En la audiencia general, Francisco renovó una vez más su esperanza de que las armas puedan finalmente ser silenciadas: en este momento difícil la humanidad está sedienta de fraternidad.

Ciudad del Vaticano. - Hay una alianza llamada a construir puentes de paz para detener la destrucción de la guerra. Es el diálogo entre los mayores y los jóvenes el que puede relanzar el futuro. El Papa Francisco lo subraya tras la catequesis de saludo a los peregrinos francófonos.  En este momento difícil en el que la humanidad tiene sed de paz y fraternidad, es urgente que la alianza entre los ancianos y los jóvenes sea fecunda y lleve a cada uno, en su estado de vida, a ser testigo y mediador de las bendiciones de Dios entre los pueblos.

Silenciar las armas

Además de la alianza entre jóvenes y ancianos, hay otro deseo fundamental de poner fin a la guerra: el que debe llevar a los gobernantes a escuchar y acoger el grito de paz. El Pontífice lo recuerda cuando saluda a los fieles de lengua portuguesa.

Queridos peregrinos de lengua portuguesa: os pido que perseveréis en la oración incesante por la paz. Silencien sus armas, para que los que tienen el poder de detener la guerra escuchen el grito de paz de toda la humanidad. ¡Que Dios te bendiga!

Saludando a los peregrinos croatas, especialmente a la delegación del Ministerio de Defensa de la República de Croacia, el Papa les exhorta a ser artífices de la paz.

Queridos amigos, que el encuentro y el camino cotidiano con el Señor resucitado inflame vuestros corazones para que, con entusiasmo, podáis dar testimonio de la fe y proclamar las grandes obras de Dios, como verdaderos artífices de la paz en la sociedad y en el mundo.

Hace ocho años la canonización de San Juan Pablo II

El saludo a los polacos está marcado por un aniversario especial y el recuerdo de San Juan Pablo II.

Hoy, en el octavo aniversario de la canonización de san Juan Pablo II, pedimos por su intercesión ser testigos fieles de Cristo y de su amor misericordioso en el mundo, en la familia y en el trabajo.

Un país solidario con un joven ghanés

La historia de un joven ghanés, John, que llegó a Italia hace siete años en busca de un futuro mejor, es el trasfondo del saludo del Papa a los fieles italianos. A este joven emigrante, que había encontrado trabajo en una bodega de Vignale Monferrato, le diagnosticaron un cáncer.

Cuando expresó su deseo de volver a su tierra natal para despedirse de su padre antes de morir, la máquina de la solidaridad se puso inmediatamente en marcha. Gracias a este relevo, se compraron billetes de avión para él y su primo, que le acompañaron a Ghana. El Papa Francisco, que ya había recordado este acontecimiento en el Ángelus del 6 de febrero, ha vuelto a expresar hoy su gratitud a los habitantes del pueblo piamontés.

Un pensamiento especial va dirigido a los fieles de Vignale Monferrato, acompañados por el obispo, y renuevo mi gratitud por todo lo que han hecho en favor del joven de Ghana, enfermo terminal.

"Perdonen que me siente"

Al final de la audiencia general, el Papa Francisco volvió a insistir en los problemas físicos de su pierna que le afectan últimamente.

Le ruego que me disculpe si le saludo sentado porque esta rodilla no ha terminado de curarse y no puedo estar de pie tanto tiempo. Discúlpeme por esto.

Publicado en RELIGIÓN

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