Domingo, 23 Abril 2023 18:43

Renacer

Vivimos el renacer de la sociedad civil en México. Su compromiso y activismo están siendo centrales para defender a la democracia.

Lo está haciendo de la única forma como se salva la libertad: ejerciéndola.

Hay un cambio claro, cualitativo, que comienza a convulsionar el subsuelo político de México. Las oposiciones —sociedad, partidos, medios, tribunales—están arrinconando al régimen.

La elección del 2021 fue el desmontaje de un mito central: que Morena es invencible. Las oposiciones obtuvieron casi dos millones de votos más que el oficialismo en 2021. Si MC se hubiera sumado a la alianza opositora, hoy contarían con mayoría absoluta en la Cámara Baja. Controlarían el presupuesto y la Auditoría Superior de la Federación.

La victoria opositora tomó por sorpresa a Morena y a su burocracia. Falibles, mortales, se llenaron de miedo. En lugar de hacer una autocrítica y recomponer el camino, se radicalizaron.

Su arrogancia, vulgaridad y excesos tocaron el sistema nervioso de la nación e hicieron erupcionar a la sociedad civil.

Ahí se elevó una marea rosa que se está convirtiéndose en tsunami y que lo está cambiando todo.

En política gana quien impone la agenda. Y la agenda está marcada por las acciones de las y los ciudadanos a partir de una fecha precisa: el 13N.

La gran marcha nacional desencadenó la fuerza opositora. A partir de ahí, el régimen no ha tenido sino derrotas y errores.

El atentado para matar al INE murió por la fuerza de los votos opositores en el Congreso.

Desde la sociedad se modificaron las coordenadas de relevo en la SCJN al ventilar la deshonestidad de Yasmín Esquivel. Triunfó la independencia y la autonomía que ahora enderezan el rumbo de muchas decisiones.

El Plan B que buscaba destazar al INE fue desarmado por decenas de acciones legales percutidas desde diversos flancos: la sociedad, partidos e instituciones sobrevivientes defendiéndose con la ley.

La decisión de la Corte se dio tras las más nutridas manifestaciones en la historia de México, que convocaron a millones de personas independientes en más de 130 ciudades del país y del mundo.

Estalló el escándalo de corrupción de Segalmex: el más grande documentado en lustros.

El 8 de marzo la marea rosa mezcló sus aguas con otra: una violeta, de mujeres agraviadas, hartas, cansadas de la injusticia, pero no de luchar.  

La presión de la sociedad civil forzó a los partidos a recular en su intentona de cercenar al TEPJF: se salvó el tribunal, las minorías y la democracia dentro de los partidos.

La Corte declaró inconstitucional la militarización del mando de la Guardia Nacional. El régimen, tocado y aturdido, reviró con torpeza: “la Corte deja desprotegidas a las familias”, dijo. ¿En serio? ¿Dicen eso después de 146 mil muertos y 50 mil desaparecidos en 5 años?

Mientras tanto, la popularidad cae. Despacio, pero constante.

Los medios de comunicación no dejan de exhibir la podredumbre inocultable: un olor fétido de corrupción se desprende de los gobiernos de Morena y cada día hay mayores evidencias de una colusión con el crimen organizado.

El aparato se alista a hacer lo que sea para mantenerse en el poder. Es ya un asunto de supervivencia y, para ellos, de mantener su libertad.

Y lo que sea es lo que sea.

Nada, sin embargo, podrán. La marea crece. Desborda.

Algo ha probado la historia: nada es capaz de frenar el fervor ciudadano, de personas dignas y libres.

Hay una potente contra ola, defensora de la libertad, la democracia y la ley, que se levanta en cientos de ciudades del país.

Seguimos en marcha, cosechando victorias.

Vendrán más.

Es tiempo de optimismo. De divulgar las victorias.

Y mantenernos en pie.

Twitter | @fvazquezrig

Publicado en COLUMNAS
Domingo, 02 Abril 2023 19:10

Que nadie se quede atrás

El despertar de la sociedad civil en México se dio a partir de un acto defensivo: proteger al INE de un ataque brutal del oficialismo.

