Evidentemente vivimos en una época de profundo rompimiento del tejido social, la población se queja de la inseguridad y el aumento de la delincuencia, sin querer darse cuenta que en nuestras manos está la clave de la solución, antes de ser narcotraficante, tratante de personas, ladrón o huachicolero, se es hijo de familia, antes de ser servidor público corrupto se está en la misma situación, por lo que gran parte de la culpa ésta en la sociedad que ha dejado de hacer lo necesario para formar ciudadanos de bien comprometidos con el futuro del país. 

El problema de la inseguridad y la violencia que se vive en el país, ahora se va a combatir con la intervención de la Marina y el Ejército, de acuerdo a la reforma constitucional del 26 de marzo de 2019 en la que fue aprobada la actuación en tareas de seguridad pública de las fuerzas armadas. Hecho del cual ahora él Presidente López Obrador ha sido blanco de muchas críticas; sin embargo debemos tener presente que la iniciativa que la hizo realidad fue votada de manera unánime por todas las fuerzas políticas en el Senado y también por todos los partidos en Cámara de Diputados. Así, la SEDENA y SEMAR tendrán vigilancia parlamentaria.

Lo cuestionable para López Obrador, es que desde la elección de 2006 fue el principal critico a la decisión del entonces Presidente Felipe Calderón de sacar al ejercito de los cuarteles para iniciar una guerra en contra de las bandas de narcotraficantes e iniciar la peor época que hemos vivido los mexicanos con el aumento de la violencia y la inseguridad.

Es importante destacar, que la realidad que hoy vive el país, es muy distinta a la del sexenio de Calderón, incluso hay quienes afirmar como Agustín Basave, que López Obrador hubiera sido el mejor Presidente de México, si se hubiera respetado su triunfo en las urnas, porque sus políticas sociales hubieran tenido mejores resultados en el país. De ahí que la postura de los partidos de oposición al cuestionar la decisión de incorporar de lleno al ejército y la marina al combate a la delincuencia e inseguridad, carecen de memoria histórica, porque con Calderón lo aplaudieron. 

En los transitorios de la reforma aludida, se ordena se expida el decreto correspondiente, donde se instruye al Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana para coordinarse con los Secretarios de la Defensa Nacional y de Marina para definir la forma en que las actividades de la Fuerza Armada permanente complementarán la función de la Guardia Nacional.

En éste, se señala que el acuerdo es necesario para complementar el marco legal de la Guardia Nacional, mientras esta corporación desarrolla una estructura propia, capacidad e implementación territorial.

Las funciones que pueden realizar son: prevenir la comisión de delitos y las faltas administrativas que determine la legislación aplicable; realizar investigación para la prevención de los delitos; así como detener a personas.

El presidente López Obrador ha dicho que la diferencia es que las fuerzas armadas serán para la protección al pueblo de México, y que no serán utilizadas para reprimirlo, con una transformación hacia el respeto a los derechos humanos.

Evidentemente, no es normal vivir en un país donde los militares toman las calles. Pero que un ex secretario de Seguridad Pública -como es el caso de García Luna- este siendo juzgado en un tribunal norteamericano por haber protegido y ser cómplice de narcotraficantes, es una prueba del desmantelamiento sistemático de los sistemas de seguridad mexicanos y en consecuencia, ahora se tenga que vivir con la inseguridad y violencia.

En este momento, el pueblo reclama acciones rápidas para contener el ambiente enrarecido de violencia, sin embargo, este tipo de problemas no tiene solución inmediata, pues todos los órganos ya sean policíacos o militares tienen la difícil tarea de contener y recomponer el desastre de sexenios pasados, eso no se puede soslayar.

Todos estamos conscientes que lo mejor siempre será la prevención y la educación, preponderar el deporte, la salud, el empleo y el reforzamiento del tejido social mediante actividades extracurriculares de los menores, por ejemplo. Y que se tenga que estar al pendiente de posibles abusos, desapariciones y torturas contra la población que pudieran cometer las fuerzas armadas en contra de la población.

Las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos a nivel nacional e internacional, han alzado sus voces para oponerse a esta acción, precisamente por la previsible violación a los derechos humanos de los ciudadanos y a las víctimas colaterales que seguramente habrá en los operativos y enfrentamientos del ejército y la Marina contra las bandas de la delincuencia organizada, por ello es muy importante que el Poder Legislativo vigile los resultados de esta estrategia y en su momento condene e intervenga en los casos de abusos que seguramente se presentarán.

Sólo el tiempo y los resultados que se den en el corto y mediano plazo, para lograr frenar la inseguridad en el país y poner tras las rejas a los líderes de los cárteles que operan en el país, harán que los mexicanos tengan la certeza de que fue la mejor decisión del gobierno de la llamada cuarta transformación.

                                             *Director General del Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla. 

Publicado en COLUMNAS

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