•    De la carrera de Diseño Gráfico, en la cual de 2017 a la fecha, nueve estudiantes han ingresado con esta condición

PUEBLA, Pue. - María Fernanda Galicia Aguilar se ha negado a seguir un camino predeterminado. A sus tres años fue diagnosticada con sordera severa profunda y su comunicación parecía destinada a ser mediante el lenguaje de señas; pero no fue así. Aprendió a leer los labios. Antes de responder cómo se siente al recibir de la BUAP su título como licenciada en Diseño Gráfico, esboza una enorme sonrisa y expresa con palabras lo agradecida que está con sus profesores, compañeros y con la universidad que la formó.

De manos de la Rectora María Lilia Cedillo Ramírez, obtiene el título que representa la culminación de uno de sus sueños, pero también una forma de romper esquemas, ya que de acuerdo con cifras oficiales, en México sólo 21 de cada 100 personas con debilidad auditiva, de entre 3 y 29 años van a la escuela, y de éstos casi la mitad llega a la primaria.

Apasionada del dibujo y del arte desde que era niña, María Fernanda reconoce que entre los mayores desafíos que enfrentó al estudiar una licenciatura fue la comunicación, pues debió estar siempre al pendiente del rostro de los profesores para leer sus labios y comprender; también, el reto de expresar sus ideas y de trabajar en equipo con sus compañeros. No obstante, admite que a pesar de esta dificultad los docentes fueron comprensivos y la apoyaron.

“Siempre buscaron dirigirse a mí, de igual forma mis compañeros me ayudaban mucho, la verdad es que tuvieron mucha paciencia. En especial estoy muy agradecida con el coordinador de la carrera, el maestro Benjamín Dueñas, por todo su apoyo y por estar siempre al pendiente”.

Fernanda Galicia, con 27 años, se titula por promedio; siempre ha sido una estudiante responsable y ahora su expectativa es obtener un trabajo en el que la acepten con su discapacidad y así lograr una estabilidad económica para seguir siendo el orgullo de su madre, quien siempre la acompaña y apoya.

“Nosotros queremos aprender de las personas, de las empresas, queremos ser respetados y que nos brinden una oportunidad para trabajar. Me gustaría experimentar otras cosas, tomar cursos y seguir preparándome en la ilustración”.

El logro que obtuvo María Fernanda no sólo es de ella, también es de su familia y de sus profesores, quienes también enfrentan retos al tener alumnos con algún tipo de discapacidad. En la carrera de Diseño Gráfico de la BUAP, al menos nueve estudiantes desde el 2017, incluyendo a María Fernanda, han ingresado con esta condición.

Al respecto, el coordinador de la carrera, Benjamín Dueñas Zambrano, refiere que para los docentes es un reto, ya que no siempre están preparados para atender a estudiantes con alguna discapacidad. No obstante, con el trabajo coordinado, la disposición y la solidaridad, se obtienen buenos resultados.

“Partimos a veces de estereotipos de cómo es la sordera, pero hasta que la experimentamos nos damos cuenta de las problemáticas y las necesidades que tienen los alumnos, porque no todos son iguales; hay variantes, por ejemplo, Fernanda es sorda señante y con auxiliares auditivos puede leer los labios, pero tenemos otras dos chicas que no hablan y otros más que implica una diversidad”.

María Fernanda, al igual que sus compañeros y otros egresados de la BUAP con diversas discapacidades, han experimentado la inclusión, además de un trato digno y humano como parte de los compromisos que asume la universidad con la sociedad a la que se debe.

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Trabaja para la firma DAYE, empresa ecuatoriana que cuenta con gran experiencia internacional dedicada al diseño conceptual de espacios, marcas y productos.

Cholula, Puebla, a 5 de julio de 2017.- María Clara Vivanco Suárez, egresada 2017 de la Licenciatura en Arquitectura de Interiores de la Universidad de las Américas Puebla, trabaja actualmente en el studio de interiorismo y arquitectura llamado DAYE, empresa ecuatoriana que cuenta con gran experiencia internacional dedicada al diseño conceptual de espacios, marcas y productos.

“Este estudio de diseño me llamó mucho la atención porque abarcan servicios como arquitectura, diseño interior, branding identity, decoración y desarrollo de estrategias gráficas desde la creación de conceptos únicos, áreas que me gustan y que están muy relacionadas con la carrera que estudié en la UDLAP”, comentó María Clara Vivanco.

En entrevista, la egresada de la Universidad de las Américas Puebla resaltó la importancia de arriesgarse y tocar puertas, aunque estas estén cerradas. “Con miedo, porque no sabía si iba a ser aceptada y sobre todo porque no había vacantes, mandé mi currículo y para sorpresa me llamaron y tuve una entrevista muy amigable, abriéndome así la oportunidad de trabajar con ellos”, expresó Vivanco.

