Domingo, 30 Octubre 2022 15:07

Yo defiendo al INE

Que no se ocupe de ti el desamparo
Que cada cena, se tu última cena
Que ser valiente no salga tan caro
Que ser cobarde no valga la pena

        Joaquín Sabina

Estos días deberán ser tiempo de patriotas o perderemos al país.

Morena pretende degollar al INE. Sepultar la democracia. Encadenar la libertad.

Atenta contra nosotros: el INE es una institución ciudadana, en donde participan ciudadanos para garantizar el voto libre y efectivo de las y los ciudadanos.

Ya antes he explicado los riesgos de este golpe de estado técnico. No abundaré. Solo señalo sus rasgos más nocivos: desmantelar al INE y despedir a sus consejeros, para que los nuevos sean elegidos por votos condicionados por Morena. Lo mismo el Tribunal Electoral. Crea un Congreso solo de plurinominales: ya no podremos elegir personas, sino listas. La partidocracia, enfermedad central del sistema actual no se extirpa: se hace metástasis. El gobierno controlaría la integración del padrón.

No hay más que agregar. Morena quiere perpetuarse a la mala. Con abusos, con coacción, con dinero o con balas. Con mapaches o con hampones. Quiere un partido sin árbitro y, eventualmente, sin contrincantes.

López Obrador se prepara para en el 2024 dejar la presidencia, pero no el poder. Para que solo sus chicharrones truenen, quiere ser dueño del cazo, del puerco, de la manteca y de la mesa.

Impedir que perdamos la democracia y nuestra libertad demanda de una decidida movilización social. Quien confíe en los partidos, allá él. Cuando se tiene cola o precio, la dignidad sale sobrando.

Detener este golpe depende de nosotros. Para ello se necesita decisión. Agallas. Pudor. Dejar el sillón y tomar calle. Jugarse la boca y la pluma. Votar con los pies.

De 130 millones de habitantes, solo hay un puñado de ciudadanos. Escucho un mantra falso e injusto: no hay oposición.

¿No? Bueno: pues llegó la hora: la oposición somos todos y, en particular, los que en estos años oscuros se han demostrado como magníficos críticos de café, sesudos opositores de sobremesa, valientes patriotas de reuniones sociales. Apoyadores privados de mensaje de texto, pero incapaces de firmar un desplegado público o de asistir a una marcha.

Llegó la hora. ¿Qué hacer?

1. Presione a sus representantes. Mande un correo. Hable a sus oficinas. Acóselo en su ciudad.

2. Súmese. Hay dos iniciativas ya en marcha, impulsadas por organizaciones sociales: una marcha el 13 de noviembre, del Ángel al hemiciclo a Juárez, 10 horas. Lleve una prenda rosa. Cheque en su ciudad qué movilización habrá. Vaya.

3. Imprima un cartel o calcomanía con el distintivo Yo Defiendo al INE. Póngala en lugar visible. Si tiene auto, úsela ahí: multiplica la visibilidad.

4. Si tiene redes sociales, utilice también el distintivo. Lo mismo en su perfil de whatts app.

5. Comparta información sobre lo nocivo de la reforma. Subiré un análisis comprensible en mis redes sociales (@fvazquezrig). Si evitamos una reforma constitucional, frenaremos lo más grave del golpe.

6. Recupere la memoria: también subiré un memorial del fraude: información histórica sobre lo que implicaba no tener elecciones libres. Si quiere, compártala. Platíquele a sus hijos lo que era aquel país. 35 millones de votantes tienen menos de 35 años. Ya su memoria registra solo la democracia que agoniza.

Si en comisiones de la Cámara de Diputados se perfila en comisiones la aprobación de una reforma constitucional, tendremos que pasar a la fase dos.

¿Cuál es? Resistencia civil. Un querido amigo me dijo que no es posible. Difiero. Propuestas:

7. No cargo en Pemex. No hay que darle dinero al gobierno para que lo dilapide contra nosotros. Es como si Ucrania le diera balas a Putin. Cargue gasolina en otras empresas.

8. No pago IVA. Un mes no compremos nada. Solo alimentos y medicinas. No comamos en restaurantes. Lo siento por los comercios y restauranteros. Ni modo. Luego nos emparejamos.

9. Apago la luz. Convoquemos a un apagón de luz nacional, de una hora, el día previo a que las comisiones voten los dictámenes.

10. Domingo a pie. Salgamos a caminar con una prenda rosa un domingo, una hora, en respaldo al INE. No es una manifestación. Es una muestra de civismo y compromiso que se esparce por todas las calles. Esto lo organizó De Gaulle en plena ocupación nazi. Se puede.

11. Paro laboral. No necesariamente tiene que ser de un día o más. En Holanda vi una huelga de una hora en el aeropuerto. El simbolismo es lo que cuenta. Las cámaras y empresas deberían impulsarlo.

12. Día nacional de space: convoquemos a un diálogo nacional digital de 24 horas para generar más ideas de cómo defender al INE.

13. Veda de ISR. Dejemos de pagar un mes. Ya veremos cómo nos defendemos colectivamente. Hay redes de abogados activistas que nos pueden representar.

14. Si pese a todo las y los legisladores no entienden e insisten en matar a la democracia, tendremos que sitiar el Congreso.

Ahí está.

Insisto. Si asesinan a la democracia y la libertad, no habrá sido el oficialismo: habremos sido nosotros. No habrá sido el autoritarismo, sino nuestra indiferencia.

La apatía es el germen que incuba dictadores. En la elección federal del 2021, 44 millones de personas se quedaron en casa y no salieron a votar. De ellos, como ha acreditado Carlos Hernández, la mayoría fue de clase media y alta. Son los mismos que lloran que no hay oposición, que preguntan “¿qué puedo hacer? ¿Cómo le hago?” y no son capaces de dedicar una hora cada tres años para ir a votar.

No hay tiempo que perder. Morena ya puso plazo: consumará el golpe en menos de un mes.

Hasta ahora, las mujeres han puesto el ejemplo cívico de resistencia. Han elevado la voz. Tomado las calles. Ocupado medios de comunicación. Incendiado las redes. Increpado al presidente.

Ellas abrieron el camino.

Conste: no lloremos después como hombres lo que no supimos defender como mujeres.

Twitter | @fvazquezrig

Publicado en COLUMNAS

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