Columna | P U L S O    P O L I T I C O

           Si en una elección hay tres candidatos y 41 diputados con derecho al voto y uno de esos candidatos gana por 40 votos a favor y una abstención, ¿qué quiere decir eso? Que quien resultó electo, cuenta con la simpatía de los votantes; que el triunfador tuvo la simpatía mayoritaria de los electores y que dicha elección fue un acierto atribuible al buen sentido común de quienes tenían derecho a elegir.

            Pero para los panistas el significado de esa votación arrolladora a favor de Pacheco Pulido, para gobernador interino, es que se violó un pacto y que el presidente Andrés Manuel López Obrador, obligó a todos los diputados: del PAN, del PRI, de Morena, del PT, en fin, de todos los diputados de todos los partidos, a votar por quien resultó triunfador.

            Esa postura de los “demócratas derechistas del PAN”, los pinta de cuerpo entero.

             Su reclamo es que no se respetó el pacto antidemocrático de que al margen de la votación de los diputados locales, se diera el triunfo a un mimbro del PAN y de preferencia a quien ya ocupaba el cargo de Secretario General de Gobierno, sin tomar en cuenta que no llenaba los requisitos que establece la ley para ser gobernador interino.

            A López Obrador le llamó la atención la votación casi unánime y preguntó por quien habían votado los diputados panistas y la respuesta fue que por Pacheco Pulido.

              El asunto es indicativo de que los representantes populares ya están en onda con la opinión pública, con los ciudadanos comunes y corrientes y los panistas todavía andan pensando en pactos, en la intervención de las “cúpulas” partidistas, para decidir una elección democrática. Pobrecitos.

             La lucha política que viene, es la de la gubernatura constitucional para terminar el periodo que dejó trunco, por la tragedia, la licenciada Martha Erika Alonso de Moreno Valle.

             Todos los partidos políticos de Puebla, están sufriendo por sus falta de identidad ideológica, su falta de organización, su carencia de infraestructura y su falta de unidad.

              Las uniones o frentes partidistas parece que no van a poder funcionar ahora.

              Ni siquiera la unión de PRI y PAN, que se veía venir, pero que fue detectada y criticada a tiempo por los propios priístas.

              La advertencia de Felipe Calderón, el ex presidente de la república que acusó de pretender apoderarse del partido Acción Nacional, a “una pandilla de políticos que lo utilizarían para sus fines personales o de grupo y también las advertencias del senador panista Daniel Zepeda y del nieto del fundador del PAN, dieron al traste con lo que un pequeño grupo de infiltrados pretendían llevar a cabo.

             Ahora la mayor parte de los partidos, más por fuerza que de buena gana, lo que se proponen es lanzar candidato propio, pero eso les va a costar mucho trabajo y tal vez hasta pierdan el registro en el intento.

             El PRI es el partido con mayores posibilidades de lanzar candidato propio. Tiene líderes en todos sus sectores, aunque ya como partido, sufre de falta de unidad.

             Enrique Doger Guerrero, no quita el dedo del renglón y pretende volver a ser el abanderado del partido tricolor para las elecciones próximas.

              Ampliamente conocido entre las clases medias urbanas, ha sido rector de la BUAP, presidente municipal de Puebla, diputado local, diputado federal, delegado del IMSS en la entidad, etc.

              Otro que cuenta con un buen número de seguidores, principalmente en el medio rural, es el ingeniero Alberto Jiménez Merino. Conocedor del campo y sus problemas como pocos y con proyectos adecuados a la realidad para resolverlos.

                Pero el PRI ha perdido la confianza en sí mismo y eso se debe a que durante los últimos años, ha tenido malos dirigentes nacionales, que nada han podido hacer por recobrar la unidad o mejor dicho, nada han querido hacer, pues sobre todo la última dirigencia nacional priísta, demostró una total falta de oficio político para resolver los graves problemas internos que ese partido ha venido confrontando.

             La lucha interna afecta a todos los partidos por igual, pero en el PAN, en el PRI y en Morena, se ve más claramente.

             Morena ganó la pasada elección en forma arrolladora, y sin embargo, ese partido se ve debilón para ganar la elección de gobernador de Puebla y es que todavía no hay dentro del nuevo partido, un fuerte trabajo de organización, de creación de infraestrctura y de ideologización, muy necesario para que logre consolidarse como la fuerza electoral que es.g                                                                                                                                                                                                          

Publicado en COLUMNAS

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