Columna | Desde el portal

 En Veracruz, al acudir a la ceremonia conmemorativa de los 200 años de la Armada de México, el presidente Andrés Manuel López Obrador se refirió a la oportunidad histórica del PRI en estos momentos para definirse: o u al lado del ex presidente Salinas de entregar la riqueza de la Nación a los intereses extranjeros o sigue la ruta del general Lázaro Cárdenas.

 Porque se ha demostrado ya en repetidas ocasiones que los recursos de la Nación y el erario estaban secuestrados por los grupos de poder, que utilizaban el control de los medios de comunicación como instrumentos de presión para obtener concesiones y ganancias colosales sin invertir en tanto encarecian los productos de consumo popular.

 Para revertir esta situación, es preciso que el Estado asuma su compromiso y responsabilidad social con el pueblo de México para dotarlo de los medios de subsistencia, al margen de los negocios de los que siempre se han benefiado de los recursos públicos obtenidos bajo presión. Para ello es necesario establecer las bases legales para que el Estado rescate lo que es nuestro.

 En estas condiciones, se precisa que los partidos con presencia en el Congreso de la Unión definan de que lado están, si para servir a los intereses nacionales o extranjeros. Y aunque la mayoría ya lo ha hecho y exhibido sus alianzas extranacionales, faltan otros por hacerlo, entre ellos el PRI.

 En los nuevos tiempos surgen también nuevas necesidades y nuevos recursos naturales con alta demanda en el mercado. En éstas circunstancias está el litio, el mineral cotizado en el mercado internacional a alto precio por su valor estratégico y rentabilidad.

 El presidente López Obrador ha dicho que enviar una iniciativa a la Cámara de Diputados para que el litio no sea llevado al mercado y se quede como un recurso propiedad de la Nación. Ya diversas transaccionales rondan en torno a las regiones donde se encuentra el valioso mineral para apoderarse del mismo.

 Lo mismo con la CFE : las grandes empresas generan energía eléctrica para obtener ganancias a costa de los consumidores, no para impulsar el desarrollo económico regional o nacional, y ello significa someter a pueblos y gobiernos para conseguir sus fines por encima de los intereses populares.

 Sabe el presidente López Obrador que afectar esos intereses tiene riesgos y los asume, porque no sólo es la lucha política o ideológica, ya que tras ello se ocultan los verdaderos negocios, las colosales ganancias en la asociación del poder político y económico.

 Importante, por lo consiguiente que el pueblo sepa quienes lo representan y buscan el beneficio común, y quienes están de lado de las minorías que durante décadas obtuvieron ganancias utilizando la estructura administrativa y política para servirse de los mismos.

 La batalla legal y política está ahora del lado del Congreso de la Unión.

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