Columna | P U L S O    P O L I T I C O

         Ayer, al término de una comida ofrecida a reporteros de los medios de comunicación locales, con motivo del fin de año, el presidente del comité municipal del Partido Revolucionario Institucional, Sebastián Orozco, destapó como precandidato a la presidencia municipal de esta capital, a José “Pepe” Chedraui, quien ha sido diputado local y presidente del comité directivo estatal de su partido.

          Interrogado por los reporteros, el señor Chedraui explicó las razones, por cierto muy sensatas, por las cuales no pretende la candidatura a la gubernatura del Estado. Dijo que el Revolucionario Institucional quedó muy golpeado en el 2018 y que la recomposición del partido debe hacerse poco a poco, con el esfuerzo, el trabajo de sus militantes.

          Esa es una posición realista, que ya nos había explicado el dirigente priista municipal. El joven líder nos dijo que las posibilidades de ganar la presidencia municipal de la capital del estado con un buen candidato, como sin duda lo es el señor Chedraui, son muchas y que en las circunstancias actuales ganar la gubernatura, se revelan muy difíciles.

         Los dirigentes poblanos del Revolucionario Institucional, nunca se habían mostrado con tanta sensatez en el análisis de su situación actual, como lo están siendo ahora y es que los golpes enseñan mucho sobre todo en la actividad política.

         Chedraui, cuando hizo uso de la palabra, fue muy atento y cordial con los periodistas y respondió con realismo a todos los cuestionamientos que se le hicieron. Es priista por convicción y no por conveniencia y si está dispuesto a ser candidato a la presidencia municipal de la capital del Estado, sabe de los riesgos que eso significa: sabe que su partido no  está en las condiciones de antes y que puede ganar o ser derrotado, dependiendo del candidato que lance su principal oponente, el partido en el poder, Morena.

        Los dos principales problemas que confronta el partido tricolor, son la destrucción de su infraestructura y su incapacidad económica.

        Alguien dijo que para ganar en política se requiere, como en la guerra: organización y dinero, dinero y más dinero. La organización del PRI está por los suelos y para rehacer su estructura, tiene solo el amor de sus militantes a su partido y su voluntad de trabajo. Si antes tuvo dinero de sobra, ahora es lo que más le falta.

        LA ALIANZA PRI-PAN-PRD, A RESULTADO, COMO todo mundo sabe, un fracaso: los priistas de a de veras, están enojados, sobre todo porque los panistas asumen actitudes de superioridad.

        No se dan cuenta o no quieren darse cuenta, de que si alcanzaron el segundo lugar en la votación del 2018, no fue porque sean realmente superiores al PRI, sino porque las circunstancias los ayudaron.

        EL PAN nunca ha tenido cien municipios del estado organizados y el Estado tiene 217 municipios y más de 600 juntas auxiliares.

      La organización panista siempre ha sido defectuosa y si ha tenido triunfos en municipios importantes en Tehuacán, San Martín Texmelucan, Teziutlán, Huauchinango, Tepeaca, Atlixco y otras, ha sido por las malas administraciones del PRI, en la época neoliberal y no porque la gente acepte su ideología conservadora, sumamente atrasada.

          Hay algunos priistas que aceptan la alianza con el PAN, pero son muchísimos los que no están de acuerdo con ella, así como hay panistas que reniegan de su alianza con el PRI, los hay también de acuerdo con esa alianza, que les permite obtener algunos logros para su partido.   

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