El objetivo se logró: en el Congreso y, hasta ahora, en las cortes.

Pero decir a qué nos oponemos no nos define. Salimos a las calles para defender a la democracia y salvar la libertad. La pregunta es ¿para qué?

Para que nadie se quede atrás.

Ese fue el nombre de la propuesta dada a conocer esta semana por las y los ciudadanos. México desfallece de violencia, pero también de desigualdad y de pobreza. Algo que resulta insostenible y más: es moralmente inaceptable.

Por eso el núcleo de la propuesta es ofrecerle el México más lastimado una certeza de un porvenir mejor. Una garantía de que hay un camino de salida a su pobreza y rezago.

La propuesta consiste en darle potencia a los programas sociales, pero con un énfasis nuevo en la educación y a la salud: un abanico imprescindible para aliviar la pobreza, pero también para superarla.

Esa es la diferencia clave: no basta con ayudar a las y los mexicanos a que sobrevivan en pobreza. Hay que sacarlos de ella.

Para lograrlo, ofrecemos que cada mexicana y mexicano tenga el dinero suficiente cada mes para comer. No es admisible que haya casi 29 millones de personas que tengan hambre.

Además, construyendo un sistema de apoyo más justo, proponemos triplicar la pensión para adultos mayores que sufren la pobreza extrema y duplicar la de aquellos que viven en pobreza. Se trata de ofrecer un acuerdo por el decoro de aquellos que nos antecedieron, que nos formaron, que nos dieron su cariño y su ejemplo.

México está enfermo. Por eso decimos cómo sí construir un nuevo sistema de salud pública, donde cualquier mexicana y mexicano pueda atenderse en cualquier hospital público, esté afiliado o no, a través una tarjeta de salud.

El empleo es el gran motor que remolcará a la prosperidad a millones de familias mexicanas. De ahí un compromiso con la ley estado para atraer inversiones, conectarnos a la economía más grande del mundo y generar empleos mejor pagados. No hay de otra: la ley es la ley.

Ahí hay un énfasis en apoyar a las mujeres.

La mujer mexicana será el protagonista central de la gran revolución cívica del país. Su talento y energía pueden desatar la capacidad de generar riqueza y llevar bienestar a cada hogar del país. Por eso ofrecemos un paquete de estímulos para apoyarlas, pagarles a las que están en vulnerabilidad, y crear un mercado de trabajo formal para las mexicanas.

Hay una lógica nueva debajo de esto: es el mercado el que debe adaptarse a las necesidades de las mujeres, no al revés.

Para hacerlo realidad, debemos fundar un sistema nacional de cuidados, para que nuestros adultos mayores estén bien atendidos sin necesidad de quedarse en casa, estancias infantiles y escuelas de tiempo completo. Esas medidas quitan una atadura: liberan el tiempo de nuestras mujeres. Así, quien lo desee, su vida será definida por su talento y no sólo por su devoción.

El centro del esfuerzo para generar prosperidad es garantizar un salario mínimo que alcance. Esto es posible combinando la creación de mejores empleos, mayor capacitación, productividad y un esfuerzo solidario compartido.

El futuro puede ser mejor que hoy.

El país se nos viene abajo por un asedio doble. El del fanatismo autoritario, pero también por nuestra indiferencia hacia los demás.

Al primero lo derrotamos con coraje y valentía. Al segundo tendremos que vencerlo recuperando el sentido de solidaridad y de pudor colectivo. Las y los mexicanos tenemos el talento para ofrecerle a cada familia aliento, cobijo, y una ruta para que sus hijos vivan mejor.

Las y los ciudadanos estamos gritando en favor de que nadie se quede atrás. Ya fue suficiente.

Lograrlos es posible. Escribamos juntas y juntos un nuevo diccionario de futuro mexicano, lleno de palabras hermosas: fraternidad, respeto, decencia, compañerismo, nobleza.

Sí hay de otra. Y vamos a ganar.

Twitter | @fvazquezrig

Posdata 1: Aquí la propuesta completa https://twitter.com/fvazquezrig/status/1641536062190133265?s=20

Posdata 2: Este escritor sale de vacaciones. Mil gracias.

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