Columna | P U L S O    P O L I T I C O

                En una muy grata plática con monseñor Víctor Sánchez Espinosa, arzobispo de Puebla, nos dijo que son problemas de gran preocupación para la Iglesia Católica: el fenómeno de la inmigración que se está dando en el mundo; el cuidado del medio ambiente, pues debemos proteger al mundo que es nuestra casa común, como dijo el Papa, y el combate a la pobreza que sufre gran parte de la humanidad. También el respeto a los derechos humanos.

                 Le preguntamos si tiene algún plan para colaborar a la solución del problema de la inseguridad y la violencia y su respuesta fue: “No es algo que nos incumba. Ese es un problema de las autoridades de todos los niveles, municipal, estatal y federal, pero sí colaboramos a solucionar situaciones especiales, en la medida de nuestras posibilidades. Varios de nuestros párrocos han intervenido para evitar linchamientos, por ejemplo. Creo que la presencia de los párrocos de Tepexco y Cohuecan, en la gira que hizo el gobernador a esas poblaciones donde se habían dado situaciones graves, contribuyó a serenar los ánimos, y seguiremos colaborando, en todo lo que podamos hacer para aminorar el problema”.

                 En donde la Iglesia sí tiene intervención directa, es en al apoyo a los inmigrantes centro-americanos, que atraviesan nuestro país para llegar a los Estados Unidos en busca de trabajo. En la diócesis de Puebla se han establecidos cuatro albergues que aliviaron en parte, los sufrimientos de hombres, mujeres y niños, de diferentes países de centro América y de otras partes tanto de Latinoamérica como del resto del mundo, que pasan por Puebla en su penoso viaje.

                 En esos centros reciben hospedaje, alimentos y lo indispensable que requieran para continuar su recorrido hacia la frontera norte.

                  Al principio se atendían entre 500 y 600 inmigrantes diariamente. Ahora el número ha descendido y llegan entre 60 y 100.

                  Para luchar contra la pobreza, la Iglesia cuenta con una institución “Cáritas” que surgió en 1981 por iniciativa del entonces arzobispo poblano, don Rosendo Huesca Pacheco.

                    Su objetivo fue el de brindar algún apoyo a familias desamparadas, indigentes carentes de todo, es decir, ayudar a los más desprotegidos y vulnerables de la sociedad. Esta institución ubicada en la 13 sur 1701 de esta capital, en el barrio de Santiago, siempre ha buscado alcanzar el más alto nivel en la calidad de los servicios que brinda, lo que se ha traducido en una mayor sensibilidad y confianza, de quienes apoyan y de quienes son apoyados.

                Bueno pues Cáritas, ha establecido un Banco de Alimentos (para los pobres, lógicamente) que ha sido todo un éxito. No ocultando su entusiasmo por todo lo logrado, don Víctor nos cuenta que se reciben apoyos de la gente en general, pero también de empresarios, de comerciantes en verduras y legumbres que envía alimentos frescos, en buen estado y de buena calidad, que lo hacen de muy buena fe, con alegría y no como obligación. Por cierto hace poco, dentro del llamado “Triángulo rojo”, fue robado un camión Tortón, de Cáritas, precisamente cargado de alimentos y no lo han podido localizar.

               Cáritas brinda una gran cantidad de servicios como de comedores populares, atención médica, ayuda para quienes requieran sillas de ruedas, bastones, atención a niños con necesidades especiales, etc.

               La labor humanitaria que la iglesia brinda a los pobres, no se concreta a la ciudad de Puebla, sino que va a las parroquias foráneas en las que colaboran con los párrocos y personal de Cáritas, y muchos voluntarios.

             En estos trabajos el objetivo es el de atender las necesidades de quienes menos tienen y promover el espíritu de compartir a favor de las personas o grupos más necesitados, sin importar sus creencias religiosas o preferencias políticas.

              Las relaciones entre la Iglesia Católica de Puebla y el actual gobierno de Miguel Barbosa, son buenas y respetuosas. Se han tenido contactos en muy buenos términos.

               Sobre el asunto de la despenalización del aborto, la Iglesia no promueve nada. El arzobispo dice, que ese es y problema de conciencia de quienes intervienen en un asunto de esos. El catolicismo tiene clasificado el aborto como un pecado mortal.

