Columna | JUICIO

Sin perder el estilo discursivo que todos le conocemos, los tres aspirantes a ganar la elección extraordinaria del 2 de junio, cerraron sus campañas en diferentes escenarios, Luis Miguel Barbosa Huerta (MORENA, PT y PVEM), Enrique Cárdenas Sánchez (PAN, PRD y Movimiento Ciudadano) y Alberto Jiménez Merino, del PRI. 

Lo anterior tuvo lugar el domingo 26, con sendas declaraciones en sus discursos, ratificando en su caso el hombre de “Juntos Haremos Historia”, su absoluta confianza en la victoria electoral, mientras que el hombre que recibe el apoyo del PAN y de una buena parte de la derecha, lo anima a externar que él saldrá victorioso y el hombre del tricolor que se ha esforzado por hacer bien las cosas, pese a la adversidad mostrada por sus propios compañeros de partido, recibió la ayuda externa de la militancia para no quedar a la zaga de sus competidores.

Barbosa Huerta, mostró oficio político y la fuerza que desde un principio tuvo y que lo ha mantenido en la punta de la contienda, cuando está a la vuelta de la esquina, la hora de la verdad.

A estas alturas se le considera el favorito para lograr el triunfo este domingo 2 de junio.

Nada extraña la asistencia del comité Ejecutivo Nacional de MORENA en la persona de Yeidkol Polevsky a la cabeza, porque siempre se mostró leal a la causa del candidato, incluso desde la primera vez en que se cometió, según su propio decir, el monumental fraude electoral del 2018 que llevó a un litigio jurídico que tuvo siete meses de duración.

En su mensaje de cierre de campaña ante una multitud conformada por miles de asistentes sentenció que su lucha contra la corrupción será hasta acabar con ella y que ésta será de manera seria y real. Pero tema prioritario desde el inicio de su gobierno, será la reconciliación.

Desde luego que el abstencionismo podría ser de más del 50 por ciento pero el candidato de MORENA-PT-PVEM, Luis Miguel Barbosa Huerta, podría rebasar los 700 mil votos, mientras que el candidato del PAN, Enrique Cárdenas Sánchez, llegaría s los 600 mil sufragios, tomándose en cuenta varios factores de campaña, entre ellos el apoyo de la derecha de los empresarios que de una manera u otra forma parte de la militancia del blanquiazul.

Alberto Jiménez Merino, del PRI, de contar al final, este domingo con el voto duro de los leales a la militancia y el voto duro que no se ha perdido, porque prevalece, alcanzaría los 500 mil votos que no son nada despreciables por las condiciones en que se dio su participación electoral.  

UN FRANQUICITARIO PAN EMPECINADO EN DAR EL CAMPANAZO Y PROMUEVE TRIUNFO

Como el prometer no empobrece, Enrique Cárdenas Sánchez, candidato del PAN,  PRD y MC,  dijo que ganará la contienda con un millón de votos, lo se ve difícil, diríamos imposible de cumplir, ya que el padrón electoral va un poco más allá de los 4 millones y con un cálculo del 50 por ciento de votantes la cifra se reduce a un poco más de 2 millones, que divididos entre tres, ninguno alcanzaría el millón de sufragios.              

Cárdenas Sánchez, reconocido catedrático ex rector de la UDLAP tuvo durante su desempeño un espacio vacío en cuanto a política que no pudo llenar,   aunque como siempre demostró su capacidad para tratar los asuntos de corte económico y financiero.

El PAN es un instituto político que funciona  como franquiciatario, muy especialmente de los grupos empresariales donde tienen lugar  de preferencia “los adoradores de la derecha”, que cuentan así con un trampolín rumbo al poder.
     
JIMÉNEZ MERINO, COTEMPLÓ A PRIISTAS NACIONALES QIE LE BRINDARON SU APOYO

Tardía fue la respuesta de los priistas que finalmente fueron obligados a brindarle su apoyo al candidato de reconocida autenticidad y militancia, Alberto Jiménez Merino, lo que ocurrió en el cierre de su campaña. La máxima figura nacional de ese partido, llegó tarde y no participó en la marcha programada que fue del Paseo Bravo a la sede del PRI en la  avenida 5 Poniente, donde  se detuvo para dar paso al mitin y los discursos acostumbrados en estos casos.  

Los dirigentes nacional y estatal del PRI, Claudia Ruiz Massieu y Lorenzo Rivera Sosa, respectivamente, estuvieron presentes, así como el ex gobernador y ex embajador de México en Costa Rica, Melquíades Morales Flores; la ex gobernadora tlaxcalteca y ex embajadora de México en Cuba, Beatriz Paredes Rangel; el ex mandatario  de Querétaro y ex secretario de la SAGARPA, José Calzada Rovirosa.

Fue toda una sorpresa la presencia del gobernador de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas, quien aprovechando el viaje a Puebla, hizo campaña a su favor como fuerte aspirante a la presidencia nacional del PRI.

Sus críticos le achacan el patrocinio de un numeroso contingente de priistas que vinieron a hacer menos el vacío de la militancia local. En este sentido “Alito”, se ganó el aplauso de los seguidores del ingeniero Jiménez Merino, que si bien alcanzó la candidatura en el peor momento de su vida, ha hecho todo lo posible para encontrar los apoyos de sus compañeros de sectores y de partido, los cuales se le negaron.

Sin embargo, el tricolor en plena desgracia política, debe entender qué para iniciar la búsqueda de la reconquista, es necesario presentarle a la militancia gente capaz, joven, caras nuevas y expertos en el manejo de la política, que los hay de sobra regados por todo el país.

Tal vez los grandes personajes del hacer y deshacer del partido, ya tengan decidido quien va a dirigir el CEN del PRI, porque la vieja guardia no deja de impulsar al académico doctor José Narro Robles, que dicen es el candidato de Enrique Peña Nieto y Carlos Salinas de Gortari.

Vaya usted a saber, amable lector, pero el priismo nacional ya no quiere más de lo mismo y de darse una nueva imposición se daría paso a  una rebelión.

Publicado en COLUMNAS

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