Según cifras del INEGI, en México alrededor de 230 mil personas adultas permanecen privadas de su libertad en los centros de reinserción social, a su vez, 15 mil jóvenes son sometidos a centros de internamiento cada año.

Con la participación de la Dra. Luz Anyela Morales Quintero, docente e investigadora de la academia de Criminología, se llevó a cabo la Cátedra Prima de la Escuela de Psicología en la que se habló acerca de la importancia de conocer los fundamentos básicos de la psicopatía y la empatía en su rama.

Al iniciar el evento, la especialista explicó que normalmente una persona que padece psicopatía tiene una disfunción o trastorno mental. “¿Por qué no hay culpabilidad o arrepentimiento en este tipo de conductas? ¿Por qué existen personas que quieren causar daño a los seres humanos o incluso a otras especies?” La respuesta es porque se involucran elementos extremos de la conducta humana, como son el egoísmo, maldad, crueldad, entre otros que se consideran acciones antisociales, mismas que a su vez provocan este tipo de comportamientos.

En este sentido, la Dra. Morales señaló que la psicopatía muchas veces surge a partir de la falta de autoridad de los padres o en su defecto por la falta de afecto, causando daños irreversibles en el niño, y provocando que posteriormente desarrolle conductas violentas y/o agresivas que sin control pueden generar diferentes tipos de trastornos.

Como complemento a lo antes mencionado, expuso que las emociones se vuelven una parte fundamental en la interacción humana, en específico, la dificultad al momento de identificar sentimientos básicos o al experimentar genuinamente emociones sociales relacionadas con la moral son características de las personas psicópatas.

Asimismo, destacó que la psicopatía y la empatía representan polos opuestos de un mismo camino, ya que contribuyen a la comprensión de los factores que llevan a una persona a padecer dichos trastornos y por lo tanto, pueden a su vez dar a los psicólogos una serie de claves para la prevención de la violencia, y mejor aún, para la construcción y fomento de sociedades más seguras y justas.

“Es fundamental entender que los seres humanos somos capaces de cometer actos atroces, es innegable la existencia de un comportamiento violento en cada uno de nosotros.”, aseguró la Dra.

Al respecto compartió que numerosos estudios demuestran que una persona, ante cierta presión, puede demostrar agresividad, violencia e incluso la capacidad de quitar la vida a otros congéneres; sin embargo, a su vez el ser humano ha demostrado natural y evolutivamente que es apto para desarrollar conductas pro sociales, como la bondad y el altruismo. Como resultado de esto, concluyó su conferencia comentando que siempre surgirá la siguiente interrogante ante ese tipo de comportamientos: ¿Cómo es posible que una persona que puede realizar actos bondadosos también pueda ser responsable de actos malignos?

Cabe destacar que la Universidad Anáhuac propicia este tipo de encuentros con la finalidad de que los alumnos estén conscientes de los retos que enfrentarán al momento de insertarse en el mundo laboral y preparados para responder de la mejor manera a los mismos.

Publicado en EDUCACIÓN

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