               En el Congreso local, que es quien debe decidir si es abolida la penalización o no, hay diferentes criterios: hay quienes opinan que es buena de depenalización y otros que opinan lo contrario. Es asunto para los diputados que todavía está en estudio.

             Acaba de salir una muy buena “camada” de nuevos sacerdotes y diáconos. Varios de ellos fueron enviados a Seminarios de Roma y otros países europeos para especializarse en algunas materias o ampliar sus conocimientos teológicos.

              A su regreso muchos serán enviado a parroquias del interior del estado, otros serán catedráticos en el Seminario Palafoxiano y otros más podrán desempeñar cargos administrativos dentro de la curia, pero todos ellos deberán tener un paso por alguna parroquia donde aprendan a comunicarse con la gente, a no alejarse de la realidad social y económica del país, para actuar en consecuencia.

             Como usted se habrá enterado, el Partido de la Revolución Democrática, ha pasado a mejor vida. No resistió el embate lopezobradorista que como un sunamy, acabó con el partido del sol azteca en un do por tres.

              El PRD, hizo lo que por lo menos dos veces, ha hecho el PAN, entregó su registro a un grupo desconocido de personas que harán, como nuevos dueños, lo que quieran con el partido fundado por Cuahutémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo entre otros. Ya le platicaremos mañana de eso.

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Pertenece ya al grupo de quienes gastaron su existencia por el Reino de Dios: Arzobispo Víctor Sánchez

Puebla, Pue.- ´´En la luz de la fe en Cristo, nuestra vida y resurrección, celebramos hoy las exequias de nuestro querido señor arzobispo don Rosendo Huesca y Pacheco, quien el pasado sábado, a los 85 años terminó su larga y fecunda peregrinación en la tierra. Dios le dio una larga vida. El pertenece ya, la fe nos lo dice, al grupo de aquellos que gastaron sin reservas su existencia por el reino de Dios. Por ello confiamos en que su nombre  sea ahora escrito en el Libro de la vida´´.

El Arzobispo Víctor Sánchez Espinosa pronunció tal expresión al despedir hoy los restos mortales de quien fue el VII arzobispo de la Arquidiócesis de Puebla, en la misa concelebrada con el cardenal Norberto Rivera Carrera, el obispo emérito Gilberto Balbuena, los obispos auxiliares Tomás y Felipe, y los obispos  de Ecatepec, Cuautla y Tlaxcala.

Monseñor Sánchez Espinosa agregó en su homilía que don Rosendo Huesca formó muchas generaciones de sacerdotes y laicos en la justicia la de Cristo, la del Evangelio. ´´Ese es el ministerio que llevó a cabo  durante todo el tiempo de su vida. A esto se dedicó generosamente, prodigándose con humilde disponibilidad  en las diversas situaciones en las que le puso la  obediencia y la Providencia de Dios, a propósito de su propia vocación sacerdotal´´.

En la misa de exequias, oficiada a medio día de este lunes en la capilla del Seminario Conciliar Palafoxiano, estuvieron presentes para concelebrar también, decenas de sacerdotes de la arquidiócesis y los alumnos seminaristas del mayor y menor.

En la plegaria final, al término de la celebración eucarística, para dar el adiós a los restos de don Rosendo en su féretro y ser luego cremados, el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa pronunció:

´´Padre Clementísimo, te encomendamos el alma de nuestro hermano don Rosendo, apoyados en la certeza de que resucitará en el último día con Cristo y con todos los que han muerto en Cristo. Te damos gracias por todos los beneficios que le concediste en vida y que son ahora las señales de que él está en común unión con los santos en Cristo. Abre a tu hijo Rosendo las puertas del cielo y a nosotros que permanecemos en este mundo, consuélanos con las palabras  de la fe, hasta que un dia todos encontremos  a Cristo y permanezcamos  con Él´´.

Con prolongado aplauso los asistentes a la misa de exequias despidieron al fallecido arzobispo emérito Rosendo Huesca y Pacheco, cuyos restos fueron cremados y sus cenizas depositadas en la cripta de los arzobispos, en la Catedral angelopolitana.

