2018 21:20

El Poder Legislativo, ya está en manos de Morena

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         El sábado, primero de septiembre del 2018, es ya una fecha histórica. Es un Congreso de la Unión, dominado por Morena, partido de izquierda cuyo objetivo es cambiar al régimen priísta, que duró más de 80 años en el poder.

          Diputados y senadores de la nueva legislatura, tomaron posesión  de sus curules y sus representantes pronunciaron breves discursos.

           Desde el mismo día de la toma de posesión, al PRI le fue como en feria.

            La senadora y dirigente nacional del partido tricolor, Claudia Ruiz Mssieu, fue acallada por el griterío de los legisladores de Morena y sus aliados, cuando afirmó que su partido no está formado por mercenarios que cambian de ideología, de proyecto y de lealtades, tan pronto como el poder pasa a otras manos.......y se le vino el mundo encima.

            El griterío le impidió continuar, hasta después de un buen rato.

             Todos a coro, empezaron a contar en voz alta del uno al cuarenta y tres, en recuerdo de los normalistas de Ayotzinapa, incluyendo los diputados y senadores del PRD, que al parecer se olvidaron de que cuando ocurrieron esos hechos, el gobierno de Guerrero y el Ayuntamiento de Iguala, estaban gobernados por perredistas que además, tenían mayoría en el Congreso local.

             La respuesta de Mario Delgado, el líder de la bancada de Morena, llamó cínicos a los priístas que pretenden justificar sus ineficiencias y que les entregan un país en ruinas.

             El coordinador de la bancada del Verde, quiso quedar bien con el PRI y con Morena y elogió a Enrique Peña Nieto y reconoció a Andrés Manuel López Obrador y también fue abucheado por los senadores y diputados de Morena y sus aliados.

             Lo que ocurrió el sábado en la instalación de la LXIV legislatura fue una muestra palpable de cómo va a ser la actuación del Legislativo nacional.

              La mayoría del congreso la conforman partidos como Morena y PT y otros, que constituyen una mayoría aplastante, como antes era la del PRI.

              El PRI es un partido minoritario y solo tiene de aliados a los dos diputados de PANAL, partido que está en liquidación por no haber alcanzado el 3 por ciento de la votación total; el PAN y sus aliados, PRD y Movimiento Ciudadano, actuarán cada uno por su cuenta.

              Los diputados y senadores panistas, han dicho que serán una “oposición firme”, igual que lo fueron en sus inicios, hace casi ochenta años en que una y otra vez, eran aplastados por la mayoría priísta.

               De haber sido lo que hoy es Morena en el Congreso de la Unión, el PRI ahora solo cuenta con 15 senadores, de 120 y con 45 diputados, de 500. El PT, leyó usted bien, el PT, tiene 20 diputados más que los priístas.

                 Y los morenitas de Puebla, también ya están posesionándose en serio. Ayer Gabriel Biestro, dirigente estatal, diputado local electo y que además será el coordinador de su bancada, denunció  en conferencia de prensa, que en lo obscurito y mediante el sistema Fask Trak, es decir, sin discusión, en forma rápida para evitar reacciones en contra, los diputados todavía en funciones,    piensan vender el viejo edificio que fue de la Beneficencia Pública y alguna vez fue residencia del Poder Ejecutivo poblano.

               Ese edificio ubicado en la Avenida Reforma y 7 norte, con una superficie de más de 7 mil metros y que abarca media manzana entre la Reforma y la 2 Poniente, es un edificio histórico.

                Ahí estuvieron en un tiempo las oficinas de Turismo, la Biblioteca Franklin, muy concurrida por cierto, por la actividad cultural que realizaba (esa biblioteca era de la embajada  de los Estados Unidos en México) los talleres de imprenta del gobierno del Estado y una importante escuela primaria, que todavía funciona y presta servicio para los niños del centro de esta capital.

                 Pero eso no es todo, hay rumores, denunció, de que se quiere hacer lo mismo con el Teatro Principal. Dijo que Morena no lo permitirá y que dará la batalla para defender el patrimonio del Estado.

              Dentro del PAN poblano, sigue la lucha interna y ninguno de los dos grupos en pugna sede. En el PRI, ya ni lucha interna hay. Sus antiguos sectores, que fueron el pilar del priísmo desde los años treinta: obrero, campesino y popular están prácticamente paralizados.

