Martes, 20 Junio 2017 18:27

Graves problemas internos en PAN y PRD

Columna | P u l s o    P o l i t i c o

      Los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática, que durante varios años han sido dos de las tres organizaciones políticas más importantes del país, están confrontando serios problemas internos que benefician al recién registrado partido Movimiento de Regeneración Nacional, por lo menos en Puebla.

     Acción Nacional, PAN, y el de la Revolución Democrática, PRD, están divididos en tribus que se golpean internamente y que están provocando su debilitamiento.

     Los panistas que se consideran, ellos mismos, como doctrinarios, algo que estaría a discusión, tienen un pleito casado contra los morenovallistas, que son panistas de nuevo cuño.

      Son grupos completamente diferentes: los primeros son herederos del neopanismo de los años ochenta, que fue con el que el PAN inició su debacle ideológica, aunque le permitió ascender al poder, y los segundos, son los panistas que salieron del PRI porque dicho partido no los tomó en cuenta para sus candidaturas de la primera década de este siglo.

       Tienen pues intereses diferentes pues  ninguno de los dos grupos, fue formado en la ideología panista. Ambos luchan internamente por controlar a su partido, ahora en manos de los morenovallistas, que según los neopanistas de los ochenta, lo ejercen para golpear a los panistas llamados “yunquistas” y para alcanzar el poder con el único fin de beneficiarse individualmente y como grupo.

       Los “yunquistas”, primera ola del neopanismo, fueron hechos a un lado del poder estatal, alcanzado por el morenovallismo, en el 2010 y ahora quieren recobrarlo por lo menos dentro de su partido, pero no tienen ni la fuerza política y menos moral para lograrlo. Fueron los que abrieron las puertas a la segunda ola de neopanistas que los desplazó por completo, así como ellos desplazaron en su momento, a los llamados doctrinarios.

       Ahora se espantan, de que el PAN haya perdido su ideología, que ellos tampoco tienen y pocos conocen realmente.

       Los partidos políticos mexicanos han sido desideologizados por el neoliberalismo. Ahora y desde Salinas de Gortari, todo gira en torno de cuestiones económicas, que si bien es cierto que son muy importantes en política, cada partido tenía una idea clara de hacia adonde llevar al país para que su gente se beneficiara y lograra superar las diferencias económicas, educativas, culturales y sociales, que nos mantienen en una situación de atraso.

       El PAN estuvo 12 años en Los Pinos y no solo no hizo cambios en el sistema económico, sino que siguió fielmente las indicaciones del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la OCDE y no solo eso, sino que en el régimen salinista, el más destacado panista, Diego Fernández de Ceballos, llamado por los priistas “El Jefe Diego”, dijo campantemente, que el modelo económico impuesto en nuestro país, había sido robado por el gobierno priista al PAN. Es decir, que había una coincidencia total en ese aspecto. Y así nos fue.

       Esta guerra interna, que parece no tiene solución, va a acabar debilitando al partido que siempre fue considerado representativo de la derecha: Al principio por sus planteamientos afines a los de la Iglesia Católica y después, a los del capitalismo salvaje (neoliberal) de todos modos contrarios al sentir general de la población.

        En el PRD las cosas no andan mejor: ahí la lucha interna siempre ha existido, pero se agudiza en época de elecciones. Las alianzas con el partido de la derecha, PAN, han caído mal entre la militancia de buena fe de ese partido supuestamente de izquierda. La actual dirigente nacional perredista, doña Alejandra Barrales, ha cometido dos errores garrafales en los últimos meses: No haber informado a su partido sobre un departamento de lujo que tiene en Miami, Estados Unidos y haber tenido pláticas con el dirigente nacional del PAN, para hacer una alianza para el 2018, sin conocimiento de la militancia.

       La dirigente estatal del PRD, Socorro Quezada Tiempo, acaba de decir en una conferencia de prensa, que los perredistas poblanos prefieren ir solos a las elecciones del año próximo, que aliados con un partido que representa todo lo que el PRD rechaza.

       La alianza del PRD con Morena, ya está descartada, desde el momento en que el fundador y dirigente de este último, dijo que ya se acabó el tiempo y que su partido no irá en alianza con nadie, excepción del PT, con el que de hecho ya tiene alianza en el Congreso de la Unión.

        El partido ganador de todo este revoltijo político, será Morena, ya que captará a los perredistas inconformes con su partido, a algunos panistas (muy pocos) y posiblemente a priistas también inconformes con lo que pasa dentro del tricolor. Ya le contaremos.

Publicado en COLUMNAS

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