Columna | P U L S O   P O L I T I C O

                               Un terremoto de 7.1 grados, cuyo epicentro se ubicó en la frontera de los estados de Morelos y Puebla, por la zona de Izúcar de Matamoros, provocó la muerte de 13 personas, hasta la tarde-noche de ayer; de 54 fallecimientos en el estado de Morelos; ocho en el estado de México y cuatro en la ciudad de México.

                               El sismó tuvo lugar a las 13:05 horas, fue de tipo trepidatorio, de los más destructivos, y ante el pánico que causó entre la población y el gran número de edificios del centro histórico dañados, se ordenó el cierre de los establecimientos comerciales, hoteles, estacionamientos, restaurantes, etc., al grado de que la ciudad parecía, a las 18 horas, una ciudad semi-desierta. Fue a la hora de salida de clases en muchas instituciones educativas lo que provocó temor entre padres de familia, maestros y alumnos.

                               La cúpula de la capilla del Sagrario, de la Catedral, sufrió daños severos.

                               Muchos recordaban que el 19 de septiembre, pero de 1985, hace 32 años, fue el gran terremoto que sacudió a la ciudad de México, provocando una verdadera catástrofe en la que fallecieron varios miles de personas.

                               En esta ocasión, los afectados fueron treinta municipios del sur de Puebla, en los que hubo derrumbes, y en donde ocurrieron la mayor parte de los 13 fallecimientos que se llevaban contabilizados hasta la tarde noche de ayer.

                               Se dijo que en Izúcar de Matamoros, una de las ciudades más importantes de la región, entre los daños más importantes que sufrió, está el derrumbe de una de las cúpulas del Santuario de Santiaguito, precisamente la que estaba arriba de donde se encuentra la imagen de Santiago Apóstol, muy venerada por los fieles católicos de la región mixteca y de poblaciones de los estados vecinos de Morelos, Guerrero y Oaxaca.

                               Es famosa la feria dedicada al Santo que se venera en ese templo, a la que concurren miles de peregrinos llegados de varias partes del país.

                               Se supone que la venerada imagen sufrió también daños importantes, pues estaba colocada precisamente debajo de esa cúpula. También se derrumbo el arco de entrada al templo, el que de inmediato fue cerrado, para no poner en peligro la vida de las personas que a diario concurren ahí.

                               Los daños serán evaluados para iniciar cuanto antes las reparaciones necesarias. Brigadas de Obras Públicas, de la Cruz Roja, de la Secretaría de Educación y de Protección Civil, fueron movilizadas de inmediato por el gobierno, para brindar el auxilio necesario a la población afectada.

                               Las clases en todo el sistema educativo de la entidad, fueron suspendidas hasta nuevo aviso. Se teme que algunas escuelas hayan quedado dañadas en su estructura y pudieran constituir un peligro para los educandos.

                               El gobierno del estado, ordenó que las instituciones que se encuentren con daños  serios, sean reparadas de inmediato a fin de que los alumnos no queden mucho tiempo sin clases.

                               La movilización que el gobierno estatal hizo de sus elementos de seguridad, protección civil y atención médica, así como el personal de la Cruz Roja, demostró que está preparado para concurrir en auxilio de la población, en cualquier contingencia.

                               También la población civil respondió a los llamados de la autoridad, desde los comerciantes y prestadores de servicios que cerraron sus puertas para que la situación que guardaba la entidad después del terremoto, pudiera evaluarse, como los maestros, los empleados públicos y personas de todos los sectores de la entidad.

                               En la sierra norte, el temblor se sintió muy leve o no se sintió. Son las ventajas de esa zona, en este tipo de catástrofes.

                               Ahora sí, nos está lloviendo en nuestra milpita: el problema de la inseguridad, que no cede; el problema del robo de combustible, conocido como “el huachicoleo”;  las inundaciones en varias poblaciones de la sierra norte; el asunto de los feminicidios que ha ido creciendo y que ha provocado protestas en Puebla, pero también en la mayor parte de las ciudades importantes del país y hasta en el extranjero, y de pilón, el terremoto. Señor gobernador Antonio Gali, es urgente una “limpia” en Catemaco.

                                Mañana retomaremos el tema político para informarle de algunas cosas importantes, pero ahora se imponía el tema del sismo, que colocó a Puebla en una situación verdaderamente dramática.

Publicado en COLUMNAS

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