Columna | P U L S O    P O L I T I C O

               Uno de los pregoneros del PAN, se quejó ayer por televisión, de que el presidente Andrés Manuel López Obrador, siempre echa la culpa de los problemas al pasado reciente y no asume su responsabilidad.

                Los pueblos que olvidan su historia, no tienen futuro y se ven obligados a repetir esa historia. El gran pecado de los gobiernos priístas, sobre todo de Peña Nieto, que fue el que sacó al PAN de Los Pinos, fue no haber informado de las condiciones en que recibió al país.

                Lo recibió en con una guerra que su antecesor le había declarado al narcotráfico y que ya había dejado más de cien mil jóvenes muertos, entre delincuentes y elementos de las fuerzas de seguridad y más de 30 mil desaparecidos. Y lo peor del caso, la guerra seguía creciendo y no había forma de pararla, pues la estrategia, si es que la hubo alguna vez, no funcionaba.

                 El problema de la inseguridad y la violencia en México, no es nada fácil. Se están poniendo las bases (Guardia Nacional; uso de la fuerza solo es casos necesarios, para responder agresiones armadas; investigación, congelación de cuentas bancarias del crimen organizado, etc.) pero todo lleva su tiempo y en ese tiempo va a haber aciertos y errores, como siempre los ha habido, pero se espera claridad, que se informe con veracidad, solo así podrá avanzarse en la solución del problema más sentido en México.

               Ayer los medios de información dieron cuenta de un buen golpe al crimen organizado en la ciudad de México, concretamente en el histórico barrio de Tepito, donde se destruyeron laboratorios dedicados a la fabricación de drogas, se decomisó un arsenal de armas importadas de los Estados Unidos, de toneladas de mariguana y de otras substancias sicotrópicas.....

               Y en Puebla, después de que una casa fue balaceada hiriendo a un menor con tres tiros, uno de ellos en la cabeza, la policía detuvo a 30 sujetos, entre los que se cree, hay varios que participaron en la mencionada balacera.

                Son acciones que demuestran que las autoridades están trabajando por disminuir la inseguridad y bajar los índices de violencia, que en algunas entidades está llegando a límites intolerables.

                La delincuencia organizada, no surgió de la noche a la mañana y la forma de enfrentarla de los dos anteriores gobiernos, no fue la adecuada, pues las policías estatales y municipales, además de no tener la capacitación necesaria para eso, estaban mal pagadas y fácilmente caían en la corrupción.

              El Ejército y la Marina, están preparados para otras cosas, pero no para hacer las veces de policías y la Policía Federal, era totalmente insuficiente para las necesidades del país: enfrentar a una delincuencia cada día más extendida, mejor armada y mejor capacitada para enfrentar a las fuerzas del gobierno.

              Los panistas andan dando golpes de ciego para cumplir con la encomienda que le dio el ex presidente mas brillante que ha tenido este país: Vicente Fox, quien lanzó su consigna en el acto celebrado en la ciudad de México, para celebrar el 80 aniversario del partido que lo postuló para la presidencia y al que él después repudió: “Vamos a darle en la madre a la Cuarta Transformación”.

              Mandaron a cien o un poco más, presidentes municipales, en su mayor parte del Estado de México, la inmensa mayoría panistas, para romper el protocolo de las conferencias de prensa mañaneras y meterse para hacerle un escándalo al Presidente. No pudieron entrar....

               Entonces, como vulgares anarquistas, pretendieron abrir la puerta principal del Palacio Nacional y con gritos y carteles que portaban, exigían hablar con el Presidente.

               Como adolescentes se pusieron agresivos con el personal y desde dentro del palacio y por debajo de la puerta, soltaron algunos gases lacrimógenos y los presidentes se retiraron haciendo un escándalo mediático: algunas alcaldesas decían que no podían respirar y unos elegantes presidentes municipales empezaron a quitarse el saco y la corbata como si se estuvieran ahogando.

               El vocero presidencial informó que fue una muy pequeña porción de gas la que se soltó, solo para alejarlos de la puerta del palacio.

                En su mañanera de ayer, el propio Presidente dijo que a él no le correspondía atender asuntos de los presupuestos para los ayuntamientos, que los presidentes municipales sabían perfectamente que tenían que recurrir a la Cámara de Diputados para exponer su problema con la Comisión correspondiente para en caso de requerirse, modificar la Ley de Egresos.

                 Les recomendó disminuir sus gastos y bajarse sus sueldos.

                  Se acordará usted que cuando una ola de panistas, que fue llamada la ola azul, ganó algunas de las presidencias municipales del Estado de México, varios de ellos se subieron los sueldos a la estratosfera, llegaban a trabajar a bordo de lujosos autos y vestían elegantes ropas, como si se hubieran sacado la lotería. Sorprendieron a todos y fueron muy criticados por los priístas de entonces. Hasta donde se sabe, los sueldos de los alcaldes que los sustituyeron continuaron siendo altos, más que el del presidente de la república. Por eso no les alcanza ahora el presupuesto que les asignó la Federación.

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