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Domingo, 26 Noviembre 2017 21:35

Velan a Rosendo Huesca Pacheco en Catedral

Alfredo Toxqui y Rosendo Huesca, lograron la pacificación de Puebla en los setenta

          El arzobispo Rosendo Huesca Pacheco, fallecido el sábado, y antecesor de Víctor Sánchez Espinosa, gobernó a la Iglesia Católica poblana, cuando todavía no se calmaban las aguas agitadas desde 1961 por una  lucha por el control de la Universidad Autónoma de Puebla, entre los grupos de derecha y liberales, lucha en la que se vieron involucrados todos los poblanos, pues la máxima autoridad eclesiástica la ejercía Octaviano Márquez y Toriz, arzobispo con mentalidad medieval, que involucró a los fieles de todas las parroquias, pues según él y sus seguidores, principalmente empresarios, hicieron creer que esa lucha era contra el comunismo ateo que amenazaba a la humanidad y en defensa del cristianismo, de la Iglesia Católica y de las tradiciones nacionales.

       La sociedad permaneció dividida, enfrentada ideológicamente, aunque ese enfrentamiento muchas veces era violento, durante casi dos décadas.

       Cayeron gobiernos como el de Antonio Nava Castillo, que quiso resolver el problema mediante el uso de la fuerza y otros que o no entendieron lo que estaba pasando o se pusieron del lado de uno de los grupos, como el caso del gobernador Gonzalo Bautista O!Farrill.

         El doctor Alfredo Toxqui llegó al poder y una de sus promesas de campaña había sido apaciguar a Puebla mediante el diálogo con las partes involucradas, (cancelemos odios y rencores, fue su frase) que coincidió con la intención del nuevo arzobispo Rosendo Huesca, de sacar a la iglesia de ese conflicto, mediante el diálogo con las corrientes que dentro del catolicismo poblano, se mostraban más beligerantes.

          Tanto el gobernador Toxqui, como el arzobispo Huesca, establecieron relaciones respetuosas que fueron poco a poco influyendo entre el grueso de la población.

         Ya había fallecido el arzobispo Márquez y Toriz, el más beligerante de los actores del movimiento derechista que de hecho gobernaba a la UAP y el grupo izquierdista de la institución, cuyo líder era el ingeniero Luis Rivera Terrazas, había triunfado dentro de la universidad, desplazando a los derechistas que a través del Consejo de Honor, dictaban el rumbo de la educación superior en Puebla.

          Funcionaba ya, con reconocimiento oficial, una universidad privada que era manejada y atendida académicamente, por los maestros desplazados de la UAP, por “Fuas” (miembros del Frente Universitario Anticomunista) y a ella concurrían estudiantes que simpatizaban con esa corriente, generalmente ex alumnos de colegios católicos.

      El arzobispo Huesca por su parte y el gobernador Toxqui por la suya, lograron controlar la situación y poco a poco las agitadas aguas se fueron calmando.

       La UAP invitó a monseñor Huesca Pacheco a impartir clases en la Facultad de Filosofía y Letras, concretamente en la Escuela de Psicología y él aceptó.

        En un principio hubo críticas de los derechistas recalcitrantes hacia el arzobispo, por considerarlo “tibio”, pero poco a poco se fueron viendo los beneficios de esa “tibieza” que acabó logrando que Puebla, mejor dicho los poblanos, conformaran una sociedad mucho más tolerante, más civilizada, más cristiana.

       Huesca Pacheco nació en el estado de Oaxaca, pero toda su vida la pasó en Puebla donde fue alumno y después maestro del Seminario Palafoxiano, donde fue velado el sábado.

        Después de más de 30 años de haber estado al frente de la arquidiócesis, cuando cumplió 75 años de edad, renunció al arzobispado, como establecen los cánones de la Iglesia, pero el Papa Juan Pablo II, no aceptó su renuncia, pues su estado físico era bastante bueno, sino varios años después.

       Fue sustituido hace tres años, por el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa, nacido en la mixteca poblana y quien ha venido continuando con la labor de su antecesor.

       El cuerpo del señor Huesca, fue llevado del Seminario a la Catedral, donde fue visitado por miles de fieles católicos. Hoy será cremado, según nos dijeron ayer y sus cenizas reposarán en la Catedral angelopolitana, como sus antecesores. Descanse en Paz.

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