Columna | P U L S O    P O L I T I C O

            LA PANDEMIA DEL COVID-19 HA VOLCADO LA atención de los gobiernos federal, estatal y municipales, a los problemas de salud que eso representa y ahora está volviendo esa atención, a los problemas económicos derivados de la paralización de las actividades productivas durante la cuarentena, en su mayor parte de tipo industrial y turístico, pero parece haberse olvidado de algo que será básico en los próximos meses: la producción de alimentos.

            Los campesinos parecen no contar en los planes de recuperación económica, pese a que su trabajo es primordial para que no falten alimentos para toda la población.

            Después de la Revolución Mexicana de 1910, hubo una hambruna que mató a mucha gente en todo el país. Nuestro movimiento revolucionario más importante del siglo XX, fue realizado principalmente por la gente del campo que en el régimen porfirista fue la más explotada, la más maltratada y para andar de revolucionarios, los campesinos dejaron de producir, porque además, ellos no eran los propietarios de la tierra, sino aristócratas explotadores que de fiestas locales, pasaban a viajar por Europa sin importarles lo que pasaba en el país, pues se sentían muy seguros.

           Pero no solo en el periodo post-revolucionario hubo hambre en México, después de las grandes guerras mundiales, la de 1917 y la de 1939, las hambrunas tuvieron carácter de catástrofes mundiales.

           Esta es la primera vez que el mundo se enfrenta a una pandemia de las características de la actual y por los avances que han tenido los medios de comunicación, todos hemos vivido el desarrollo de esta catástrofe, como nunca antes en la historia de la humanidad. Si los problemas de salud se volvieron prioritarios en esta ocasión, también lo será la falta de producción alimenticia o debería serlo, pues la nueva realidad mundial traerá muchos problemas a los que deberemos adaptarnos, pero en ninguna parte del mundo, la gente podrá adaptarse a vivir en la aguda escasez de alimentos. Urge pues, que los gobiernos, federal, estatal y municipales, en el caso de México, se avoquen a apoyar a los productores del campo, para que aprovechen de la mejor forma posible la ya inminente época de lluvias para lo que saben hacer: sembrar la tierra, producir nuestros alimentos básicos en los que se incluyen, animales de granja.

           EL ALCOHOL ADULTERADO QUE SE VENDIO EN poblaciones del interior del estado y de otras entidades del país, en Puebla ya provocó 62 intoxicados, de los que 50 fallecieron, 11 están hospitalizados en situación grave y uno, “la brincó”.

            El gobernador Miguel Barbosa, ha dicho que esas muertes no quedarán impunes.

             Se tienen ya localizados los negocios que vendieron ese alcohol envenenado y se investiga a los funcionarios o empleados que permitieron su venta.

             El titular de la Secretaría General de Gobierno, David Méndez Márquez, informó que ayer mismo se iba a proceder contra los vendedores identificados y de ser posible, con los funcionarios o empleados implicados en la autorización de esa venta.

              NINGUN PARTIDO POLÍTICO HA DADO COLOR durante la emergencia sanitaria que ha derivado en emergencia económica. Eso se debe a la falta de ideas. Se quedaron en la época donde el reparto de despensas les servía para todo: para hacer campaña, para permanecer en el gobierno, para calmar a los descontentos y para llevar acarreados a los mítines.

              La falta de oficio político, la carencia de ideología en todos los partidos y la falta de estructura y organización, los han llegado a lo que estamos viendo: el derrumbe de la partidocracia.

               Si el PRI, el PAN y el PRD, que fueron durante años los principales partidos de México, ya casi no tienen dirigentes y si están sufriendo para encontrar candidatos a diputados locales, presidentes municipales, regidores y síndicos para las elecciones intermedias del año próximo.

               Se han visto mal hasta para prescindir de parte de las cuotas millonarias que reciben de los gobiernos federal y estatales para apoyar esta emergencia que vivimos, porque pusieron de manifiesto su voracidad por el dinero que no ocupan para el desarrollo de sus agrupaciones, sino para cuestiones personales de sus “dirigentes”.

Se hace necesario que vuelva a replantearse eso de las “prerrogativas” que por ley les otorgan los gobiernos, para saber a ciencia cirta, para que se ocupa ese dinero. Porque para fortalecer a sus respectivas organizaciones, no. Eso está claro.

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