El desorden físico o mental aleja de las personas la paz y tranquilidad

Jueves, 21 Marzo 2019 23:12 Escrito por Jerónimo Morales Hernández

La desidia en adultos impide deshacerse de posesiones y aumenta el estrés

Puebla, Pue.- El desorden físico o material y el mental afecta a cantidad de personas inclinadas a tener  demasiadas cosas que desean eliminar, pero difícilmente lo hacen, a pesar de comprobar que dichos objetos son obstáculos que las  alejan de paz y tranquilidad.

Cuanto más se encarguen de eliminarlas, más espacio despejarán para concentrarse en lo que las hacen felices, y al lograrlo, dan el primer paso que se necesita para alcanzar paz interior, concentración y una existencia más satisfactoria.

Sobre el tema opinan tanto el doctor Joseph Mercola, como Joseph Ferrari, profesor de psicología en la Universidad DePaul en Chicago, Marie Kondo, consultora japonesa especialista en la organización y otros métodos para despejar espacios, con quienes coinciden muchos investigadores.

Confirman en que el desorden es un exceso de posesiones, las cuales en conjunto crean espacios desordenados y caóticos, y a menudo, muchas personas no se deshacen de las cosas por temor a extrañarlas o encontrarles un uso más adelante; o porque sientan que están obligadas a quedarse con los objetos porque pagaron  dinero por ellos o porque fueron un regalo.

Resalta que es muy importante que cambien su mentalidad, porque a fin de cuentas dichos objetos son obstáculos que alejan a todos de la paz y tranquilidad mental. Y que dejen ir cualquier objeto que las deprima mental o emocionalmente. La "regla del año" las puede ayudar, si no han usado cierto objeto en un año, desháganse de él; esto les ayuda a visualizar cómo quieren que se vea su espacio.

Luego, programen un tiempo para ordenar, de modo que se convierta en un "compromiso". Será mejor que comiencen con el punto más desagradable y estresante de su hogar, ya que una vez que terminen con él, sentirán que pueden enfrentar cualquier cosa.

Investigadores han interrogado a tres grupos de adultos en diferentes etapas de su vida, para descubrir los efectos del desorden a través de generaciones. Y han encontrado que hay un fuerte vínculo entre la desidia y los problemas de desorden. Además, los problemas de desorden también generaron una disminución significativa conforme al sentimiento de satisfacción con la vida entre los adultos mayores

Las mujeres que vivían en hogares desordenados se deprimían cada vez más a lo largo del día, mientras que en el caso de las mujeres con hogares organizados, había un incremento en el ánimo.

Cuando se encuentran en un espacio organizado y despejado, permite a su cerebro procesar todo lo que está allí con mayor facilidad, lo cual les ayuda a liberar espacio para concentrarse en otras cosas.

Marie Kondo, la consultora japonesa especializada en la organización y más en métodos para despejar espacios, se ha convertido en una muestra de la cantidad de personas que se ven afectadas por tener demasiadas cosas, y que desean eliminarlas.

La verdad es que no todos se ven afectados por el desorden de la misma manera, por lo que Ferrari y sus colegas al encuestar a tres grupos de adultos en diferentes etapas de su vida, descubrieron para los efectos del desorden a través de las generaciones.

El estudio de Ferrari involucró a grupos de estudiantes universitarios, adultos jóvenes de 20 y 30 años y adultos mayores de 50 años. En particular, los investigadores observaron cómo la desidia crónica puede llevar al desorden, ya que posponer deshacerse de cosas que ya no necesita o desea, sin duda conduce al desorden.

Encontraron además un fuerte vínculo entre la desidia y los problemas de desorden en todos los grupos del estudio, y que  los problemas de desorden también generaron una disminución significativa respecto al sentimiento de satisfacción con la vida entre los adultos mayores.

Con tales resultados sugieren que cuando uno tiende a posponer las cosas, da lugar a "ciertos patrones duraderos que actúan como respuesta al ambiente en el que uno se encuentra, y dificultan cada vez más la capacidad de adaptarse a los ciclos de la vida",  lo que  contribuye a que las personas pospongan la decisión de deshacerse de elementos innecesarios.

Casi todos los adultos tienen espacios en sus hogares que están llenos de posesiones que no utilizan, desean o cuidan, las cuales están a la espera de que su dueño encuentre un momento oportuno para tomar acción, ya sea para mantener, vender, donar, regalar o deshacerse de esos objetos.

Deshacerse de las posesiones puede ser una tarea desagradable, la cual si se deja sin hacer puede crear una angustiante cantidad de desorden.

Participan que el desorden puede aumentar las hormonas del estrés, sobre todo en las mujeres. Su hogar puede ser un santuario pacífico o una fuente de estrés. Esto, en parte, se determina por los niveles de desorden percibidos.

Investigadores de la Universidad del Sur de California analizaron visitas guiadas de 60 hogares en los que los cónyuges generaban ingresos para conocer cuál era la frecuencia de las palabras usadas para describir el desorden, proyectos pendientes, el descanso o el orden.

Los puntajes de estrés fueron mayores entre aquellas personas quienes, al hablar de su casa, decían que estaba desordenada o que le hacían falta reparaciones.

A su vez, las mujeres cuyos puntajes de estrés en el hogar eran mayores, casi siempre comenzaban su día estresadas y sus niveles de estrés persistían a lo largo del día, lo cual se demostró a través de los niveles de cortisol (hormona del estrés). Por otro lado, las mujeres que percibían mayor orden en sus hogares, tenían una disminución en sus niveles de cortisol a lo largo del día.

Asimismo, las mujeres que vivían en hogares desordenados se sentían cada vez más deprimidas a lo largo del día.

Mientras tanto las mujeres con hogares ordenados tuvieron el efecto contrario. En general, las mujeres que describieron sus hogares como desordenados tenían más probabilidades de tener un estado de ánimo depresivo, fatiga por las noches, deficiencia en sus habilidades de adaptación y dificultad para cambiar su estado mental del trabajo al hogar.

Los hombres no parecían estar tan estresados por el desorden como las mujeres, pero esto podría deberse a que no pasaban tanto tiempo realizando tareas domésticas después del trabajo en comparación con ellas. Entre los hombres que hacían más tareas domésticas, los niveles de cortisol tendieron a elevarse de manera similar al de las mujeres.

Resaltan que entrar en un espacio que está desordenado, es como entrar en un estado de caos. El hecho es que la capacidad de su sistema visual para procesar la información de múltiples objetos al mismo tiempo, es limitada.

También es posible que una cocina desordenada lo haga más propenso a elegir alimentos poco saludables, en especial si hay caos en su estado mental. Además, la probabilidad de tener sobrepeso u obesidad aumenta en un 77 % en las personas.

El desorden digital se parece al desorden físico. Si tu bandeja de correo electrónico está saturada, tiene archivos digitales, fotos y carpetas almacenados en tantos lugares que sería difícil encontrar algo importante en caso de necesitarlo, este tipo de desorden digital crea tanta ansiedad y estrés como el desorden físico.

El doctor Mercola  recomienda en conclusión, que cuanto más te encargues del desorden físico y digital y lo elimines de tu vida, más espacio despejarás para concentrarte en lo que te hace feliz. 

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