¡ Y un día después!

Martes, 02 Noviembre 2021 07:33 Escrito por Silvestre Hernando Alconedo*

“Yo soy poblano, poblano de nacimiento, poblano de   formación. Nací en una villa que tiene historia heroica, que mucho honra a mi pueblo”

                 Gilberto Bosques Saldívar      

Muchos ayuntamientos vivieron cambios. En el caso de Villagrande, para ésta importante fecha la gente que se dio cita, esperó ansiosa ver a distinguidas personalidades  y ser testigos de un hecho muy importante. Un paisano que había asistido, comentaba el día siguiente lo sucedido que, en las últimas hileras de sillas, ahí donde un hombre barbado había pronunciado palabras, también él se había sentado y sin mediar pregunta dijo : “ cada tres años vengo, me invitan siempre, después de la ceremonia nos dan comida y me gusta, porque también viene gente que manda el gobierno y nos hablan siempre de gente muy chingona, ya vieron, mencionaron a Emiliano Zapata que estuvo con los campesinos y les dio tierras”. Alguien cercano que también estuvo presente le refutó, “ compa, aquí en Villagrande nunca repartió tierras”, no se inmutó y prosiguió, “ además ayudó a muchos campesinos y vino firmar el Plan de Ayala”, sí vale, pero donde lo hizo es otro municipio y no Villagrande, “ sí pero fue un hombre que defendió a los pobres y peleo contra el gobierno. Y bueno los que hablaron son gente leída y muy estudiada. No creo que nos engañen”. Y otro más comentó, “ los que vienen de pa´rriba siempre hablan de revolucionarios pa¨que no se nos olvide”.

Una señora intervino ” así es señores, a mis hijos siempre les han enseñado historia y no solo Zapata, les han enseñado del cura Miguel Hidalgo, de Morelos y de doña Josefa Ortiz de Domínguez. Todos dieron la vida y lucharon por México. También estoy de acuerdo, cada tres años nos lo recuerdan y me parece bien, somos gente muy olvidadiza”, alguien cercano que no participaba en la discusión señaló “y hubo comida”.

Lo habían aprendido después de tantos años de acudir a este tipo de eventos con los gobiernos anteriores, quienes más adelante, en festejos no solo era comida, había la posibilidad de hacerse de despensas,  tinacos u otros utensilios, todo dependiendo de la celebración.

Dicen que en otra mesa se hablaba de momentos de cambios: “nuestro presidente de la república se ha empeñado en combatir la corrupción en todas las instituciones; también ha logrado que gente que evadía impuestos ya los declare y, ya no se condonan como lo venían realizando  gobiernos pasados; hoy muchos  caminan derecho y otros le han estado devolviendo al gobierno dinero de impuestos que legalmente le pertenecen a la hacienda del país”. Otro de la misma mesa manifestó: “en servicios sociales el gobierno federal está apoyando a la gente adulta, a los estudiantes y a las mujeres. Y lo que nunca sucedía, el salario mínimo se incrementó como nunca”. Todo eso bien que pude escuchar dijo el paisano.

Otros comentarios se hacían, pero uno que llamó la atención fue que, siempre en los cambios de presidentes en Vilagrande lo que permeaba era un ambiente de fiesta en todos los presentes, los que dejaban los puestos y los nuevos inquilinos del ayuntamiento, todo era felicidad. Pero en esta ocasión, no solo la presencia del alcalde saliente pasó desapercibida. No, también su retirada del recinto. Aquel que durante tres años tuvo todo el poder y gozaba del respeto de los ciudadanos por su investidura, en éste evento oficial, esta vez, su salida fue no solo desapercibida, fue ignorada por los presentes.

Y sí, también comentaron haber visto un hombre barbado en la inmediaciones del zócalo, lo vieron quedarse solo, sentado en las sillas metálicas del quiosco: un hombre pensativo cuya mirada estaba dirigida al oriente; orientación donde se aparece el sol en todo su esplendor, un sol candente, que da luz a un pueblo muy labrador, esencia de los habitantes de Villagrande. El hombre barbado con su mirada clavada en tres figuras decorativas: efigies de héroes nacionales y, en su consciente los recordó: “ sin duda ésta estatua corresponde al primer insurgente de la  intendencia de Puebla, el vicario que luchó por la libertad y la supremacía de su religión; el segundo no solo le apostó a las libertades del ser humano, sino a la construcción de leyes encaminadas a una mejor convivencia de un pueblo con derechos sublimes y; una tercera efigie que representaba al revolucionario, al precursor de la educación  de la revolución y al constituyente, defensor de los derechos del hombre, el más sagrado de todos, la libertad.

Después de haber repasado las ideas y aportaciones de estos personajes concluyó el hombre barbado:” Sin duda estoy ante la presencia de representantes de los cambios más importantes del país: la independencia, la reforma y la revolución. Pero mi orgullo y el orgullo de todos los nacidos en  Villagrande es que de estos héroes nacionales, dos son de Villagrande. Y emocionado en voz baja sus labios pronuncian palabras más, palabras menos: “ Villagrande se encamina a un cambio, la historia no miente”.

Y dicen  los que vieron al hombre barbado, que antes de concluir el evento se levantó de la silla metálica, se acomodó su sombrero y con una faz radiante lo vieron dar vuelta y pasar frente al antiguo consistorio de Villagrande, para luego perderse en una de las calles contiguas. Y como diría el clásico: “ es mi orgullo haber nacido en el barrio más humilde.”Salud!!.

Barrio de Tlanichiautla, ciudad de Chiautla de Tapia, 28 de octubre de 2021

*Miembro fundador de Alianza Ciudadana Mixteca de Chiautla de Tapia, A. C.

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