              Hay quienes quisieran ser dirigentes del PRI en la entidad, pero no tienen posibilidades de éxito, pues además de que el partido tricolor ha perdido a una buena parte de su militancia, que se pasó en forma silenciosa, “la emigración hormiga” le dicen, a Morena, no se les ve interés a los militantes que quedan en recobrar algo de lo que en otros tiempos tuvieron.

              El PRI tuvo un desplome histórico y además de haber perdido el poder en serio, está, no cuentan, muy endrogado con sus proveedores, con el dinero que tiene que pagar al INE, por multas y sus percepciones van a disminuir drásticamente, debido a que los gobiernos federal y local, tendrán que reducirle sus apoyos debido a su desplome en la votación. No, si cuando llega la desgracia, a veces llega en serio y al PRI le llegó.

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           Como si se hubieran puesto de acuerdo, las dirigencias de todos los partidos políticos designaron como candidatos a plurinominales, a personas que no tienen la simpatía de los militantes de a pié.

           Eso se explica porque generalmente esas posiciones se dan a los amigos, a quienes están cerca de  quienes mandan y a quienes tienen algún mérito político aunque no sea conocido.

            El arribo de militantes de los diferentes partidos políticos a agrupaciones que no eran las suyas y obtienen una posición de esas, son los que concitan el mayor descontento de los militantes tradicionales, que consideran que su designación es una injusticia hacia ellos.

              Y en este 2018, como nunca antes había ocurrido, han sido miles de priístas, panistas, perredistas, etc., los que han cambiado de partido una vez que se dieron cuenta que en su partido de origen, no tenían ninguna oportunidad de lograr alguna posición en este proceso.

              La tan cacareada “carrera política” que dicen tener todos los que aspiran a una posición de elección popular, es una utopía que cada aspirante se inventa.

            Sí hay gentes con carrera dentro de su partido, y también es cierto que esa carrera casi nunca la tienen en cuenta las dirigencias partidista para sacar a sus candidatos. No ha sido costumbre.

            La costumbre dentro del PRI, partido al que todos los opositores consciente o incoscientemente pretenden imitar, ha sido la de colocar a gente de confianza, amigos, compadres, familiares, en candidaturas a puestos de elección popular y las que se prestan mejor para ello, son las plurinominales que le permiten llegar a la posición en disputa, sin mayores contratiempos, es más, sin hacer campaña. Basta que estén colocados en la posición adecuada, para que el acceso a una senaduría, diputación federal o local, regiduría, para que lleguen.

            Ese asunto de las candidaturas plurinominales, es algo que deben revisar los legisladores y tomar las medidas necesarias, para que no sean fuente de conflicto al interior de los partidos.

            Ayer se registró oficialmente ante las autoridades electorales como candidato del PRI a la gubernatura, el doctor Enrique Doger Guerrero.

             El candidato priísta, fue rector de la BUAP, presidente municipal de Puebla y diputado local y federal, también por distritos de Puebla, ha tenido posiciones dentro de los órganos directivos de su partido y antes de ser designado candidato a gobernador, fue delegado del IMSS en esta capital.

            Sin duda es un buen candidato por su trayectoria, por su trabajo en diferentes puestos de elección popular y al frente de la principal universidad oficial en la entidad.

            En una entrevista publicada en Cambio el viernes pasado, hizo declaraciones que seguramente cimbraron al PAN morenovallista, que no da muestras de ser una fuerza realmente digna de tenerse en cuenta. La lucha será entre Doger y Miguel Barbosa, el candidato de Morena, que fue el líder de la bancada perredista en el Senado y que logró convencer a la mayoría de los senadores del PRD, de pasarse a las filas de Morena, donde ven en López Obrador, el candidato presidencial de ese partido, como el candidato más viable de la izquierda mexicana.

             Paola Migoya, será la candidata del Partido Verde, a la presidencia municipal de Puebla. Al principio aspiró a ser la abanderada de Morena, pero ese partido no la tomó en cuenta.

            El dirigente del Verde en el Estado, Juan Pablo Kuri, ya hizo el anuncio oficial y en breve será registrada ante las autoridades electorales.

            La candidata afirmó, que no es incongruencia el hecho de haber aspirado a ser postulada por Morena. Lo que pasa, señaló, es que Morena solo simuló estar interesado en hacerla su candidata, pero nada serio.

