Finaliza el mes de enero y nos dirigimos a la conmemoración de uno de los sucesos fundamentales en la vida del país, me refiero al aniversario de la promulgación tanto de la Constitución de 1857 como a la de la norma suprema en vigor.
Ante irregularidades, graves en muchas ocasiones a las disposiciones constitucionales en vigor, los integrantes de la colectividad “los doscientos libres” Antonio Tenorio Adame , Luis Benavides Ilizaliturri, Manuel Senderos Bracamontes, Atilio Alberto Peralta Merino hemos iniciado un proceso de educación permanente, mediante la implementación de talleres guiados por el principio acrisolado por José Miguel Guridi y Alcocer desde 1812.

“La soberanía nacional reside esencial y originalmente en el pueblo Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.”

En consecuencia, al conmemorar un aniversario más de la promulgación de nuestra Constitución, nos daremos cita en la 3 poniente 711 a efecto de convocar al pueblo a asumir la vigencia de la misma, y hacerla propia viviéndola, ejerciendo a cabalidad sus derechos y dándose a la tarea de vigilar el cumplimiento de sus disposiciones.

El año comenzó con una muy especial peculiaridad, un motín en el centro penitenciario de Ciudad Juárez a cargo de las autoridades locales, tuvo que ser sofocado con la intervención conjunta  del Ejército y la Guardia Nacional.

En conferencia de prensa del lunes dos de enero, el General  Luis Cresencio Sandoval González, Secretario de la Defensa Nacional,  reseñó la intervención a su cargo que logró someter el motín en cuestión.

Resulta curioso observar que, de conformidad con el Artículo 119 de la Constitución: “Los Poderes de la Unión tienen el deber de proteger a las entidades federativas contra

toda invasión o violencia exterior. En cada caso de sublevación o transtorno interior, les prestarán igual protección, siempre que sean excitados por la Legislatura de la entidad federativa o por su Ejecutivo, si aquélla no estuviere reunida.”

Dado que,  durante el lapso transcurrido entre el momento en que el motín en cuestión tuvo verificación efectiva, y aquel en el que se diera la intervención del Ejército y la Guardia Nacional para sofocarle, no hubo sesión de la legislatura local de Chihuahua, y de la gobernadora llegó a decirse en la prensa que “ni siquiera aparecía”, el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional habría confesado públicamente ante la prensa que los efectivos bajo su mando habrían transgredido el texto de la Constitución dando con ello pie a la interposición de una demanda de controversia constitucional en su contra ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Podría muy bien concluirse que, el General Luis Cresencio Sandoval González, habría incurrido en una enrome torpeza por carecer de buenos asesores en la materia dentro de su estado mayor, aun cuando, si atendemos que poco más de un par de días después, en plena “noche de reyes”, efectivos del Ejército detuvieron en Culiacán a Ovidio Guzmán, “el ratón”.

Situación que nos permite pensar que, el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, en la primera conferencia de prensa del gobierno en el presente año, no sólo estaba plenamente consciente de los alcances de la disposición constitucional en comento, sino que, incluso, al anunciar la participación de los efectivos a su cargo en Ciudad Juárez, lo hizo con perfecto cálculo táctico y estratégico.

Las autoridades locales y las fuerzas políticas nacionales que les cobijan, han sido del todo omisas, en señalar que les asiste el derecho a interponer una controversia constitucional ante la Corte por la acción llevada a cabo por las fuerzas federales, sin que al efecto mediara excitativa de la legislatura o del ejecutivo local a falta de reunión de aquella.

¿El titular de la Secretaría de la Defensa Nacional había acaso calculado que nadie impugnaría su actuación?¿de que información dispone en tal caso y que tanto se relaciona con la detención días después de Ovidio Guzmán, “el ratón”?

Guardo la impresión o simple expectativa si se quiere, de que más temprano que tarde, habremos de enterarnos de episodios peculiares sobre la plena aplicación de las disposiciones constitucionales en vigor, eventualmente relacionados con algunas autoridades locales, aun cuando, claro está, muy bien puedo estar equivocado.

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