Columna | Tierra de Sal

Todas las manifestaciones sociales requieren un análisis profundo. El reciente hecho del aumento del costo a la gasolina no es la excepción. La serie de justificaciones o no justificaciones partidarias, políticas, económicas, sociológicas, comunicativas etc., salen sobrando. El hecho fue, el fuerte golpe asestado a la clase media mexicana. La clase media que es el elemento primordial en la historia de las clases sociales.

Ser de clase media, implica NO ser parte del segmento más numeroso que conforma el crisol ciudadano; implica estar expuesto como mercado publicitario; como segmento meta de las campañas políticas, y también se vuelve el sector más afectado en cuanto a los golpes de su economía, su psicología, su ideología y por ende en su forma de vida.

Estudios publicados en 2014 de la secretaría de economía dio a conocer que en México hay seis clases sociales, de acuerdo con sus funciones, costumbres, situación económica y de poder. Esta división se publicó en el DOF en el documento denominado “Acuerdo por el que se aprueba el Programa Nacional de Protección a los Derechos del Consumidor 2013-2018“. Y, a partir de este momento, muchos entendimos que, si bien es cierto que estas seis clases sociales que la SE menciona, permiten entender la condición de las clase media (media baja, media media, media alta) y este sector es quien tienen en sus manos el futuro nacional y obvio, n-a-c-i-o-n-a-l-i-s-t-a.

Las seis clases que conforman el panorama mexicano son:

“Baja Baja: Se estima que representa el 35% de la población, y está constituida por trabajadores temporales e inmigrantes, comerciantes informales, desempleados, y gente que vive de la asistencia social.

Baja Alta: Se estima que sea aproximadamente 25% de la población nacional y está conformada principalmente por obreros y campesinos (agricultores). Es la fuerza física de la sociedad, ya que realiza arduos trabajos a cambio de un ingreso ligeramente superior al sueldo mínimo.

Media Baja: Formada por oficinistas, técnicos, supervisores y artesanos calificados. Sus ingresos no son muy sustanciosos pero son estables, se estima que sea el 20% de la población nacional.

Media Alta: Incluye a la mayoría de hombres de negocios y profesionales que han triunfado y que por lo general constan de buenos y estables ingresos económicos. Se estima que sea aproximadamente 14% de la población nacional.

Alta Baja: la integran familias que son ricas de pocas generaciones atrás. Sus ingresos económicos son cuantiosos y muy estables. Se estima que sea aproximadamente el 5% de la población nacional.

Alta Alta: La componen antiguas familias ricas que durante varias generaciones han sido prominentes y cuya fortuna es tan añeja que se ha olvidado cuándo y cómo la obtuvieron. Se estima que sea aproximadamente 1% de la población nacional”.

Interesantes datos ¿no crees? El porcentaje de la estratificación de las clases sociales en México se conforma de la siguiente manera: clase baja suma el 60% de la población mexicana; somos un país pobre, muy pobre. La clase media ocupamos el 34% de la población y la clase alta el 6%.

Te preguntarás que, si a pesar de que sólo representamos el 34%, ¿por qué la clase media se vuelve quien soporta todos los impactos sociales? La respuesta es cruel pero acertada. Las clases bajas por mayores esfuerzos que hagan seguirán sumergidas en la pobreza, sólo un muy pequeño sector de este 25 % de la clase baja alta, tiene la oportunidad de escalar a ser una clase media. La clase alta, tiene su seguridad cautiva y la mantiene por generaciones pese a cualquier embate social que sufra el país.

 La clase media, se vuelve el sector más vulnerable de nuestra sociedad; somos quienes peleamos día a día, por defender lo mucho o lo poco que hemos consolidado; somos quienes en la búsqueda de mejores condiciones de vida salimos día a día a hacer frente a las crisis sociales.

¿Entiendes ahora el escenario que vive México? El papel determinante de esta sociedad de las clases medias que lucha día a día por mantenerse en estabilidad, por dar de comer a los suyos, por sobrevivir como “gato boca arriba” ante todos los escenarios. Somos si no los más en número, SÍ los MÁS afectados. Nos volvemos los sobrevivientes.

