Columna | P U L S O    P O L I T I C O

           Ayer platicamos con Lorenzo Rivera Sosa, dirigente estatal del PRI y con Valentín Meneses, coordinador de la campaña del candidato priísta a la gubernatura, Alberto Jiménez Merino. Ellos están convencidos de que pueden triunfar en las elecciones del 2 de junio próximo, porque afirman, tienen al mejor candidato, pues Jiménez Merino tiene oficio político, tiene militancia probada dentro del partido, tiene sensibilidad social y experiencia administrativa y eso es cierto. Lástima que el Partido Revolucionario Institucional, está pasando por la etapa más difícil de su historia.

             Ayer un diario de la capital del país, publica como su nota principal, el derrumbe de la militancia priísta, que de 6 millones y medio que presumía, solo le quedan, un millón 159 mil 320 militantes, según el padrón electoral del INE.

             Cinco millones 386 mil 603, militantes, quedan en reserva, pues no se ha probado su existencia.

             Y eso no es todo: el PRI, que durante ochenta años fue el partido que lo abarcó todo en el país y que ganaba con facilidad desde la Presidencia de la República, las gubernaturas de todos los estados del país, la regencia del Distrito Federal, la mayoría de los diputados federales y de los senadores de la república y que además controlaba todas las legislaturas locales, hoy casi lo ha perdido todo.

           ¿Recuerda usted la frase pronunciada durante la Segunda Guerra Mundial por el primer ministro inglés, Churchill: “No tengo más que ofrecerles que trabajo, sudor y lágrimas”? Pues nos dicen que ellos en esta campaña, están trabajando con “Saliva, sudor y suela”. Y a quien quiera unirse a su lucha, le exigen “unidad, lealtad y disciplina”.

            Reconocen que ha habido deserciones importantes en sus filas: Leobardo Soto, líder de la CTM; Maritza Marín, ex dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias y otros más, de cuyos nombres no quisieron acordarse.

              Se les preguntó sobre uno de los aspirantes a la candidatura para gobernador, Juan Carlos Lastiri Quirós y la respuesta fue: no está trabajando con nosotros. Lo que se dice, es que está apoyando desde fuera, a otro candidato y no al del PRI.

               En el caso del doctor Enrique Doger Guerrero, manifestaron que se mantiene neutral. No está en el trabajo de campaña, pero no realiza ninguna actividad política contra el PRI.

                Cierre de campaña el 26 en el zócalo de esta capital, anunciaron, y dijeron que será una concentración de priístas que va a sorprender a muchos, y es que en el interior del estado, el candidato del PRI  Alberto Jiménez Merino, tiene arrastre, sobre todo entre los campesinos y personas dedicadas a la producción de alimentos.

               Nos presentaron al nuevo delegado especial del comité nacional, recién designado por la dirigente Claudia Ruiz Massieu, Miguel Castro Reynoso, que es secretario de vinculación con la sociedad civil en el comité nacional y que en Jalisco, su tierra natal, es un político priísta importante, que ha sido presidente municipal de Tlaquepaque, diputado local, dirigente del PRI y otras cosas, y viene a reforzar los trabajos de campaña del PRI a Puebla.  

              El dirigente estatal de la Liga de Comunidades Agrarias, que es delegado de la dirigencia nacional, Elías Pérez Galindo, dijo que la ex dirigente Maritza Marín Marcelo, que ahora está en las filas de Morena, se expulsó solita del PRI “y nosotros, de acuerdo a nuestros estatutos, solo aplicaremos la cláusula correspondiente, confirmando su expulsión”.

              Dijo que fue en el PRI donde Marín Marcelo se hizo con el apoyo del ex gobernador Mario Marín. Fue presidenta municipal de Cuayuca de Andrade, diputada local y dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias en el estado. Todo se lo debe al PRI, señaló. “Su salida de las filas priístas, muy su gusto y muy su problema”.

            El dirigente estatal priísta, Rivera Sosa, dijo que hay el proyecto de iniciar entre los militantes de su partido, una campaña de concientización, sobre lo que ha significado el partido Revolucionario Institucional en la historia de México; de lo que el PRI ha hecho a lo largo de su historia, para impulsar el desarrollo del país.

             Reconoció que se ha perdido la ideología de la Revolución Mexicana, el nacionalismo revolucionario y que hay necesidad urgente de capacitar a los jóvenes en esas materias para reconstruir al partido sobre las bases que le dieron vida y permanencia durante muchos años en el gobierno: unidad, lealtad y disciplina, valores que se han perdido y que es necesario recuperar, expresó.

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