El Quiosco de Chiautla de Tapia

Domingo, 24 Febrero 2019 19:10 Escrito por Silvestre Hernando Alconedo*

A Víctor Claudio

Son los Quioscos parte importante de nuestros pueblos, alrededor de ellos florecen árboles de sombra;  bancas de concreto para el reposo del parroquiano. Las sillas de metal del parque de Chiautla de Tapia tienen la característica de presentar un asiento trenzado simulando nuestras silletas de madera rusticas. Los papás de mi generación, recordaban  aquel Quiosco construido de piedra que encima de su base se levantaba un trabajo de herrería que sostenía una especie de cono irregular de forma piramidal como techumbre. De este inmueble solo queda el recuerdo plasmado en fotografías en blanco y negro de la época. Es más familiar denominar estos lugares como el zócalo, ubicados normalmente en los centros de los pueblos que, junto con los Consistorios –ayuntamientos- y plazas de la Constitución, son sin duda herencia que nos dejan los españoles. Son elementos que podemos encontrar hasta en los pueblos más apartados y que sus habitantes guardan con mucho celo; los hay aquellos que les han incorporado nuevos elementos como piezas de cerámica y talavera o  trabajos de herrería, que los convierte en verdaderas obras de arte, que sorprende a visitantes y a los mismos ciudadanos.

El Quiosco de Chiautla de Tapia se ubica en el espacio que en tiempos de Porfirio Díaz se encontraba la Plaza de Armas, enfrente del Palacio Municipal. Fue en éste lugar donde se verificó el asalto al cuartel de los rurales por jóvenes Chiautecos, encabezados por don Abraham Ramírez Aguilar y don Jesús Morales, en el amanecer del día 3 de mayo de 1903. Chiautla puede presumir de visitantes distinguidos, el cura José María Morelos y Pavón y todas sus huestes lo fueron en diciembre de 1811 y después, nuevamente la presencia del Siervo de la Nación durante el mes de mayo de 1812, en plena lucha por la independencia de México.  El zócalo es el lugar donde se han dado cita  generaciones de jóvenes escolares reunidos para celebrar eventos de carácter cívico.

Mis recuerdos se remontan a los años 60´s. Un Quiosco con la fachada actual ya con árboles  crecidos y conservando aún  las sillas metálicas, pero sin alumbrado eléctrico. Para la segunda mitad de esta década llegaron a Chiautla los hermanos Francisco y Patricia Martínez Silva, procedentes del estado de San Luis Potosí. El primero para hacerse cargo de la oficina de telégrafos y dos años después, su hermana, para atender el Quiosco. Francisco llegó para quedarse y no sólo para ocuparse de la oficina; hizo amistad con los chiautecos y destacó en el beisbol, siempre fue un buen jonronero que deleitó durante muchos años a los aficionados de este deporte, que domingo a domingo se reúnen a disfrutarlo, precisamente en un espacio que se consiguió gracias al entusiasmo de personas como don Pancho Martínez, como lo conocen la infinidad de amigos que tiene. Su hermana Paty llega a Chiautla  a invitación de su hermano, que le propone que venga a hacerse cargo del Quiosco, debido a que en el pueblo no había en esos momentos quien lo atendiera.

Nuestro histórico zócalo de la perla de la mixteca abrazado en su cuadrante por sillas sui generis, testigo de una generación ya ida, de hombres respetables de Chiautla que tarde a tarde disfrutaban de alegres tertulias, seguramente para comentar noticias ya del pueblo o del país. En especial las tardes de los días jueves que el comercio del centro bajaban sus cortinas. El comercio atendido mayormente por los señores Amado Carrasco, Pedro Sosa, Refugio Ríos  y Armando Amigón; y a los comerciantes se integraban en su momento, para charlar, personajes como Enrique Benítez, Moisés Cardoso, Modesto Tapia, Alfonso Rosendo, Luis Herrera y el profesor Gilberto Cilia, entre otros. Sin duda esta brillante generación es el pilar para que sus hijos respondieran a los nuevos tiempos que el país exigía. Cambios sociales y económicos. Y para Chiautla se avecinaban cambios en materia de infraestructura que tenían que ver con mejores vías de comunicación, luz eléctrica, drenaje, hospital y sin duda en materia educativa; florecen las  instituciones educativas, que serían reconocidas por su excelencia en esa parre sur de la mixteca poblana. 

