Columna | P U L S O   P O L I T I C O

               Nunca en la historia de la entidad poblana, ha habido un partido político, como ahora Morena, que haya registrado a 21 elementos, como aspirantes a figurar como candidatos a la gubernatura. Eso rebela, no fortaleza, sino por el contrario, debilidad, por la falta de liderazgo, falta de oficio político en sus dirigentes y falta de seriedad de muchos de sus militantes.

              Muchos morenistas, no tienen consciencia de lo que hacen, porque Morena todavía no es un partido bien constituido. Es fuerte, porque tiene un líder nacional, el actual presidente de la república fuerte, pero es un gigante con pies de barro.

              Un día alguien nos dijo, que los partidos políticos son o deben ser, como un ejército cívico, con ciudadanos bien capacitados para luchar por el poder político, con dirigentes también capacitados para dirigir con estrategias bien pensadas, a ese ejército cívico, para triunfar en las batallas por el poder.

             Si los militantes de un partido desbordan a los dirigentes, por ambiciones personales, colocan a su institución en un problema y le causan desprestigio.

             Las reglas para designar candidatos, deben ser bien claras y contundentes, no puede haber medias tintas porque eso causa confusión y desconfianza.

            Entre los aspirantes a la gubernatura, ocho mujeres y trece hombres, hay políticos serios, con experiencia y con prestigio, como lo son el doctor Melitón Lozano, la licenciada Olivia Salomón, David Méndez y desde luego Ignacio Mier Velazco y Alejandro Armenta, que han trabajado desde hace meses en esto y algunos otros, pero la mayor parte de los que se apuntaron carecen de carrera política, son desconocidos y solo van para ver que sacan, pues hay muchas otras oportunidades para ocupar un puesto de elección popular: cuarenta diputaciones locales, 15 diputaciones federales, más las pluriominales, dos senadurías, presidencias municipales, regidurías y sindicaturas. Pero para gobernador, solo se requiere uno o dos precandidatos, cuando mucho tres.

            La alianza opositora, PRI, PAN, PRD, solo tiene uno, ya destapado por el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, quien ya hasta le leva tó la mano en señal de triunfo: El PRI no ha dicho esta boca es mía; mantiene un prudente o vergonzoso silencio, pero bueno, la alianza está conformada por partidos en decadencia y esa decadencia, se nota hasta en la forma de designar a sus candidatos, ¿Pero Morena…?
             

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