Sobre su trabajo en DAYE, María Clara Vivanco dio a conocer que ha participado en la creación de diferentes proyectos que utilizan diversos estilos. “Con Daniela Yépez, fundadora de la firma DAYE, no sólo he aprendido a trabajar la parte del color, mobiliario y accesorios, sino primero aprendes a involucrarte en el tema psicológico y sentimental de los clientes para crear justo lo que ellos quieren”, afirmó.

Sobre el diseño, Vivanco Suárez comentó que esta licenciatura es para todos, incluso es algo que puede cambiar al mundo. “Yo pienso que el diseño debe de ser un derecho para todos, porque mediante el podemos mejorar la calidad de vida del ser humano; por ejemplo, podemos mejorar los espacios de escuelas, hospitales, entre otros lugares”. 

Finalmente, María Clara Vivanco Suárez agradeció a la Universidad de las Américas Puebla todos los conocimientos que adquirió, ya que eso le abrió puertas para lograr un desarrollo profesional y personal. “Me siento muy contenta con todo lo que me entregó, tanto de manera profesional como personal en mi vida”, expresó.

Cabe recordar que a pesar de su corta edad y de que recién egresó de la universidad, María Clara Vivanco tiene una destacada trayectoria profesional, ya que, aun siendo estudiante de la Universidad de las Américas Puebla, trabajó en la firma de Adriana Hoyos, reconocida como una de las diseñadoras de interiores más importantes del mundo y cuya boutique es considerada una transnacional al tener presencia en Estados Unidos, Chile, Venezuela y Ecuador. “Las prácticas para un estudiante son muy importantes porque la universidad te da las bases, pero las prácticas te ubican en la realidad ya ejerciendo”, destacó la egresada de la UDLAP.

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San Andrés Cholula, Puebla, noviembre de 2016.- “¿Cuántos jóvenes que tienen discapacidad entran a la universidad?, ¿en qué condiciones llegan?, ¿cuáles son los recursos que tienen?, ¿en qué apoya la universidad para que ellos puedan permanecer, participar y egresar?”, cuestiona Andrea Saldívar Reyes, egresada de la Maestría en Calidad de la Educación de la UDLAP, quien fue beneficiada con la beca Margaret McNamara Education Grants (MMEG).

Las becas Margaret McNamara Education Grants se otorgan únicamente a mujeres de México, Argentina, Colombia, Guatemala o Perú, que estén comprometidas en promover el cambio en países en vías de desarrollo, que requieren apoyo para continuar su educación, así como fortalecer sus habilidades profesionales y de liderazgo. Éste es el caso de la Mtra. Andrea Saldívar Reyes, quien gracias a sus propuestas de investigación ahora estudiará un doctorado y realizará una estancia en Toronto, Canadá.

Desde que egresó de la maestría en 2005, Andrea Saldívar ha trabajado de cerca con grupos vulnerables, específicamente con mujeres y niños; elaborando propuestas de investigación que tuvieran como objeto valorar las posibilidades educativas, expectativas, vivencias y logros de personas con discapacidad, a quienes impulsa a superarse académicamente y a no conformarse con los servicios básicos que les son otorgados.

Menos del 15% de la población mexicana tiene algún tipo de discapacidad, resalta la Mtra. Saldívar Reyes, quien asegura que ese porcentaje de personas recibe servicios muy básicos, cuando en realidad tienen mayores requerimientos. En lo que respecta a los servicios educativos, estos se concentran en preescolar, primaria y en ciertas ocasiones en secundaria; aquellos que llegan al ámbito de la universidad es por su mérito y esfuerzo.

Una vez que las personas con discapacidad ingresan a un nivel superior, sufren discriminación, rechazo, dificultad en su desplazamiento y comunicación además de quedar expuestas a malas actitudes del profesorado y de los estudiantes, entre otras cosas. Esta falta de educación civil no permite reconocer que son personas que pueden demostrar diversas aptitudes, incluso más que algunas que gozan de todas sus capacidades. “Las actitudes son las que limitan la participación de la persona universitaria con discapacidad, porque si el profesor siente que no podrá, que le tendrá que regalar la calificación o hacer un trabajo extra para él; desde ese momento está limitándolo sin darle una oportunidad”, comentó Andrea Saldívar.

La egresada de la UDLAP exhorta a las instituciones de educación superior a que reconozcan que las personas con alguna disparidad tienen una condición diferente, que probablemente requieran apoyos pedagógicos específicos y adecuaciones de evaluación y que pese a tener una condición física que limita su participación, están en la posibilidad intelectual de hacer un excelente trabajo académico y de desempeñarse en cualquier ambiente universitario; “Las barreras físicas se pueden resolver fácilmente, pero las actitudinales son más difíciles de erradicar y se requiere de información y educación”, añadió.

Para más información de este tema visitar la liga:https://youtu.be/_El6_1cvudM donde podrán observar en video la entrevista de Andrea Saldívar Reyes, egresada de la Maestría en Calidad de la Educación de la UDLAP.

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