Columna | ETIQUETA CON DESTINO

• Uno más, el de las Escuelas de Tiempo Completo

El pasado 28 de febrero, la Secretaría de Educación Pública –SEP- compartió en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el acuerdo 05/02/2022, en donde se anuncia la desaparición del programa Escuelas de Tiempo Completo, además publicó las Reglas de Operación para la Escuela es Nuestra.

El Programa Escuelas de Tiempo Completo nació en 2008, y de acuerdo con el gobierno federal, buscaba mejorar la calidad de aprendizaje a través de la ampliación y uso eficiente del tiempo escolar de los alumnos.

Esta decisión afectará a 3.6 millones de estudiantes mexicanos perjudicando los derechos humanos de la educación y a la alimentación a menores.

Las escuelas de tiempo completo tenían la oportunidad de ser el vehículo para revertir la desnutrición y malnutrición, así como la recuperación de aprendizajes académicos y la salud socioemocional de niñas, niños y adolescentes.

El 74.3 por ciento de las escuelas que tenían el programa se ubican en regiones con un grado de marginación alto.

De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), se notó una mejoría en el desempeño de las clases, siendo además un apoyo importante para los estudiantes rezagados, pero además hay padres y madres de familia que trabajan y dejaban a sus hijos seguros en las escuelas, ahora saldrán de las instituciones poco antes de la 1 de la tarde lo que obligará a que se queden solos, con un familiar o que la madre o el padre tengan que descuidar su trabajo en esta época de crisis económica.

Pero debemos recordar que, por instrucciones de Andrés Manuel López Obrador, desaparecieron las guarderías infantiles, refugios para mujeres, no hay medicamentos para niños con cáncer, desapareció el seguro popular, entre otras acciones.

El presupuesto para las escuelas de tiempo completo fue en 2021 de 5 mil 100 millones de pesos, pero supuestamente ahora se utilizarán para dotar de infraestructura a las instituciones educativas sacrificando la educación y alimentación de los menores por las pretendidas mejoras que debieran tener las escuelas, pero con un presupuesto asignado para tal y no a costa de los menores.

En 2020 el gobierno federal dejó sin presupuesto y desapareció 85 programas sociales entre los que se encontraban comedores comunitarios, atención a jornaleros agrícolas, el fondo de salud para el bienestar, el fondo nacional de desastres naturales, pero también extinguió 109 fideicomisos que apoyaban a artistas, investigadores y deportistas, entre otros.

Con la derogación de los fideicomisos y de los programas antes mencionados el gobierno federal reencausó más de 135 mil millones de pesos a otras actividades o proyectos opacos.

Tan sólo por desaparecer las estancias infantiles se ahorraron 2 mil 40 millones y con las escuelas de tiempo completo 5 mil 100 millones de pesos.

Sin embargo, todos los recursos que obtuvo el gobierno federal a través de la desaparición de programas sociales y fideicomisos nunca se han transparentado, ni se informó en que han sido aplicados, aunque es bien sabido que se han ido a programas clientelares y electoreros.

Tan sólo para este año, el presupuesto para los programas de Bienestar suman 3.4 billones de pesos, donde López Obrador reparte dinero, alguno justificado como el de adultos mayores y otro no tanto como el que se entrega a los ninis.

Aquí el señalamiento es que pareciera que no le importan los niños, los enfermos de cáncer, las mujeres porque cada vez tienen apoyos y no son visualizados por el gobierno federal.

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