Columna | P U L S O   P O L I T I C O

        Una vez que se dé a conocer la convocatoria respectiva, arrancará el proceso para elegir al rector de la BUAP para un período de cuatro años.

       Se precederá a la elección de 12 consejeros universitarios que integrarán la Comisión de Auscultación, que será la encargada de recibir todos los pronunciamientos a favor de los aspirantes a ocupar el cargo, que realicen los miembros de la Comunidad Universitaria.

        Después de que se conozca la valoración y aprobación que haya hecho la comisión mencionada, se procederá al registro de los candidatos aprobados, ante la Comisión Electoral, que estará integrada por 7 consejeros. Durante este mes de agosto, se presentarán las candidaturas y se llevarán a cabo las entrevistas ante la Comisión de Auscultación.

        A finales de este mes, se efectuará también la nominación y el registro de los candidatos y se iniciarán las campañas que tendrán una duración de una semana.

       La jornada electoral universitaria se llevará a cabo en los diez primeros días de septiembre.

      La calificación se hará a mediados de ese mes y el 4 de octubre, quien resulte electo por el Consejo Universitario para sustituir al actual rector, tomará posesión del cargo.

      El proceso será democrático, pero no de democracia abierta, pues la BUAP no está trabajando formalmente desde el inicio de la pandemia, pero todo el procedimiento está apegado al que han seguido tres universidades oficiales de la república. La convocatoria está apegada a la ley y el sistema que se utilizará será el de democracia representativa.

        Hay tres aspirantes que son realmente los que “suenan” en el ámbito universitario: en primer lugar: la bioquímica Lilia Cedillo, quien es maestra de la Facultad de Ciencias Químicas y ha ocupado cargos administrativos dentro de la institución; la historiadora Guadalupe Grajales, del Insituto Vélez Pliego, y el director del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego”.

        La Lucha pues, será entre las nuevas generaciones universitarias que tienen como candidata a la bioquímica Lilia Cedillo y la vieja clase política de la UAP, representada por los otros dos aspirantes con presencia real entre las bases. Hay más personas, hombres y mujeres que han manifestado su interés en figurar, pero según opinión de estudiantes y maestros, todavía les falta…

       Habrá debates entre los que resulten candidatos y será entonces cuando se conozca realmente el peso político de cada uno. Las corrientes son dos: la nueva generación y la que surgió en las luchas iniciadas en los años sesenta, encabezadas por el ingeniero Luis Rivera Terrazas.

         En todo este proceso estarán representadas las 43 unidades académicas de la institución, los 7 complejos regionales y las escuelas preparatorias.

       Como siempre se esperan presiones internas y externas. Las externas son consideradas peligrosas, porque representan a intereses ajenos a la universidad, pero que pretenderán hacer ganar a alguno de sus candidatos, para influir ideológicamente en la formación de los universitarios o para hacer negocios a costas del presupuesto de la institución. Veremos a ver qué pasa.

       ESTA SEMANA HABRA UN ESCÁNDALO en el PRI local. Un crecido grupo de priístas manifestará su inconformidad con la actual dirigencia estatal del que fuera el partido más poderoso de México. Su demanda será un cambio de dirigentes y la exigencia de pago para 52 delegados regionales electorales, que trabajaron durante meses en la organización de las campañas de los candidatos priístas a diputados y presidentes municipales y regidores y al final les dijeron que no había dinero.

       Después de negociaciones entre la dirigencia estatal y los afectados, llegaron al acuerdo de que se les entregarían 20 mil pesos a cada uno en dos pagos. Ya pasó la fecha para cubrirles el primer pago y toavía no reciben nada, aunque sí ha habido dinero para fiestas del presidente del comité estatal que se promueve por todo el estado y para llevar cinco camiones con acarreados a la ciudad de México, para apoyar al dirigente nacional Alejandro Moreno Cárdenas, “Alito”, que enfrentaba la toma de las oficinas del PRI nacional, demandando su renuncia.

     Este miércoles habrá una reunión de los 52 delegados y de priístas que los apoyan, para denunciar los abusos y errores que la dirigencia local ha cometido.

    Y EN EL PAN, TAMBIÉN HACE AIRE: El partido representante de la derecha mexicana, Acción Nacional, también enfrenta la rebelión de sus bases aquí en Puebla, pues se niegan a aceptar, muchos militantes, la reelección de doña Genoveva Huerta como dirigente estatal.

       La dirigencia nacional que encabeza don Marko Cortés, es quien con sus actitudes, ya casi anunció la reelección.

       Eso no lo aceptan ni los panistas locales de la capital, ni los del interior del estado y es lógico. Doña Genoveva, nunca ha sido electa para ocupar ese cargo. Fue impuesta por el entonces gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, y después de la trágica muerte del exgobernante y de su esposa, que era gobernadora recién electa, ha seguido en el cargo, pero ella nunca ha sido panista, sino morenovallista, que no es lo mismo.

      Los dirigentes nacionales del PAN, nunca han entendido o han querido entender, que dentro de su partido, se conformó un grupo llamado “morenovallista”, que solo obedecía órdenes y directrices, de su jefe el gobernador. Ellos ni habían sido, ni fueron, ni son panistas. El señor Moreno Valle Rosas, ganó la gubernatura cobijado por el PAN y con el apoyo de la entonces priísta Elba Esther Gordillo, dirigente del SNTE, que fue el que implemento, con sus “soldados electorales” que en ese entonces había en esa organización, el triunfo del candidato panista y que después, ya en el poder, no tuvo en su gobierno a ningún panista en cargos importantes. Solo uno, de la familia Rodríguez Concha y nada más.

       Los panistas importantes de Puebla, salieron todos de la entidad y han regresado después del trágico fallecimiento del gobernante. ¿Eso no les dice nada?

       Los opositores a la repetición en el mando del partido en Puebla de doña Genoveva, exigen una elección democrática, olvidando que su partido, se ha erigido como democrático, pero en la realidad, nunca lo ha sido y eso ha sido causa de su “achicamioento” al punto de tener solo un poquito más de los militantes que necesita para conservar su registro.      

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