Y en este sentido, te dejo algunas imágenes que para mí se vuelven polisémicas, son en torno al gasolinazo + afectaciones + manifestaciones sociales.

MARCHA CONTRA EL GASOLINAZO.

Puebla es un estado que cobra mucha importancia por: primero, la posición estratégica que ocupa en el centro del territorio nacional (centro); segundo, la cercanía con el corazón de México que alberga a todas las instituciones; tercero, somos el séptimo estado en densidad poblacional según datos de cuéntame INEGI; cuarto, Puebla ocupa a nivel nacional el cuarto lugar en pobreza; quinto, nuestro estado y en especial los habitantes de la capital, tenemos una manera muy “sui generis” de vivir nuestras tradiciones y costumbres; desde el conservadurismo tradicional muchas familias poblanas educamos a las nuevas generaciones.

Sentí la necesidad de mencionar estos datos, pues las clases medias poblanas en ocasiones somos poco participativas y apáticas a algunas manifestaciones sociales y, luego de que sucedió el alza a la gasolina, los poblanos de tradición, se organizaron y salieron a exigir sus derechos, o cuando menos a protestar sobre la terrible medida asestada.

Es ahí donde existe el tema de lo social. Lo clase mediero. Lo de familias poblanas. Y, fueron las 10 en punto de la mañana, justo en la avenida Reforma situada en el corazón de Puebla, a un costado de la tradicional explanada del Paseo Bravo y justo abajo del reloj del Gallito donde se dieron cita representantes de más de 5000 familias poblanas.

Atentos y ordenados a la convocatoria, acudieron amas de casa que con bebés en carreolas y niños pequeños de la mano, avanzaron en la marcha. Los señores, muchos por sus rasgos fisonómicos de descendencia española. Llevaban sombreros de ante. Pocas gorras. Los chavos con sus compañeros de la UNI. Las parejas de novios. Portaban lonas y cartulinas verde limón. Maestros. Jubilados de gobierno. Amigas de las jóvenes desaparecidas con camisetas blancas y portando lonas rosas pálido (como pálida la muerte de sus amigas) con el hashtag #NiUnaMenos.

Así transcurrió la columna de ciudadanos. Organizados. Gritaban consignas en contra del gobierno federal. Pero era la molestia que gritaron parejo: contra EPN, contra RMV, contra Bank, contra las instituciones, contra TODOS los legisladores y uno que otro quiso a través de un grito apoyar a AMLO e igual le llovieron rechiflas.

Iniciaron puntuales: 10 am. Avanzaron lento y pausado como si anduvieran en el paseo dominical. Los rostros todos de poblanos de clase media. Trabajadores de todos los días. Maestros, propietarios de algún negocio, dueños de algunas universidades privadas, directores de prepas, estudiantes, amas de casa, escritores, comerciantes, pequeños empresarios. Sólo, los menos políticos, sólo conté a 5. No entiendo a qué fueron, al final del día se sintieron desplazados y se perdieron entre la mancha de gente que los empujaba de un lado para otro. Ellos, los poblanos clase medieros, NO les interesa la política. No creen en los políticos. NO los conocieron. Así transcurrió este “paseo dominical” con un objetivo común: hacerse escuchar; reflejar la molestia; decir que están vivos y defenderán sus intereses.

Para quienes estamos en la intentona de entender estos y otros acontecimientos sociales, me queda bastante claro que, esta manifestación ciudadana fue eso: MARCHA CIUDADANA EN FAVOR DE LOS INTERESES DE LA CLASE MEDIA.

 Las consignas si fueron las más. Pero en más de tres ocasiones se entonó el himno nacional mexicano. Himno que tarareaban en las avenidas; en la plancha del zócalo y tarareamos muchos mientras hacíamos fotos, tomábamos notas o simplemente escuchábamos a los varios oradores en su mayoría ciudadanos clase medieros poblanos.

Interesante ¿no crees?

Twitter : @mayrusmayrus7 | @divandelamujer

Publicado en COLUMNAS

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