Domingo, 26 Abril 2020 20:11

Los domingos, esta capital, luce desolada

Columna | P U L S O    P O L I T I C O

             LA CUARENTENA DECRETADA POR LA EMERGENCIA SANITARIA, se cumple en un 70 o 75 por ciento en el centro de esta capital. Es lógico, hay mucha gente que tiene que abrir su pequeño negocio o realizar alguna actividad y tiene que recurrir al centro. Los domingos es diferente: el zócalo y sus alrededores, lucen desolados. Muy pocos autos, muy pocos viandantes: los templos permanecen cerrados, los cines también así como gran parte de los restaurantes y los cafés, donde se comenta el diario acontecer del estado y del país.

             Más gente ha empezado a usar los tapabocas más frecuentemente y a saludar a  viejos conocidos tocándose codo con codo o puño con puño, pero por lo pronto se han abandonado los saludos de mano o los efusivos abrazos.

            Y todavía falta un mes de cuarentena: Iremos a aguantar. ¿Cuáles de nuestras costumbres irán a desaparecer? ¿cuáles de las nuevas formas de convivencia, prevalecerán después de la emergencia?

             ¿Será cierto que después de este largo periodo de confinamiento habrá cambios substanciales en nuestro comportamiento diario? ¿qué ya no seremos los mismos?

              Hay zonas del estado de Puebla, como la zona sur más conocida como la mixteca, que se va a ver forzada a cambiar no solo sus hábitos de convivencia, si no sus hábitos de consumo. Ya desde ahorita, están sufriendo la crisis económica que todos esperan, pero que en esa región del estado, con fuerte emigración a los Estados Unidos, ya llegó. Miles de familias de los pueblos diseminados por el sur de la entidad, dejaron de recibir las remesas de dólares que sus parientes radicados al otro lado del río Bravo, les enviaban semanaria o quincenalmente para que pudieran sobrevivir.

             Un padre de familia, con dos hijos en Estados Unidos, ya no recibe lo que sus hijos le enviaban para que ellos pudieran tener aquí una mejor nivel de vida. Y aunque pudieron hacerse de una casa y algunos animales de granja para ayudarse, ya no será igual, nos dice

             Y esto lo están resintiendo ya los comerciantes, los médicos, los dentistas y otros prestadores de servicios a la población abierta.

             Su esposa, una señor ya entrada en años, nos comenta y esto apenas comienza.

             MERECIDOS ELOGIOS RECIBE EL PLAN DE REHABILITACIÓN ECONÓMICA que ha anunciado el presidente Andrés Manuel López Obrador. También se le hacen críticas, sobre todo de parte del sector minoritario de la población, acostumbrados al derroche de las clases medias acomodadas y altas.

             Mexicanos somos todos, ricos, medianitos y pobres y todos merecemos la atención del gobierno en situaciones de emergencia como la que estamos enfrentando.

             Pero hay que recordar, los mexicanos luego tenemos flaca memoria, lo que pasaba en situaciones de tragedia como sismos, ciclones, etc., después de las evaluaciones de los daños, llegaban préstamos de la banca internacional por millones de dólares; se anunciaban grandes planes de reconstrucción y uno o dos años después, había, todavía las hay, protestas de los damnificados porque se decían engañados, ya que los ofrecimientos de ayuda, nunca llegaban.

             El actual gobierno federal, pero también los gobiernos estatales y los municipales, están obligados a buscar formas de no endeudar más al país, de garantizar una ayuda económica inmediata a quienes perdieron parte o todo su patrimonio; apoyos y excensiones a pequeños, medianos empresarios y apoyos también, pero no en efectivo, a los grandes empresarios.

           La economía que ha sufrido daños grandes como nunca se había visto, tiene que reconstruirse, rescatarse el empleo, reactivar las ventas, reactivar el consumo, la producción de bienes y servicios y eso no es cosa fácil, además, eso nunca deja a todos satisfechos por que los que más tienen han estado acostumbrados a recibir trato preferencial y ahora ven que el trato preferencial es para los que menos tienen.

          Todos debemos entender, que en esta tragedia humana, estamos embarcados todos y o salimos todos bien de esto o nos hundimos todos.

           Muchos politólogos y sociólogos han dicho, que esta pandemia del Covid-19, es una gran oportunidad para la humanidad, de mejorar en todo sentido, empezando por disminuir las terribles desigualdades existentes en el mundo y lograr una sociedad más justa, menos desigual, impulsando la salud y la educación para todos y lograr mejores oportunidades para hombres y mujeres de todas las razas, de todos los pueblos, de todas las religiones.

Publicado en COLUMNAS

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