Domingo, 04 Agosto 2019 19:50

Desconfianza

La economía mexicana enfrenta varios problemas, pero uno es central: confianza. Cuando no la hay, como ahora, se pierde también la certidumbre.

No es una casualidad que desde su triunfo electoral, la economía se haya detenido. A lo largo de cinco trimestres, el PIB ha crecido 0.04%: nada.

Los hechos están ligados a varios factores, pero en su núcleo están las señales que López Obrador manda a los mercados: su hiperactividad tras la victoria reveló falta de sosiego y reflexión; la cancelación del aeropuerto fue un capricho costosísimo -en dinero pero más en confianza. Eso fue el entremés: decisiones tomadas antes de asumir la presidencia pero ya instalado en el poder.

Hasta esta semana, cuando se confirmó que la economía está en coma.

La operación del gobierno para aplicar un torniquete a la crisis que se avecina va a fracasar precisamente por esa razón: no es posible confiar en los acuerdos que ofrece el presidente.

La historia, no las palabras, lo desmienten.

Tras su victoria, afirmó que contemplaba que el aeropuerto podría concluirse sin recursos públicos. Lo canceló.

Cuando su Secretario de Comunicaciones dijo que la corrupción no era el motivo para romper el contrato del NAICM, lo desmintió.

El día que pactó inversiones con el Consejo Mexicano de Negocios, desató la crisis de los gasoductos.

Cuando el entonces subsecretario, Arturo Herrera, confió a inversionistas internacionales que quizá se pospondría la construcción de la refinería de Dos Bocas, lo desautorizó.

Urzúa renunció y el ejecutivo aplaudió su marcha.

Anticipándose a la tormenta de la recesión, el nuevo Secretario de Hacienda, hizo lo que tenía que hacer: anunció un paquete contracíclico, pactó inversión privada para la petroquímica y reconoció un subejercicio de 170 mil millones de pesos. Eran los mensajes correctos.

Pero pronto el presidente le enmendó la plana: no hay subejercicios.

Todo lo demás pierde, así, credibilidad.

El paquete incluye 50 mil millones de pesos en proyectos público privados de infraestructura. Pero el presidente cancela proyectos en marcha mediante votaciones a mano alzada en sus mítines: lo acaba de hacer en Durango.

También, se adelantan licitaciones, pero el 70% de los contratos son asignados sin licitar.

El mismo día que comió con la cúpula empresarial del país, el jueves, el presidente declaró que Rosario Robles era una chiva expiatoria, que los verdaderos responsables eran sus comensales: los de arriba, del sector privado.

Las comidas, cafés y declaraciones no bastarán. Ya no. Sólo en junio salieron del país 1,300 millones de dólares.

Hacen falta hechos. Acciones.

El entorno internacional que ayudó se empieza a enturbiar: se recrudece la guerra comercial de Estados Unidos con China, una ola de fiebre porcina en ese país asiático está disparando precios de alimentos, se prevé una sobreoferta de petróleo que tumbará más los precios, Europa está estancada, las remesas bajan.

Winston Churchill decía: cuando los hechos cambian, yo cambio de opinión.

Y actuaba en consecuencia.

Pero, claro: él era un estadista.

Twitter | @fvazquezrig

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Miércoles, 08 Noviembre 2017 21:13

La desconfianza hacia políticos y partidos, aumenta

Columna | P U L S O   P O L I T I C O

      Los últimos acontecimientos en Puebla, hacen que el ciudadano común cada día crea menos en los políticos y en sus partidos. Hace solo unos meses cuando todavía gobernaba a la entidad Rafael Moreno Valle, el ex presidente municipal panista, Eduardo Rivera, era calificado como el enemigo público número uno.

        Pese a ser correligionarios, los diputados locales sancionaron a “Lalo” Rivera, con varios años fuera de cualquier cargo público y estaba por aplicársele una multa millonaria.

        De nada valieron las protestas de la ex primera dama del país, Margarita Zavala, ni el apoyo que al ex alcalde le brindó la ex candidata presidencial del PAN, doña Josefina Vázquez Mota, ni las airadas declaraciones antimorenovallistas de la guerrera ex panista Ana Teresa Aranda Orozco.

        El señor Rivera le había robado al pueblo y ese pecado pasó de ser “mortal” a “sacrílego”, la máxima categoría en la escala divina.

         Pero estamos época electoral muy complicada y el Partido Acción Nacional a nivel local y a nivel nacional, está muy dividido. Hay necesidad de buscar la unidad a toda costa o de lo contrario,  con toda la honestidad que dicen que los caracteriza, con toda la eficiencia que dicen tener los gobiernos emanados de sus filas, se arriesgaban a una dolorosa derrota.

          Había necesidad de cerrar heridas, de dar muestras de fortaleza y de unidad entre los dos grupos o tribus panistas que se disputan el poder interno y externo y para eso había que llamar a “Lalo” al diálogo.

          Pero cómo iba a dialogar un ex alcalde defenestrado por su propio partido y todo por intereses políticos del grupo que lo ha venido persiguiendo dentro y fuera del PAN.

          Entonces surgió la idea del perdón. Los panistas que controlan a su partido en Puebla se muestran dispuestos a olvidar los agravios cometidos contra el pueblo, los malos manejos millonarios del erario público, en fin, están dispuestos a perdonar todos los pecados que le estuvieron atribuyendo durante meses al ahora ex presidente municipal y según informes del grupo en el poder panista, ya se percibe una respuesta positiva de parte de “Lalo”, es decir, en vez de gruñidos, empiezan a percibirse sonrisas entre los dos grupos en pugna.

          En este país ha reinado siempre la injusticia y sobre todo la impunidad como se está viendo ahora más que nunca, con la ola de criminalidad que asola a todo México.

         No dude usted que “Lalo” sea recibido en breve por los panistas de la nueva ola, con porras y carteles elogiando su actuación al frente del ayuntamiento pasado.

         En la otra esquina, en el PRD, parecen estar en batalla campal entre pro aliancistas y contraliancistas con el PAN. Por lo pronto don Carlos Martínez Amador, no ha podido tomar posesión como nuevo dirigente de su partido en la entidad.

         Doña Socorro Quezada Tiempo, ya renunció para no entorpecer las actividades de ese partido, pero el comité nacional, asumió el mando en Puebla, hasta en tanto llegan a un arreglo para aceptar a don Carlos,  que pertenece al grupo de los Chuchos, enemigos del senador ahora del PT-Morena, don Luis Miguel Barbosa.

         Tendrá que haber arreglos y éstos deberán hacerse rápido, el tiempo apremia y los intereses de los grupos también.

         Pronto, aquí también, se verán cosas increíbles a las que ya nos tienen acostumbrados nuestras siempre enojados contra el gobierno y contra el mundo, camaradas izquierdistas.

         El PRI recibió ayer la visita de su dirigente nacional, don Enrique Ochoa Reza. Tuvo una reunión con el Consejo Estatal de su partido en un elegante hotel de La Vista; luego otra reunión con dirigentes y aspirantes, en fin, tuvo un día agitado. Mañana le comentaremos sobre todo esto.

       No sabemos si le informaron al dirigente nacional, que su partido en Puebla, todavía no tiene nada decidido sobre 60 municipios para las elecciones próximas. Está igual que Morena, que según nos dicen, también le falta arreglar los asuntos para las elecciones próximas en 60 de los 217 municipios de la entidad.

         El problema al que se enfrentan ya todos los partidos, es el de la designación de sus representantes de casilla. Cada vez son menos los que quieren cumplir esa misión.

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