Después de darse a conocer en días pasados por las autoridades del Instituto Nacional Electoral los cómputos finales de la elección de diputados federales y por los OPLES de los Estados donde hubo elecciones para gobernador, de Congresos locales y de Presidencias Municipales en el país el 6 de junio de este año y de escuchar toda la semana una serie de declaraciones y denuncias de los Partidos contendientes y de sus candidatos ganadores y perdedores, algunos de ellos con denuncias y carpetas de investigación en proceso que seguramente se les dará curso o se archivarán conforme a intereses políticos.

Considero necesario hacer un análisis a fondo, de todos los actos que precedieron y se presentaron el día de la jornada electoral, como los homicidios de más de una treintena de ciudadanos, que por la delincuencia organizada que nos rodea, no llegaron al día de la elección, del uso clientelar de los programas sociales y de los padrones de beneficiarios, de las amenazas directas y veladas a los electores, de que si votaban por otro partido diferente a MORENA perderían los apoyos que actualmente reciben, de la compraventa descarada del voto en diversas regiones del país, de la intervención cínica de los carteles, subiendo y bajando candidatos, de la continuidad de los caciques que continuarán gobernando poblaciones y territorios como una herencia de sus ascendientes aprovechando la situación de pobreza e ignorancia que prevalecen, de la venta de candidaturas, de la inequidad del proceso por la intromisión del Presidente desde su conferencia mañanera, para atacar a sus enemigos políticos y descalificar al INE, donde personajes que buscaron la reelección en los gobiernos municipales hicieron uso de los recursos del erario público y de los trabajadores obligándolos a que los apoyaran e incluso descontándoles de su salario una parte para la campaña, la propaganda descarada de los influencers que en pleno día de las elecciones hicieron propaganda a favor de los candidatos del Partido Verde y la última novedad en este proceso y que se documentó en diversas denuncias, el uso del programa de la aplicación de las vacunas contra el covid 19 con fines electorales por algunos candidatos de Morena.

Cada uno de los factores mencionados, incidieron en forma importante en los resultados y desde mi punto de vista, deben preocuparnos por que deterioran nuestra democracia y representan una mala señal para las futuras generaciones, en el sentido de dar el mensaje de que “se vale hacer trampa”, “el que no transa, no avanza”  y de que para llegar a ocupar cargos de representación o de gobierno se vale hacer de todo, con tal de lograr el objetivo, lo que trae como consecuencia, el enorme desprestigio que tiene entre los ciudadanos la clase política y la falta de confianza en sus decisiones.

En el caso del Gobierno federal, el poder legislativo, los Partidos Políticos, el INE y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la federación, deben llevar a cabo una amplia reflexión de lo sucedido el 6 de junio, independiente de los resultados, es decir, lo importante es poner a México en el centro de lo que representa como nuestra nación y hacer a un lado la polarización y el autoritarismo que tanto han venido dañando a nuestras instituciones.

Pensar en lo que el país necesita hoy, para salir de los graves problemas que lo aquejan y no sólo en la carrera por las elecciones de 2024, donde se decidirá la continuidad o el cambio de régimen en el gobierno federal.

Partir de la idea de que en todos los vicios de la democracia mexicana, todos tenemos una responsabilidad y el compromiso de terminar con ellos, aunque ello afecte a diversos grupos o intereses económicos nacionales o extranjeros.

Que no podemos seguir solapando, que los carteles y grupos de la delincuencia organizada sigan día a día ganando más territorios y controlando municipios, mientras la población es víctima de sus atropellos y sufre por sus conductas delictivas, sin contar con el derecho a la seguridad y la justicia.

Que al votar los mexicanos, ejercemos un derecho, pensando en lo que es mejor para nuestro país y que lo que más nos preocupa es la tranquilidad de nuestras familias y el darles lo necesario para subsistir dignamente y en ello ocupamos nuestro esfuerzo y energías, no en estarlos vigilando y haciendo corajes por sus malas decisiones y pleitos políticos en los que lo último que les interesa es el bienestar de los ciudadanos.

Es evidente, que el resultado de las elecciones, tiene un mensaje para los gobernantes y que no existe una aprobación total del régimen, sino el deseo de que quienes ejercen el gobierno, hagan lo mejor por el país, sin importar banderas, colores o ideologías, sino lo leen o no lo entendieron, seguramente seguirán en esta lucha de grupos antagónicos y la situación no mejorará, si por el contrario se inicia un debate sobre lo sucedido, estaremos avanzando en la construcción de una democracia acorde a lo que los mexicanos hemos aspirado, por el bien de México y tendremos los gobiernos que auténticamente nos merecemos.

                                                                *Director general del Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla.    

Publicado en COLUMNAS

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