Sábado, 02 Noviembre 2019 07:45

Día de Muertos, una tradición viva en la BUAP

• A través de sus ofrendas, la Universidad rinde homenaje a tres destacadas mujeres de Puebla: Elena Garro, Herminia Franco y María Cuanalo

Flores de cempasúchil, incienso, calaveras con elementos prehispánicos, el tradicional pan de muerto y alimentos típicos de la región conforman los altares dedicados a Elena Garro, Herminia Franco Espinosa y María Cuanalo Rojas, reconocidas mujeres que este año fueron motivo de homenaje en la BUAP en la celebración del Día de Muertos.

          Como cada año, la Universidad se suma a esta celebración con el Corredor de Ofrendas 2019, espacios donde se rindieron culto a los muertos con ofrendas distinguidas por su creatividad sin perder la conexión con los elementos de la tradición mexicana. 

          El Edificio Carolino es uno de estos espacios: a su entrada destaca la ofrenda a la escritora poblana Elena Garro, considerada una de las más importantes del siglo XX; dramaturga, cuentista y novelista, relacionada con el realismo mágico, escribió 11 novelas, 11 obras de teatro, 9 cuentos, entre otros trabajos.

           Su altar, estilo Huaquechula, tiene una forma piramidal y está tapizada de tela de satín blanco, flores blancas y las ceras chorreadas; la ofrenda está elaborada con estructuras de madera en su mayor parte y cartulina troquelada que delinea figuras de herrería llamadas barandales de muertos. Cuenta con tres niveles: el primero representa el plano terrenal (donde se ponen los objetos y comida que en vida le gustaron al difunto); el segundo es la división entre el cielo y la tierra; y el tercero, el paso del alma al cielo.

          En el Museo Universitario Casa de los Muñecos se alza el altar en honor a Herminia Franco Espinosa, primera mujer en graduarse como médica del Colegio del Estado de Puebla, en 1918; como practicante atendió a heridos de la Revolución Mexicana y fue parte de quienes encabezaron la participación de la mujer en la vida científica mexicana del siglo XX.

          Su ofrenda, que tan solo el pasado 28 de octubre recibió a más de mil visitantes, está constituida por 6 mil 200 flores de papel crepé hechas a mano por el personal del museo, las cuales adornan los siete pisos que representan los niveles que tiene que pasar el alma para poder descansar. Resaltan otros elementos tradicionales como canastas, sal, espejos, la cruz, veladoras, objetos de barro y calaveras simulando escapar del mundo de los muertos para quedarse con los vivos.

            En el Museo de la Memoria Histórica Universitaria se encuentra la ofrenda a María Cuanalo Rojas, primera estudiante mujer que concluyó sus estudios en la Escuela de Medicina de Puebla en 1926 y obtuvo su título de médica, cirujana y partera un año después; además fue la primera académica que defendió públicamente los derechos de la autonomía universitaria, acontecimiento relevante e histórico para la BUAP.

          En la elaboración de su altar participaron alumnos de la Escuela de Artes, quienes elaboraron calaveras de cartulina con imágenes y símbolos prehispánicos, en las que predominan los colores en blanco y negro, junto con figuras geométricas que le otorgan un aspecto sicodélico a la ofrenda; además incorpora otros elementos como calaveras de dulce, pan de muerto y un largo camino de pétalos de cempasúchil que lleva al altar.

          Si bien no forma parte del Corredor de Ofrendas, la elaborada por la comunidad de la Preparatoria Emiliano Zapata, es singular: montó una ofrenda monumental de siete pisos, 12 metros de largo, dedicada al reconocido caudillo a un siglo de su asesinato. La base del altar son diseños de Alejandro Teutli, docente de la preparatoria y artista plástico, los cuales fueron cubiertos con aserrín; cuenta con un largo camino de flor de cempasúchil que guía hacia un cráneo con elementos prehispánicos.

          Esta ofrenda que prácticamente ocupa todo el primer patio de la preparatoria, está adornada con las tradicionales calaveritas de azúcar, papel picado, incienso y velas, además de los alimentos tradicionales como mole, pan de muerto, fruta, tortillas y tamales. En los arcos que resguardan esta ofrenda también se colgaron papalotes en homenaje al artista oaxaqueño Francisco Toledo, quien falleció el mes pasado. La ofrenda dedicada a Emiliano Zapata ha sido compartida más de mil veces en las redes sociales de la preparatoria.

          Las ofrendas del Corredor estarán expuestas hasta el 3 de noviembre, de 10:00 a 20:45 horas, para las de Herminia Franco y Elena Garro, mientras que para la de María Cuanalo hasta las 20:00 horas.

          Otras de las celebraciones alusivas al Día de Muerto que realiza la BUAP, a través de la Vicerrectoría de Extensión y Difusión de la Cultura, son el “Festival de muertos y leyendas”, una celebración para festejar la dualidad de la vida y la muerte con un corredor de ofrendas, presentaciones de teatro, narración de leyendas, conferencias, exposiciones, concurso de calaveritas literarias, conciertos de música y ciclo de cine.

