Que la creación glorifique al creador

Domingo, 06 Julio 2025 20:42 Escrito por Víctor CORCOBA HERRERO / Escritor

Artículo | Compartiendo Diálogos Conmigo Mismo

EL REINO DE DIOS HA LLEGADO A NOSOTROS: El Padre reveló plenamente su amor, al enviar a su Hijo en medio de nosotros, lleno de bondad y verdad. Nuestro cometido está en ser poetas, servidores unos de otros, obreros en aclamación conciliadora; impregnados de espíritu suplicante en verso, que es lo que nos vuelve y nos envuelve, de pulsos y de pausas el verbo. 

I.- PONERSE EN CAMINO: 
PARA LA MISIÓN EVANGELIZADORA

Somos gente en camino que camina, 
por vías que nos suben o nos apean, 
por veredas que forjan o nos hunden, 
por sendas de luz o rutas tenebrosas, 
que nos robustecen o nos denigran. 

Por sí mismo, nada somos, es cierto; 
pero sí que lo somos todo en todos,
unidos y reunidos a corazón abierto, 
aliviados del egoísmo que nos mata, 
y desposeídos de esta selva de lobos. 

Lo importante es tomar conciencia, 
de lo que uno es y de lo que anhela,
de lo que busca y de lo que embiste
de lo que combate y explora para sí, 
hasta sentir al enemigo como amigo. 
 
II.- LA MISIÓN DE REPONERSE: 
HACIA EL CAMINO DE LA EVANGELIZACIÓN 

Renovarse en el andar es recobrarse, 
es rehacerse y animar el ser interior, 
es vivificarse en comunión y unidad, 
es perseverar en la llamada celestial, 
y despojarse de mundo que deprava. 

Regrese el concierto de la recogida,
renuévese el crecimiento espiritual, 
renazca la vida íntima de cada cual, 
brote el fecundo brío del dulce gozo, 
el testimonio viviente del amor vivo. 

Jesús es el rastro y el rostro a seguir, 
es nuestra meta y nuestro horizonte, 
el reencuentro y la esperanza eterna; 
tan sólo hay que reponerse a su lado, 
y apoyarse en su pasión bienhechora. 

III.- EL CELO APOSTÓLICO DE LA MISIÓN: 
PARA QUE EL MUNDO SE FRATERNICE 

El cultivo de la creatividad nos crea, 
y además nos recrea en el quehacer; 
de asistir al desconsolado hermano,
y de insistir con la hoja de servicio,   
cubierta y recubierta por la caridad.

No hay obsequio más enciclopédico, 
que verse en el querer para quererse, 
para ser de Dios y a Dios repatriarse; 
pues su sagrada patria nos esclarece, 
en un vivir desvivido por vivir en Él.

Junto al Redentor nada es indiferente, 
todo se sustenta en el continuo obrar, 
que no es otro que el don de amarse, 
para poder amar lo que nos circunda, 
y sentir el vínculo que nos fraterniza. 

Víctor CORCOBA HERRERO
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