Columna | P u l s o    P o l i t i c o

   El fallecimiento del dirigente revolucionario cubano, Fidel Castro Ruz, a los 90 años de edad, terminaron en forma natural, con el enemigo número uno del “imperialismo yanqui”. El líder cubano cubrió toda una época en la vida política de la isla y de Latinoamérica.

   Hizo fracasar a los Estados Unidos en todos los intentos que ese país hizo para derribar a su gobierno y para eliminarlo físicamente de la escena mundial.

   Más de 600 atentados contra su vida, perpetrados por la CIA, el FBI y por los cubanos exiliados en Miami, Florida, se fueron por la borda.

   El bloqueo comercial que se instauró desde hace más de medio siglo para ahogar a la isla del Caribe económicamente, solo logró poner de manifiesto la hipocresía estadounidense que habla de democracia, de igualdad, de derechos humanos, pero que practica precisamente lo contrario, contra las personas y los países que no se someten a su voluntad.

   El bloqueo sigue después de medio siglo y Cuba también, sigue resistiendo pese a la caída de su principal aliado la Unión Soviética.

   Hace unos meses, por fin se restablecieron las relaciones diplomáticas con los Estados Unidos, se restablecieron los vuelos para el transporte de pasajeros entre Cuba y el poderoso país del norte, pero el bloqueo sigue y por lo que se ve, seguirá durante el gobierno de Donald Trumpo, que no entiende, ni logrará entender, la importancia que para su país tiene el restablecimiento de las relaciones comerciales con la isla caribeña y para el mejoramiento de su muy deteriorada imagen, ante la opinión pública internacional.

   Antes de Fidel, Latinoamérica era un conjunto de países sujetos a la voluntad de los gobiernos estadounidenses, con gobiernos serviles, obedientes a sus dictados.

   Cincuenta y seis años después, las cosas han cambiado y aunque los gringos han logrado derribar gobiernos progresistas como los de Brasil y Argentina, mediante golpes de estado pacíficos y aparentemente legales, Venezuela todavía resiste y Ecuador, Bolivia y Nicaragua, también.

   La figura de Fidel, el latinoamericano más universal del siglo XX, seguirá siendo inspiración para nuestras naciones, que ante la amenaza de Trump, un personaje que representa todo lo negativo de una sociedad norteamericana en decadencia, no se ha amilanado y se prepara para afrontar lo que venga.

   Este día en la ciudad de México, el dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, recibirá a los priistas distinguidos poblanos, que aspiran a abanderar a ese partido, para la gubernatura del 2018.

   ¿De qué hablarán? Nadie sabe. Todos son rumores, como ha sido la norma de ese partido, que al final de la entrevista, enviará un comunicado en el que dirá lo que le convenga decir,

   Lo cierto es que ha causado inquietud en la dirigencia nacional, que los aspirantes a la candidatura para gobernador de Puebla, del PRI, ya anden movidos a dos años de distancia de las elecciones.

   El dirigente estatal priista, Jorge Estefan Chidiac, ya dijo que él no aspira a ser candidato y que su papel, como dirigente del tricolor, será el de vigilar que se cumpla con lo que establecen los estatutos, con lo que establece la ley electoral, con lo que indiquen las convocatorias, pues es la forma de garantizar la unidad y el posible triunfo de los candidatos priistas.

   El sábado, Juan Carlos Lastiri Quirós, uno de los aspirantes, señaló que él respeta al dirigente de su partido en el estado, pero se quejó de que su partido, en lo general, todavía no tome las medidas necesarias para garantizar la unidad con miras al 2018; que actúe en forma lenta y sumisa, en vez de estar ya preparándose para la gran jornada electoral en la que serán elegidos Presidente de la República, 32 gobernadores de los estados; más de 2 mil quinientos ayuntamientos; 500 diputados federales; más de 120 senadores; y deberán ser renovados 32 congresos locales.

   Será una elección histórica, como nunca se había hecho y por lo mismo, requiere de mucha mayor atención por parte del que todavía es partido mayoritario de este país.

    Ya se tuvo una mala experiencia en Puebla el pasado mes de junio, por no haber tomado las medidas necesarias para fortalecer al priismo, ¿se quiere repetir esa experiencia a nivel nacional? Preguntó.

   Bueno pues hoy tendrán los poblanos, la oportunidad de plantear sus inquietudes al dirigente nacional de su partido, que no es precisamente un político experimentado, ni siquiera dentro de su partido, pero su designación ya fue hecha y ha sido aceptada por los priistas, como ocurre siempre. Lo bueno es que ahora haya quienes hablen claro y lo mejor será que les hagan caso.

   La diputada federal priista, por el sexto distrito de esta capital, que comprende las comunidades indígenas de Canoa, la Resurrección y otras, pertenecientes al municipio de Puebla, Xitlali Ceja García, rindió un informe de sus actividades en la legislatura federal, bastante completo, en el que habló del trabajo en Comisiones, de su propuestas, de sus recorridos por el distrito, de sus gestiones, de sus intervenciones en tribuna, en fin, de lo que ha hecho en el primer año de su gestión.

   Pero independientemente de eso, tuvimos una plática, muy agradable, sobre su desempeño, de cómo ha logrado conquistarse la simpatía y el respeto de pueblos que la rechazaron inicialmente como candidata y ahora son sus leales aliados.

   Entre quienes al principio se oponían recibirla, ha hecho grandes amigos que ahora le brindan todo su apoyo.

   Hay que decir que ella en lo personal, tiene carisma y simpatía y ha buscado cercanía con todos los grupos populares de su distrito, pues es lo que le demandaron en la campaña, que los visite, que conozca sus problemas que luche junto con ellos para resolverlos y no que solo se le vea cuando va a pedir el voto.

   Ella está cumpliendo y nos dice, que los ciudadanos también. Eso ha hecho posible un trabajo conjunto que está dando buenos resultados.

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