Columna | ETIQUETA CON DESTINO

•    Sin escuelas, ni casas e iglesia tratan de seguir



A 2 semanas del terremoto estamos olvidados de las autoridades, municipales, estatales y federales, reclaman los habitantes de Santa Cruz Cuautomatitla, pueblo en la serranía del Popocatepetl y que se ubica a 2 mil 498 metros sobre el nivel del mar.

En este localidad hay 668 hombres y 737 mujeres, donde casi el 10 por ciento de la población es analfabeta y el 13.81 por ciento son indígenas.

De las 371 viviendas el 98 % tienen energía eléctrica y el 94 % ccontaban con agua entubada, el 2.41 % tienen una computadora, pero solo el 1% tienen internet.

Al platicar con la gente nos dijeron: “Estábamos en el campo cuando la tierra tronó, se escuchó como si fuera una explosión, inmediatamente mi mente dijo que era Don Goyo, pero de repente sentía que el suelo brincaba, que se estremecía y todo se movía regresé a Santa Cruz y casas, y escuelas afectadas, pensé lo peor”.

Sabino pensaba en su familia, afortunadamente nadie salió lesionado.

Los regidores de Santa Cruz Cuautomatitla estaban en frente a la Presidencia, misma que sufrió también daños y desde el patio observaron los daños en la iglesia y en la escuela que se veía en la parte alta.

Había caos los niños y mujeres espantados, azorados, no sabían que sucedía, pero veían la destrucción en la comunidad casas a puntos de caer, con graves fracturas.

El Presidente Auxiliar Sabas Carranza y los regidores empezaron a hacer un recorrido entre las calles, veían casas en el suelo, al final contabilizaron 70, sin embargo más de 160 resultaron dañadas.

Los mil 400 habitantes buscaban a sus familiares y amigos. Seguían asustados porque ni los tremores de Don Goyo y sus exhalaciones y sus tronidos habían movido la tierra tan fuerte.

Ahora el temor es doble.



Más sismos o la erupción del Volcán Popocatepetl.

 A partir de ese momento la comunidad quedó sin telefonía, pero lo que más les preocupó fue que se quedaron sin agua, de esa agua rodada que baja de la montaña y que mediante mangueras era llevada al caserío.

Las 5 líneas de conducción colapsaron y cada una tiene más de 10 kilómetros comentaron los regidores.

Para traer el vital líquido conectaban mangueras de 2 pulgadas, luego las enchufaban con las 1.5 pulgadas y en algunas hasta 1 pulgada.

A dos semanas del terremoto siguen las carencias, los habitantes de Santa Cruz Cuautomatitla esperan los apoyos gubernamentales, pero sobre todo esperan los apoyos para reconstruir las casas caídas y aquellas que se afectaron.

Sin clases los niños esperan saber cuándo continuarán sus estudios en las aulas, esas que quedaron inservibles, lo mismo del pre escolar, la primaria, la secundaria y el bachillerato.

Los habitantes de Santa Cruz claman por la ayuda, pero piden a quienes los visitan que la lleven hasta el centro de acopio de la comunidad y que no la dejen en la Presidencia de Tochimilco, porque la alcaldesa se queda con todo y no nos ayuda, sostienen.

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