La diversidad de Códigos Penales en México surgió a partir de la Constitución de 1824, donde al no reservarse la Federación la facultad de legislar en materia penal, facultó a cada entidad federativa a emitir sus propios códigos penales, y con ello comenzó un siglo de desorden, incongruencias, desigualdades y antinomias en la materia de Derecho Penal.

Lo anterior debido a que los diversos Códigos fueron elaborados con distintas bases y metodologías: unos tomaron como modelo los principios de la Escuela Clásica, plasmada en el Código Penal de 1871; otros los de la Escuela Positiva, que dieron origen al Código Penal de 1929; y unos más adoptaron los lineamientos del Código Penal de 1931; lo que sin duda originó todo un caos en el sistema penal mexicano.

Lo anterior dio lugar a que en ciertos Estados los aspectos negativos de los elementos del delito se regularan incorrectamente o bien no se regularan; que la misma conducta delictiva en algunos Estados fuera considerada como delito y en otros no lo fuera; o que la penalidad cambiara en unos Estados respecto a un mismo delito.

Es decir, la falta de eficacia de nuestro derecho penal estaba bien fundamentada y resultaba comprensible él porque estaba perdiendo la batalla para contrarrestar la creciente crisis delictiva que aqueja desde hace ya mucho tiempo a nuestro país.

Por lo anterior, resultaba evidente la necesidad de contar con un sistema de justicia penal homologado, el cual tuviera aplicación en todo el territorio y no permitiera que se formasen nichos de impunidad derivados de los tantos códigos penales que regulan las conductas reprochables tanto en el ámbito federal como en las distintas entidades.

Ante esta necesidad, el pasado 21 de mayo, en la Cámara de Diputados se llevó a cabo el foro “Diálogos y Perspectivas hacia un Código Penal Único. Una visión de Género y Derechos Humanos”, coordinado por la diputada Lorena Villavicencio Ayala, Coordinadora de la Subcomisión legislativa de Feminicidio y Violencia de la Comisión de Justicia, además de ser la responsable de Parlamento Abierto de Morena.

Dentro de este foro de discusión y análisis se contó con la participación de académicos, especialistas en materia penal de la Asociación Nacional de Doctores en Derecho, Colegio de Profesionistas A.C. y de varias diputadas de diferentes partidos, concordando la totalidad de los ponentes en la necesidad y urgencia de crear un Código Penal Único para toda la República Mexicana.

Un Código Penal Único que pueda representar la oportunidad de coadyuvar con mejores instrumentos en cuanto a la impartición expedita de justicia, sobretodo en generar criterios uniformes en penas y tipificación de los delitos, como el feminicidio, aborto, secuestro, etc., así como, para de una vez integrar figuras delictivas de trato especial como los delitos cibernéticos.

Con lo anterior, México estaría dando un gran salto en cuanto a modernidad jurídica se refiere, ya que acabaría con el rezago que en la materia penal se tiene en comparación con otras naciones del Continente Americano, donde todas cuentan con un solo Código Penal, a excepción de México y Estados Unidos. Y ni se diga, sí dirigimos la vista hacia Europa, donde en la totalidad de los países rige un solo Código Penal, para cada nación.

Aunque pueden existir opiniones contrarias a esta iniciativa, como las que señalan que se vulnera la soberanía de los estados y que no se estaría atendiendo la problemática en cuanto a las causas de la mayor incidencia de delitos por regiones del país, también es cierto, que la situación actual que prevalece en cuanto a la existencia de un Código Penal para cada estado del país y la ciudad de México, ha permitido que la delincuencia se aproveche del caos que prevalece para lograr evadir la acción de la justicia y buscar los estados donde la penalidad es más baja para seguir cometiendo delitos al por mayor.

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