Son los fínales de los 60´s cuando en forma silenciosa chiautla de Tapia se instala en el camino del cambio; y lo hace precisamente a través de sus instituciones educativas: la escuela Normal por Cooperación Luis Casarrubias Ibarra y la escuela Secundaria Mariano Antonio Tapia. Instituciones que no solo tienen como alumnado a los del municipio. Es en esta época cuando llegan a estudiar en este lugar jóvenes procedentes de los municipios de Ixcamilpa de Guerrero, Izucar de Matamoros, Chietla, Huehuetlán el Chico; también llegaron de otros estados como Morelos e incluso  Veracruz. Los estudiantes vienen a dar un aire juvenil y de cultura a Chiautla de Tapia.

Es doña Patricia Martínez quien en esa época tendrá el privilegio de atender a toda esa pléyade de estudiantes que toman como asalto el zócalo de Chiautla. Su presencia inyecta alegría justo cuando la música tiene nuevos exponentes y ritmos propios de esta generación. Doña Paty incorpora en el Quiosco una Rockola que por unas monedas, en forma automática se podrán escuchar las canciones seleccionadas, melodías que ésta generación las hace suyas, como la interpretada por el trío Los Panchos; rancheras, de José Alfredo Jiménez y Lola Beltrán. Se empiezan a escuchar las baladas y rock en español que conquista los corazones de esta nueva generación de jóvenes que se deleitan con las interpretaciones de artistas como Angélica María,  Cesar Costa y Enrique Guzmán, también se escucha música interpretada por Ray Conniff; y ya hay jóvenes que sienten  el gusto de música en ingles de grupos como los Beatles y los Rolling Stones.

El Quiosco que por muchos años atendió doña Paty ya no correspondía al de piedra, la construcción fue ya más moderna y es la que se mantiene actualmente. Pero lo que se recuerda con mucha nostalgia es, a aquellos jóvenes estudiantes que pasaban horas de esparcimiento y que para otros fue un espacio para pasar de la amistad a una relación que más tarde terminó en el altar;  un lugar de confiarse sueños  de un futuro no muy lejano, pero también para tomar conciencia de cuál sería su compromiso con la educación, en el caso de los de la Normal. Fueron muchas tardes de música, de refrigerio, de saborear ricas tostadas y sándwiches, pero sobre todo fue poder deleitarse de lo que doña Paty ofrecía con cariño, los tacos potosinos, antojo de la gastronomía de su querido San Luis Potosí.

Han pasado los años y de aquellas generaciones de jóvenes del pasado siglo, muchos aún se les recuerda, forman un pasado de luz, porque fueron ellos los que escribieron importantes páginas que plasman  los cambios de un pueblo, donde la educación tiene un papel preponderante.

Nuestros viejos, aquellos que admiramos y mantuvimos para ellos el respeto, aquellos que cada tarde charlaban e hicieron suyos los atardeceres cálidos de la mixteca, disfrutando de un placentero descanso ante la presencia de un Quiosco lleno de historias. Inmueble que guarda las voces, confidencias, las risas y tristezas de aquellos que ya no están. Pero también es un Quiosco que almacena bellos momentos y una vida de esfuerzo y trabajo que seguramente son los recuerdos que conserva doña Paty, que hizo de Chiautla de Tapia su patria chica.   

*Miembro fundador de Alianza Ciudadana Mixteca de Chiautla de Tapia, A.C.

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