Columna | P U L S O   P O L I T I C O

         La senadora priista, que fue dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional, que es sobrina del ex presidente Carlos Salinas e hija del exgobernador de Guerrero, ya fallecido, Francisco Ruiz Massieu, Claudia Ruiz Massieu, estuvo en Puebla para pronunciarse por el alcalde de esta capital, Eduardo Rivera Pérez, como el más viable candidato de la alianza Vamos México, integrada por el PRI, el PAN y el PRD.

         “Sin duda Eduardo es un gran cuadro y pues tiene un gran respaldo ciudadano”, dijo la senadora priista, a lo que Néstor Camarillo Medina, dirigente estatal del Revolucionario Institucional, respondió cuando fue cuestionado sobre la posición de la senadora, que “esa es una postura personal de la señora Ruiz Massieu, pero el PRI en Puebla, tiene sus propios aspirantes y entre ellos, el partido Revolucionario Institucional, escogerá al que propondrá como candidato a la gubernatura de Puebla”. Esta declaración la hizo en conferencia de prensa.

          Se ha venido hablando de una fuerte división priista a nivel nacional y esto que ocurre en Puebla, es una prueba evidente de que la división existe y que es grave.

         LA SENADORA PRIISTA, VINO A ESTA CAPITAL PARA entrevistarse con “Lalo” y con el diputado federal panista Mario Riestra Piña, aliado del presidente municipal de Puebla.

         En las oficinas del Club de empresarios, doña Claudia, expresó que su cercanía con Eduardo Rivera, no es de ahora, sino que viene de hace tiempo. Lo apoyó en su campaña por la presidencia municipal, como candidato de la alianza opositora.

        Dentro del PRI, hay una corriente, muy débil por cierto, que pretende entregar la plaza, nada menos que al PAN, por considerar que este partido representante de la tradicional derecha mexicana, tiene más fuerza electoral que el PRI, lo cual revela un desconocimiento de la entidad poblana, incluso en los círculos más importantes del priismo.

        El PAN ha ganado posiciones en la capital, pero en su conjunto, la población del estado ha sido liberal y en la ciudad los triunfos panistas han sido meramente circunstanciales, derivados de algunos malos ayuntamientos.

         Néstor Camarillo, expresó que su partido, el PRI, tiene a sus propios aspirantes, tiene perfiles extraordinarios para todos los cargos, expresó y mencionó a dos mujeres: Blanca Alcalá y Lucero Saldaña, como muestra.

       “El PRI no puede pronunciarse a favor de un aspirante a un cargo de elección popular que milita en otro partido, porque generaría malestar, división y enojo en su interior”, señaló Camarillo.

        DESDE HACE TIEMPO HAY RUMORES EN EL PRI local, de que se pretende entregar la plaza al PAN, esto es porque se cree erróneamente que la ciudad de Puebla es políticamente conservadora, lo cual es cierto en parte: la existencia de colegios particulares de tipo confesional que abarcan desde Jardín de niños hasta universidades, ha formado un fuerte sector de derecha, como se vio en los años sesenta y setenta, durante las luchas por la reforma universitaria, pero esas mismas luchas demostraron que la inmensa mayoría de los habitantes del estado, son liberales, formados en prestigiosas instituciones educativas oficiales.

        Desde aquellas luchas que marcaron a Puebla, el clero católico, hablo de las autoridades eclesiásticas, se han mantenido alejadas de la política civil, aunque mantengan una respetuosa relación con las autoridades y con dirigentes políticos de diversos signos. Se ha respetado el laicismo por ambas partes.

Solo hubo una relación tensa con el gobierno panista del señor Moreno Valle Rosas, debido al carácter autoritario del primer gobernador de Puebla, surgido del partido de la derecha.

        DE MOMENTO, LA POSTURA ANUNCIADA EN PUEBLA por la senadora Ruiz Massieu, de apoyar al panista Eduardo Rivera Pérez como candidato del bloque opositor y la afirmación de que tiene un gran apoyo popular, ha molestados a muchos priistas, aun a los que no están contentos con la actuación de la dirigencia estatal del tricolor. Parece que en la cúpula priista hay la intención de entregar la plaza, como se ha venido diciendo desde hace tiempo, al Partido Acción Nacional, algo que en la historia local, no se le perdonaría nunca al partido surgido de la Revolución de 1910.