            Morena también coqueteó con el ex rector de la UDLAP, Enrique Cárdenas Sánchez, para lanzarlo como su candidato y a la mera hora lo abandonó y el doctor Cárdenas tuvo que lanzarse como candidato independiente.

           Parece que ha sido precisamente Morena, el partido que tiene al mayor número de descontentos por eso de las candidaturas y es que le han llegado muchos aspirantes de otros partidos que quieren que les reconozcan los supuestos méritos que tienen en las organizaciones políticas, de las que han emigrado.

           Se sabe de los problemas que Morena tiene en la ciudad de Puebla, pero en los municipios, también hay descontento y hasta salida de muchos militantes recién llegados.

            El PAN poblano sigue dividido en dos grandes grupos: el tradicional, al que algunos llaman “Yunque” y el reciente, denominado “morenovallista”. La fuerza del morenovallismo dentro del panismo local, ha bajado, como es lógico, pues esa fuerza se la daba el gobernador Rafael Moreno Valle y aun cuando la candidatura para la gubernatura del estado es de esposa, la señora Erika Alonso, no solo no es lo mismo, sino que en muchos casos resulta hasta contraproducente.

              La figura de Rafael Moreno Valle, gobernador del estado, sufrió un fuerte desgaste durante los seis años de su gobierno y ahora confronta un desprestigio superior al que el propio gobierno estatal anterior al actual, trató de endilgarle a su antecesor, Mario Marín Torres.

              Por cierto, Enrique Doger, el candidato priísta, ha estado aprovechando bien esa circunstancia, para dar golpes certeros al panismo moreovallista.

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Columna | Etiqueta con Destino

• El Moreno Vallismo con varios escenarios políticos
• En el PAN poblano ya cuentan con su abanderada

Luego del sexto informe de Rafael Moreno Valle Rosas, está más que claro que se ha dado el inicio de la lucha por la candidatura del PAN a la Presidencia de México y algunos aliados para el 2018.

Esto no es una novedad, es sólo que los tiempos van avanzando y siempre se llegan.

Hay un primer escenario en el Moreno Vallismo:

Que Moreno Valle Rosas logre la candidatura del PAN para el 2018, pero eso podría llevar a que no pueda dejar a su esposa en la lucha por la gubernatura.

Escenario Dos: No lograr la candidatura a la Presidencia y negociar un escaño al Senado, para hacer campaña nacional 6 años y además dejar a su esposa al frente del gobierno de Puebla.

Escenario Tres: No lograr la candidatura pero negociar dejar a su esposa para gobernar Puebla y él tome el mando de la dirigencia Nacional del PAN y desde ahí mantenerse vigente para buscar la candidatura de Acción Nacional para el 2024, porque aún tiene tiempo.

EL CASO PUEBLA

Así como se inicia la carrera presidenciable, ha empezado la carrera por la sucesión de José Antonio “Tony” Gali Fayad, en el gobierno del estado de Puebla y fue claro el destape que realizó el gobernador de su esposa y Secretaria General del PAN, Martha Erika Alonso de Moreno Valle.

Algo que ya estaba en el imaginario colectivo.

El rumor hecho realidad.

Mientras tanto en la casa de enfrente de la docena que han levantado la mano por la posible candidatura sólo 3 y a lo mejor 5 cuando mucho.

El mismo Delegado de SEDESOL, Juan Manuel Vega Rayet, así lo reconoce, dice que los 3 más fuertes son: Enrique Doger Guerrero, Alejandro Armenta Mier y Juan Carlos Lastiri Quiróz, pero los otros dos que pudieran entrar al quinteto son: Alberto Jiménez Merino y yo.

El problema en el PRI es la división que existe entre todos los aspirantes priistas por lo que los blanquiazules han de estar muertos de risa.

PEÑA NIETO UN LASTRE PARA EL PRI EN EL PAIS

Platicando con varios priistas, delegados federales, diputados locales y federales, así como Presidentes Municipales emanados del tricolor aceptan que hoy el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, se ha convertido en un lastre para el PRI.

Esa situación ha incrementado en la sociedad y en las redes sociales un repudio enorme a todo lo que huele a PRI, aunque dicen que el PAN, también tiene un segundo lugar del malestar social.

La figura presidencial hoy no ayuda a su partido, por el contrario lo convierte en una gran muralla que deberán enfrentar en el proceso electoral del presenta año y por supuesto para el 2018.

