Columna | P U L S O    P O L I T I C O

             Con el fin de despresurizar el control de las penitenciarías de Puebla, el gobierno estatal, decidió enviar a penales federales de Oaxaca y Chiapas, a catorce reos de alta peligrosidad, que eran causa de muchos problemas dentro de las cárceles locales, entre ellos al señor Oscar García Téllez, conocido como “El Loco Téllez”.

             Lo anterior fue informado por el gobernador del Estado, Miguel Barbosa Huerta, quien señaló que se va a seguir este camino con los reos más peligrosos, que constituyan un escollo para lograr la rehabilitación de otros delincuentes, pues ese es el objetivo el de reintegrarlos a la sociedad.

            Por otra parte, en su virtual conferencia televisiva, el mandatario local informó que todavía se tienen muchos contagios de coronavirus en Puebla: el pasado viernes se registraron 301 casos, el sábado el número de contagiados subió a 389 y el domingo bajó a 166. De ellos 63, 149 y 157, fueron casos rezagados de los tres días mencionados.

             Los fallecimientos fueron 11 el viernes, 32 el sábado y 4 del domingo.

              El mandatario poblano hizo un llamado a la población a no relajar la disciplina y seguir cumpliendo con las recomendaciones de las autoridades sanitarias. De todos depende, dijo, que la pandemia sea controlada en Puebla, todos estamos obligados a poner nuestro granito de arena, para frenar este mal que también está causando estragos económicos.

              DOÑA GENOVEVA HUERTA, la dirigente estatal del PAN, dijo, como le informamos ayer, que se va a consultar a la militancia panista, sobre las alianzas partidarias, sobre los candidatos a diputados y presidentes municipales y regidores, etc., para formular una estrategia para las elecciones del 2021.

              Le comentamos que ojalá de veras cambie ese partido, su manera de proceder. Aunque nunca ha tenido una gran militancia, como ella refiere, los pocos que se han adherido al partido blanquiazul, merecen respeto, sobre todo de los dirigentes de un partido que pregona ser auténticamente democrático. Nunca ha tenido en cuenta a la militancia, poca o mucha, pues los dirigentes nacionales y algunos locales, lo deciden todo y sus decisiones pocas veces han sido acertadas: la alianza con el PRD, totalmente absurda por ambas partes, en vez de ayudarles, provocó deserciones en las filas de ambos partidos, uno de derecha y otro de izquierda. Lo mismo pasaría si se concreta una alianza con el Partido Revolucionario Institucional, su real y permanente adversario desde el siglo XIX, cuando sus antecesores eran liberales y conservadores.

               La clientela panista históricamente ha sido en los estados del Bajío, como Jalisco, Guanajuato, parte de Michoacán, también en Zacatecas, Aguascalientes y en el norte Baja California, así como Querétaro en el centro. Algunas de esas entidades han tenido gobernadores panistas por varios sexenios, como Baja California, Guanajuato, donde llegaron a hartar por sus ineficiencias. Guanajuato es la entidad del país que registra la criminalidad más elevada y también un elevado número de familias que viven en pobreza. Y el PAN tiene ya como tres décadas en el gobierno de esa entidad. También ha gobernado Jalisco, durante un sexenio y Veracruz, que no puede ser considerado territorio panista y algunas entidades más, como Puebla, donde en un sexenio demostró su falta de oficio y de sensibilidad social, a pesar de que el gobernador y muchos de sus colaboradores eran de origen priísta.

              En  Puebla, donde según la dirigente Huerta Villegas, cuenta con 19 mil militantes, ocupando el tercer lugar en la república, después de Veracruz y el Estado de México, el PAN creció exponencialmente durante el morenvallismo, que empleó sistemas priístas para inflar la militancia de ese partido. Y así como le pasó a nivel nacional, cuando estuvo dos sexenios en el poder federal, su militancia se desplomó cuando terminó el gobierno de Felipe Calderón. De casi 2 millones que decía tener en todo el país, cuando don Gustavo Madero, entonces dirigente nacional, ordenó limpiar ese padrón, quedaron solo más de 200 mil, arañando el número exigido por las autoridades electorales, para no perder su registro.

             En Veracruz nunca ha tenido fuerza real y cuando la tuvo fue para apoyar a un candidato a gobernador de origen priísta y consentido de la maestra Elba Esther Gordillo, que hizo del SNTE, un ejército electoral para imponer candidatos y ocupar puestos de elección popular. Esa maestra, recién salida de prisión a donde fue llevada por el gobierno de Peña Nieto, también influyó y mucho, en la elección deL 2010 en Puebla, a favor del PAN.

            Si el PAN de veras quiere cambiar y democratizarse, debe aceptar su realidad y no andar con fantasías que lo llevarán a un nuevo fracaso, como el ocurrido en Puebla.

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