Columna | P u l s o   P o l i t i c o

      De todos los males que hemos venido padeciendo desde la llegada de la tecnocracia a este país, el de la inseguridad es el que más preocupación provoca entre la población, pero tiene como origen la pobreza generalizada y la impunidad.

      En la prensa de circulación nacional se dan a conocer cifras escalofriantes: Del 2014 a los cinco primeros meses de 2017, se han cometido en México 70 mil muertes dolosas y de esa enorme cantidad de asesinatos, generalmente de jóvenes, la Procuraduría General de la República, solo está investigando 415. (Estos son datos oficiales proporcionados el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública)

      Son poquísimos los estados que no están confrontando un problema de este tipo. Tan solo en Puebla, que proclamaba ser una entidad segura y tranquila, está pasando por un periodo que echa por tierra toda presunción de ser lo que se decía que era.

       El problema de las tomas clandestinas de combustible, a lo largo de los ductos de Pemex, se dejó crecer inexplicablemente y cuando al fin se le hizo frente, ya parecía incontrolable. Sin embargo en pocos meses ha disminuido bastante, aunque no lo suficiente para que pueda decirse que todo está controlado.

          En conferencia de prensa el diputado federal Rodrigo Abdala de Morena y el también diputado Alejandro Armenta, que acaba de abandonar las filas del PRI y ya está en la bancada PT-Morena, hablaron de la actual situación de Puebla en este aspecto y exigieron mayor efectividad de los cuerpos de seguridad y que se declare la llamada “alerta de género”, por el gran número de feminicidios que se han venido cometiendo desde hace diez años sin que se haya podido frenar este problema. En los últimos diez años se han cometido en Puebla, 240 feminicidios de los que solo el uno por ciento de los culpables, ha sido consignado.

        La semana pasada fue especialmente problemática en Puebla: El asesinato de la hija del líder de la organización de vendedores ambulantes “28 Octubre”, Simitrio,  fue el más comentado por las implicaciones que podría tener sobre todo en esta capital, pero hubo otros hechos que están causando temor entre la población, como los asaltos en combis y autobuses del transporte urbano; el asesinato de varios jóvenes tanto en la capital como en poblaciones del interior; la detención en la zona conurbada de la capital, de los asesinos, miembros del crimen organizado, que en Veracruz dieron muerte al jefe de la Policía Federal en ese estado y la muerte de dos jefes del cartel “Jalisco Nueva Generación” en Veracruz, en la cercana población de Chipilo donde pretendían esconderse.

        El crecimiento de la violencia en todo el país, va a ser aprovechado políticamente en la lucha electoral que se avecina y en la que habrán de elegirse: presidente de la república, once gobernadores entre ellos el de Puebla; se renovarán el Senado de la República y los diputados federales, así como numerosos congresos locales y más de 2 mil ayuntamientos.

        El problema no será solo el de la elección, sino la etapa post-electoral, pues los partidos políticos y sus candidatos, van a tratar de ganar a través de movilizaciones y escándalo mediático, pues los partidos políticos, excepción del PRI, carecen de infraestructura y organización. Son partidos estructural e ideológicamente débiles.

         Una prueba de lo anterior aquí en Puebla es la del municipio de Izúcar de Matamoros, donde solo tienen comités municipales debidamente organizados: el PRI, con oficinas funcionando; el partido Morena, con comité municipal y oficinas y el Verde, que igualmente cuenta con dirigencia municipal y oficinas.

        Ni el PAN, ni el PRD y menos los llamados “chiquitos”, cuentan con la mínima estructura.

       Izúcar está considerado como uno de los diez principales municipios del estado. Ya dejó de ser cabecera de distrito electoral federal, por la nueva distritación que se hizo. La cabecera ahora es Acatlán, que es el distrito electoral federal más extenso del país, pues tiene 51 municipios en total.

         La distribución de esos municipios no dejó satisfechos a los políticos de la región, pues se excluye a la propia Izúcar, y a otros municipios importantes de la región mixteca, que pasan a pertenecer a Atlixco, y se incluyen municipios importantes del centro del Estado, como Tecamachalco, que nada tienen que ver con Acatlán. Pero pese al descontento que comprende a políticos de todos los partidos, nadie se ha atrevido a protestar o por lo menos a denunciar esto ante la opinión pública.

          En la Asamblea Nacional del PRI, se quitarán los candados impuestos por los priistas en tiempos de Zedillo, para impedir que los tecnócratas, sin ninguna experiencia política, pudieran seguir ocupando la Presidencia de la República.

           No contaban con la astucia de la tecnocracia mexicana que nos impuso el sistema económico neoliberal, que reaccionó entregando el gobierno de la república al PAN, con un analfabeto político como presidente, Vicente Fox, que pese a haber sido diputado federal y gobernador de Guanajuato, demostró no tener el más mínimo oficio político, lo mismo que Felipe Calderón que lo siguió, y que es quien inició sin ninguna estrategia, sin ningún conocimiento de lo que era el crimen organizado la llamada “guerra”, sacando a los soldados y a los marinos a la calle a realizar labores que no les corresponden y para las cuales no están preparados. No es lo mismo un soldado que un policía. Tienen funciones distintas y preparación adecuada a las tareas que de acuerdo con la ley, deben de realizar.

       Bueno y ¿para qué van a quitar los candados los priistas? Para que puedan designar a un candidato presidencial sin filiación partidista y sin haber ocupado puestos de elección popular, aunque con experiencia en actividades de gobierno. Piense usted en el Secretario de Hacienda, José Antonio Meade y en el secretario de Salud, José Narro y acertará.

        El Club Primera Plana, de la ciudad de México, presidido por José Luis Uribe Ortega, hizo entrega al periodista poblano Ricardo Gutiérrez, actual titular de Comunicación del Gobierno del Estado, de la presea “Federico Barrera Fuentes” por 20 años de labor periodística en Puebla y por su compromiso de respetar la libertad de expresión.

         El acto de entrega fue en la ciudad de México ante miembros del Club e invitados especiales.

         Ricardo Gutiérrez Loyola, ha colaborado en los diarios Milenio, El Economista, El Universal y noticiarios radiofónicos  de esta capital. Fue además jefe de prensa del Ayuntamiento de Puebla y ahora está al frente de prensa del gobierno estatal. Como funcionario ha sido respetuoso de la libertad de expresión. Felicidades.

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