Columna | SIN LÍMITES

*Un geofísico explica cómo se originan y qué hacer con ellos

Por fin, un experto, explica las causas del origen del famoso mundialmente socavón poblano.

Según el diccionario de la Real Academia Española socavón quiere decir “hundimiento que se produce en el suelo, generalmente por haber una corriente subterránea o algún espacio hueco bajo tierra”.

En Puebla se inició hace un par de semanas con 5 metros de diámetro, hoy tiene 130 metros de diámetro y entre 8 y 9 de profundidad. Se ha convertido en un atractivo turístico de la región, ubicada a 20 kilómetros de Puebla. Se han rescatado dos perros, se grabó una cumbia, existe un pan con su nombre y en la zona hasta una memela.

En el lugar hay mucha preocupación, se han escuchado muchas opiniones y están en proceso estudios de instituciones como la UNAM y el IPN.

El diario Reforma publica este lunes una amplia entrevista con el Geofísico Carlos Valdés González,  ingeniero geofísico por la UNAM, Doctor en Geofísica por la Universidad de Wisconsin-Madison, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM y ex titular del Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED). Fue Jefe del Servicio Sismológico Nacional y actualmente está a cargo del Centro de Estudios Mexicanos (CEM) de la UNAM en Costa Rica.

Los siguientes son sus puntos de vista:

-La raíz de estas oquedades es el debilitamiento del suelo por el paso de agua. Esto puede ocurrir en un terreno duro de roca caliza que se va diluyendo, genera grutas o cenotes en suelo más arcilloso, como el oriente de la Ciudad de México o el caso de Puebla.

-El suelo donde se formó el socavón de Santa María Zacatepec, municipio de Juan C. Bonilla, está formado por material volcánico, principalmente cenizas, que es fino y fácilmente desmoronable.

-El proceso tiende a ser muy rápido o casi súbito en suelos blandos y en cambio, en la presencia de rocas calizas son procesos que tardan cientos o miles de años para diluirse.

-No es fortuito que algunos de estos eventos ocurran en zonas agrícolas, pues se trata de suelos fértiles en donde hay movimiento o circulación del agua subterránea.

-Los cambios en el nivel y movimiento de aguas freáticas, por lluvias intensas que lo saturan y la extracción para la agricultura o la industria, propician la remoción de las partículas más finas y el suelo pierde cohesión. Es una combinación de condiciones naturales e intervención humana.

-Si de manera intensiva se siembra en un predio grande y se le satura de agua para que la cosecha sea buena y se abusa, disminuye el nivel de aguas freáticas que después se recargan si hay lluvias. Entonces en la potencial formación de socavones, se registra el efecto de ese movimiento.

-Mientras sea normal el nivel de aguas freáticas, se mantiene un equilibrio. La agricultura y la industria, el consumo cotidiano juega un papel, pues las aguas subterráneas alimentan el acuífero de Puebla, que es el que suministra agua a esa y otras regiones cercanas.

¿GRANDES SOCAVONES EN CIUDADES?

Respecto a la aparición de socavones de gran tamaño en la Ciudad de México o en otras ciudades como Puebla, explica Valdés González que:

-La zona urbana no está exenta de padecer la súbita formación de socavones, algunos con el tamaño suficiente para que vehículos caigan dentro, como ya ha ocurrido con consecuencias fatales.

-Su extensión suele estar acotada debido a que son causados por rupturas en el sistema de drenaje o en la red de agua potable, ello ocasiona es que el agua reblandezca y remueva el material del suelo, generando un hueco que se extiende hacia la parte superior hasta finalmente alcanzar la calle.

-Se acota el tamaño del socavón, porque la red del drenaje, que va por debajo de las calles, funge como una retícula donde se genera este proceso de rotura y empieza a salir el agua y se lleva el material. No es algo fácil de ver o detectar porque la carpeta asfáltica funciona como un sello impermeable.

-Entonces se aprecian pequeños hundimientos o fracturas y de repente viene el colapso, cuando camiones pesados pasan por el lugar y se hunde una parte, porque ya hay debilitamiento abajo.

-Las zonas urbanas deben tener mantenimiento adecuado, tanto el drenaje como a la red de agua potable que tiene grandes problemas. Renovar la red es un proceso costoso y laborioso, pero es una de los trabajos necesarios que se tienen que llevar a cabo.

-A pesar de la repentina aparición de socavones que suele tomar por sorpresa a quienes están cerca, existe una serie de señales previas como pequeñas grietas que aparecen en el campo de cultivo, como pudo ser en el caso de Santa María Zacatepec. Lo mismo en las zonas urbanas, que pueden presentar agrietamientos sobre el asfalto.

-Otro aspecto es que se generan ruidos, cuando comienza a colapsar el suelo por debajo, ruidos roncos, de ahí el estruendo percibido por la familia Sánchez Xalamiahua.

-En las zonas de cultivo puede ocurrir que de repente grupos de plantas o zonas específicas comienzan a secarse. Si esto sucede quiere decir que el agua se va rápidamente hacia abajo, drena y no se queda. Se filtra y la planta se queda sin agua.

Finalmente el experto indica que los geofísicos pueden realizar una serie de evaluaciones que pueden llevarse a cabo de manera preventiva. La más común es el estudio con geo radar, que envía una señal con alta frecuencia a 11 o 12 metros de profundidad, regresa y se interpreta el suelo y su composición, si presenta huecos o mayor humedad. Esto ayuda a delimitar esa zona.

Existen métodos eléctricos donde se inyecta corriente en el terreno a través de electrodos y  se obtiene un registro que se interpreta para identificar diferencias.

EL CASO DE PUEBLA

A propósito del socavón poblano y el desafío de qué hacer con un agujero de tan impresionante tamaño, Valdés González es muy claro: Ya no puede hacer uno nada.

Rellenarlo, como suele hacerse con oquedades pequeñas, sería una hazaña y una inversión considerable de recursos. Calcula que el socavón tiene un volumen de 460 mil metros cúbicos. En comparación, los camiones de volteo comunes tienen 7 metros. Cada uno tiene 10 metros cúbicos y se necesitarían 46 mil camiones.

El costo en México de un camión de con arena y grava es en promedio de 400 pesos. Sería una inversión de 18 millones 400 mil pesos. El problema es que si se rellena mientras haya agua, aunque circule lentamente, se lleva el relleno porque ya está desestabilizada la zona, entonces la sugerencia es dejarlo como está.

La recomendación del investigador es aprovechar el impulso turístico generado alrededor del socavón, atracción incluida en las rutas del transporte público local y donde ahora hay puestos que venden comida y objetos con la leyenda Recuerdo del Socavón.

En fin, como escribió Miguel de Unamuno (España, 1864-1936), en su poema Muerte:

Deja en la niebla hundido tu futuro,
ve tranquilo a dar tu último paso,
que cuanto menos luz, vas más seguro.

Aurora de otro mundo es nuestro ocaso,
sueña, alma mía, en tu sendero oscuro:
Morir... dormir... dormir... soñar acaso.

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