Aunado a lo anterior el descontento va creciendo por el gasolinazo y el incremento natural que se está dando en otros productos como el tortillazo, el boletazo en el pasaje, más la escalada que continuará conforme pasen los días.

Hay malestar contra funcionarios de los gobiernos, federal y estatal y contra los legisladores federales (Senadores y Diputados) por haber aprobado el aumento al hidrocarburo.

Eso nadie lo puede frenar, sobre todo porque el gobierno federal no ha tenido la capacidad durante todo el sexenio de comunicar, de responder, de atender las demandas sociales.

¡Peña Nieto y el PRI, cuesta abajo!

¿O no?...

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Martes, 15 Noviembre 2016 17:56

¿Por qué el PAN no crece en Puebla?

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 El partido Acción Nacional ha tenido en Puebla tres momentos de gloria: en 1973, cuando por primera vez en su historia local, ganó por mayoría, las diputaciones federales de los dos distritos que entonces tenía esta capital; en los años ochenta, cuando lanzó como su candidato a la presidencia municipal de Puebla, a una persona ajena a ese partido, el ingeniero Ricardo Villa Escalera, y en el 2010, cuando ganó la gubernatura del estado, con Rafael Moreno Valle, cuya trayectoria política, se había forjado en el PRI.

 Desde los años 70 ganó la presidencia  municipal de Tehuacán, segundo  municipio en  importancia en el estado; obtuvo otros triunfos en municipios importantes como Texmelucan, Atlixco y Teziutlán, y pese a todo ello es un partido que no crece.

   Las votaciones que ha obtenido, se deben más a los candidatos que ha propuesto a la ciudadanía que a las propuestas del  propio  partido.

  Los candidatos  triunfadores han sido en su mayoría ajenos al panismo tradicional. No han sido militantes tradicionales.

  Cuando conocimos al PAN poblano, este partido  estaba conformado por personas de clase media muy entusiastas y trabajadoras que en familia dedicaban los fines de semana, como si fueran de la Acción Católica o de cualquier otra agrupación religiosa, para  visitar pueblos cercanos  y adoctrinar  políticamente a los pequeños  grupos que lograban conquistar.

  Sin embargo, la irritación que  llegaban a provocar los políticos priistas, que en muchos casos abusaban del poder  hacía que los ciudadanos volvieran sus ojos al viejo partido opositor considerado de derecha.

  En 2010 alcanzó  un triunfo  increíble gracias a que el candidato a la gubernatura, Moreno Valle, era un  político completo, bien entrenado y popular por su anterior militancia priista.

  Era la oportunidad de hacer crecer el partido en serio, aquí en Puebla. Incluso hubo un intento de afiliación masiva promovido desde el poder, que sin embargo, fracasó, y es que los panistas tradicionales, además de carecer de carisma personal, conforman un grupo que forma  su mundo aparte, alejado del pueblo y sus preocupaciones.

   Parece que ese  ha sido  su problema principal.  Su militancia tradicional  conformada por hombres y mujeres egresados de escuelas confesionales tienen dificultades  para convivir con personas de  lo que ellos llamarían el populacho, gentes formadas en escuelas oficiales para quienes Don Benito Juárez, Vicente Guerrero, Juan Álvarez, son  héroes de la patria  y no Miguel Miramón o Agustín de Iturbide.

  Los movimientos  universitarios de los años 60  pusieron de manifiesto  esa división ideológica del pueblo poblano.

  No es de extrañar pues, que ahora  apoyen los del grupo tradicional, a doña Margarita Zavala, para la candidatura de su partido a la Presidencia de la República, y que Acción Nacional se encuentre dividido en todo el país, pues  han ingresado a él gentes ajenas a la tradición panista.

  Manuel Espino, quien fuera  su dirigente nacional en tiempos de Felipe Calderón, afirmó que había necesidad de cuidar  el ingreso de nuevos  miembros al partido blanquiazul porque su llegada al poder podría hacerlos perder al partido.

  Sus palabras fueron proféticas: el PAN ha llegado al poder, pero ya no es el PAN, pues sus militantes  son una mezcla de liberales, conservadores, gente sin ninguna ideología  partidista y oportunistas.

Y todavía más, están divididos y todo porque su llegada al poder los ha enloquecido.

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