          Además, el 30 de octubre se realizó el concurso de catrinas en la Plaza de la Democracia, y el tradicional Pasacalles en el Centro Histórico.

          Los días 12, 15, 19, 22 y 26 de noviembre tendrá lugar un ciclo de cine de Día de Muertos y de horror de Bram Stoker, en el Salón de Proyecciones del Edificio Carolino, a las 17:00 horas.

Publicado en CULTURA

El estudio explora la situación de la mujer ante las recientes reformas estructurales

BUAP. 8 de agosto de 2017.- “Neoliberalismo y patriarcado: el papel de las reformas estructurales en la actual condición de las mujeres en México” es el título de la investigación con la cual Stefanía Tapia Marchina, egresada de la Maestría en Desarrollo Económico y Cooperación Internacional, de la Facultad de Economía, obtuvo el Premio a la Mejor Tesis “Herminia Franco Espinosa 2017”. La postura feminista con la que aborda los fenómenos macroeconómicos del país, le permitió analizar la repercusión de las recientes reformas estructurales en la vida de la mujer mexicana.

Becaria Conacyt en el Centro de Estudios del Desarrollo Económico y Social (CEDES) de la Facultad de Economía, Tapia Marchina egresó de la Licenciatura en Relaciones Internacionales con una tesis sobre género y organismos internacionales que le valió la distinción Cum Laude. “Desde la licenciatura ya tenía en la mira que quería hacer una maestría, entonces decidí hacer tesis lo mejor posible”, declara.

Durante esta etapa, la joven originaria de Guadalajara caminaba todos los días a Ciudad Universitaria, ya que vivía en una colonia cercana. En el trayecto, fue víctima recurrente de distintos grados de hostigamiento, desde “el más mínimo piropo y exhibicionismo”, hasta ser perseguida por algún hombre.

Dicha situación la llevó a elaborar un proyecto de ley para reformar el Código Reglamentario Municipal de Puebla, con la finalidad de establecer una sanción administrativa para el acoso en la calle. A pesar de que la iniciativa no salió adelante, ello la conectó con activistas del feminismo poblano, lo cual marcó el inicio de su actual posición política. Así conoció a mujeres con los mismos ideales y comenzó a participar en marchas y conversatorios.

Una vez en la maestría, Stefanía investigó las estadísticas de la crisis económica del 2008 y encontró datos que la asombraron: el trabajo remunerado y no remunerado aumentó significativamente en las mujeres, mientras que en los varones disminuyó. “Es tan impresionante que tuve que regresar tres veces a la estadística para asegurarme de que había leído bien, porque es notorio cómo las mujeres comienzan a sostener la casa, desde afuera y desde adentro, y los hombres se empiezan a replegar”, relata.

Al enfocarse en las reformas estructurales aprobadas en México entre 2012 y 2013, determinó que los cambios políticos no afectaban a las mujeres únicamente por razón de su género, sino también por su clase social y raza. La carga laboral que comienzan a llevar a raíz de la crisis económica del 2008 no únicamente afecta la cuestión económica, sino que está emparentada con temas laborales, culturales, de migración y violencia.

Tradicionalmente, América Latina ha otorgado a las mujeres un matiz simbólico determinante: ser madres. “La buena madre es la que asegura que sus hijos no les falte nada, así tenga que hacer lo que tenga que hacer, así tenga que tener dos trabajos y aun así llegar a planchar y dejar la comida hecha a las 2 de la mañana, lo va a hacer”, narra Tapia Marchina al describir el rol de género asignado históricamente a la mujer.

Esta presión social genera olas migratorias enfocadas en comunidades con mejores ofertas laborales: “tenemos el caso del Estado de México, donde hay muchísimas maquilas, pero también es el estado del país con mayor índice de feminicidios y de violencia comunitaria y de pareja contra las mujeres”, ejemplifica.

Asimismo, el crecimiento de la mujer en el ámbito laboral conlleva una crisis de la identidad masculina, ya que debido a los bajos sueldos y el desempleo, el hombre no puede cumplir con el rol de único proveedor de recursos en el ámbito familiar que la norma social le ha impuesto. De acuerdo con Tapia Marchina, se ha demostrado que esta situación provoca en algunos varones alcoholismo, abandono familiar y violencia hacia la mujer.

En su opinión, este tipo de estudios no tiene como fin observar de forma estática la realidad, sino promover la creación de agendas de trabajo que hagan frente a dichas desigualdades. Para ello, considera que el diálogo del feminismo con otros movimientos sociales es crucial, así como el respeto a la diversidad que existe entre todas las mujeres.

Actualmente, forma parte de la Coordinación Nacional del Encuentro Nacional Feminista -que este año tendrá lugar en la ciudad de Puebla- y asistirá al Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe (EFLAC) que se llevará a cabo en Uruguay.

Convencida de que la aplicación de la teoría de género es una vía para generar cambios en la realidad, busca continuar su labor como activista y, más tarde, trabajar su experiencia dentro de un doctorado en Economía Política. “Desde mi perspectiva, no podemos esperar que el cambio venga de arriba, tiene que venir del poder que está desde abajo y desde los movimientos sociales”.

Publicado en EDUCACIÓN